Las nueve musas
Rocío Acebal

Rocío Acebal y su poemario “Hijos de la bonanza”

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Rocío Acebal (Oviedo, 1997) es una poeta joven que lleva dos libros publicados: “Memorias del mar” (2016) e “Hijos de la bonanza (2020) por el que ganó el premio Hiperión.

Hijos de la bonanza
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Cuando uno se enfrenta a escribir un artículo sobre la obra de un poeta suele ser por obligación o por devoción. En el caso de que escriba por obligación, puede ocurrir que sea una tarea poco gratificante, si uno no conecta con esa obra. Lo usual son los parabienes y cada vez es más difícil poder hacer una crítica real que exprese nuestra opinión con sus luces y sus sombras, ya que muchos autores y sus fans solo esperan loanzas. Por contra, otros críticos solo buscan desprestigiar a quienes no comulgan con sus intereses. Este es un mal de nuestro tiempo en que la crítica parece que solo pueda ser positiva o destructiva, cuando lo que debería ser es constructiva opinando razonablemente sobre lo que al crítico le parece mejor o peor y sugiriendo caminos alternativos. Por otra parte, también es verdad que alguna crítica que empezó como una obligación se convierte en un agradable descubrimiento de un autor y de una obra. En este caso ya anticipo que es una crítica por devoción, ya que ese último libro “Hijos de la bonanza” me ha encantado y he querido darlo a conocer a mis lectores.

Ante todo, tengo que indicar que me ha gustado este libro porque sus poemas combinan las dos características de la buena poesía o al menos de la que yo prefiero. Unos buenos textos que nos cuentan historias bien escritas y que nos hacen reflexionar. Además, nos las cuentan con un buen ritmo poético, no siempre presente en los autores de su generación. Esa suma de un buen contenido y un buen continente es lo que da lugar a un buen poema y me gusta que eso esté  escrito por una autora joven de poco más de veinte años, porque eso nos demuestra que la poesía sigue ahí con futuro, desterrando excesos de cripticismo y prosaísmo.

Uno de los primeros poemas es toda una declaración de intenciones:

Si un día despertara sin palabras,
moriría de hambre o de tristeza.

 No tengo nada más: la inútil vocación
de pensar y explicar lo que he pensado.

Nada más simple y más profundo a la vez, el protagonismo de “La palabra”, el vehículo que permite trasladar nuestros pensamientos, o sea comunicarnos. En este caso, la herramienta imprescindible del poeta y aquí arropada por dos endecasílabos y dos alejandrinos blancos.

El libro tiene tres partes que la autora no titula, pero que yo definiría como: “La desilusión ante la posbonanza”, “La poeta en la posbonanza” y “El amor en la posbonanza”. Insisto en la posbonanza como esa época que le ha tocado vivir a la generación de los nacidos cerca del cambio de siglo, que ven como las expectativas no se cumplen y están abocados a llevar una vida más compleja y difícil que sus padres, cuando se esperaba todo lo contrario.

En esa primera parte de “La desilusión ante la posbonanza”, el primer poema, que da nombre al libro, tiene un guiño inicial machadiano: “Mi infancia son recuerdos de un piso en las afueras…/  mi juventud, veinte años…” y una esperanza de bonanza: “conseguirás —dijeron— / mucho más que tus padres y sus padres…” que desgraciadamente no se cumplió “…aquel olor a pólvora —aún distante / que asomaba en voz baja / como un eco de angustia a puertas de palacio”. El libro nos va mostrando imágenes de esa generación que tenía que conseguir una vida mejor que las de sus ancestros y se ha quedado varada. Como dice en su “Nota biográfica” “Yo naci (…) un instante / antes de la tormenta, abocada / a ver desde la cuna el hundimiento / y vivir aferrada a los tablones: / náufraga del progreso”. En esos versos de su “Autorretrato” vuelve al tema: “cuando el futuro se hizo arena en nuestras manos / papá y mamá no hicieron un castillo, / pero al menos pudieron conseguir / un cubo y una pala”.

En este poema de la primera parte que os copio, como en otros vecinos, la autora nos presenta la precariedad laboral de su generación:

MUDANZAS

“La lectura es viajar desde el salón”,
lo leí en un cartel el otro día.

 Mi caja de los libros tiene polvo.
Esla cuarta mudanza en veinte meses.
Es el cuarto contrato en veinte meses.
Es el cuarto país en veinte meses.

Ya no quiero viajar, ya solo aspiro
a una patria,  a un hogar, a un sitio donde
alguien me lleve en brazos a la cama
cuando me duerma tarde en el sofá.

La segunda parte del libro, la que titulo “La poeta en la posbonanza”, es breve (5 poemas) pero intensa y con tintes metapoéticos sobre el entorno de la poeta, como en esa “Entrevista”, se supone que para una gacetilla o una reseña: “Sus datos con correctos: / estudio dos carreras, no trabajo, / no tengo amante célebre, ni novio, ni marido / no vaya usted a titular con eso. / ¿La inspiración? Verá / mis versos son ficción, pero nunca mentira. / Es complicado, sí, escribir poesía, / no vivo de los libros, ¡ojalá!; / (…)  ¿me avisa cuando salga?, muchas gracias / que tenga buena tarde y de verdad / que muchísimas gracias”. Para el poeta publicar es difícil, pero recibir alguna crítica que ayude a difundir la obra lo es aún más. Rocío nos lo explica muy bien en este poema:

PROCESO LITERARIO

Acudir a tertulias de santones.
Escribir en un par de suplementos.
Llevar una revista o ejercer
de antólogo imparcial de tus amigos.
Actualizar el blog semanalmente.
Estudiar al dedillo las teorías de Dámaso
y el diario de Jaime.
Presentarse a concursos. Negar haberlo hecho.
Twittear al premiado: merecido,
qué ganas de leerlo
Quedarse con las caras del jurado.
Hacer generación como quien hace
encaje de bolillos.
Mantener buenos términos con todos los poetas
y odiar terriblemente a un compañero
de tertulia o revista.
Enviar manuscritos. Negar haberlo hecho.
Suplicar por un prólogo o, al menos,
una contraportada.
Enviar un WhatsApp a todos tus amigos:
El día ha llegado: mi libro ve la luz.
Os espero a las siete
en una librería. Me acompaña
un señor novelista o tertuliano.
Buscar el ángulo que muestre el gran
aforo del evento.
Invitar a café a un par de críticos.
Negar haberlo hecho.

 ¿Escribir un poema? Esa es la parte fácil.

Por fin, la tercera parte trata del amor y de las relaciones en esos tiempos de la posbonanza. Dice la poeta: “Dime si aún conservan algo / de cierto los poemas que escribimos / cuando todo lo que sabíamos del mundo / tenía algo que ver con el amor”.  Porque esa posbonanza es también el espacio del posamor: (…) no el típico pudor sino más bien / la pública vergüenza / de amar cuando te sabes desamado (…). O cuando nos dice: “Porque no es el adiós, / ni la vida sin ti, ni tu recuerdo; / sino saber perdida / a esa mujer que fui cuando te amaba”. Esta última parte tiene varios guiños a Luis Alberto de Cuenca (maestro de este género) a quién le dedica un poema, pero en la que nos habla un yo poético femenino: “En cuanto duerma, escaparás descalza, / con las bragas guardadas en el bolso, / en busca de unos churros que sí te hagan / la boca agua —al menos eso—;”. O en este poema que os copio:

RUEGO EGOÍSTA

 Si una tarde, a lo lejos, me descubres
cargando con la compra ensimismada,
no busques el saludo, ni me cuentes
que al final has sentado la cabeza:
trabajas en un banco,
tienes mujer, tres niños
y casa en propiedad en Castellana.

 Disculpa este desplante, pero entiende
un poco mi egoísmo: no me importa
el hombre que eres hoy, sino el que fuiste
hace casi diez años, una noche,
cuando nosotros no éramos nosotros
ni este mundo —que pronto
se descubrió mezquino, inhabitable y cruel—
era este mundo aún,
cuando me amabas
y yo te amaba a ti y era bastante.

 No me obligues a ver en quién te has convertido:
no me importa de ti sino el recuerdo.

Lo que he dicho al inicio, buenos contenidos envueltos en buenos continentes que mantienen el ritmo poético. En el siguiente poema, que no pertenece a “Hijos de la Bonanza” y creo que es inédito, he desglosado la longitud versal y las tonicidades de cada verso de arte mayor, para que se compruebe por qué suenan tan bien estos versos. En los versos o hemistiquios de 8 o menos sílabas indico solo el número de sílabas. En los de 9 o más sílabas las tonicidades básicas dentro del paréntesis, y las tonicidades secundarias que interesa resaltar (por si generan dudas) bajo doble paréntesis. Lo hago porque dichas tonicidades de versos largos no pueden mezclar ritmos binarios y ternarios si se quiere que sean armónicas entre sí.

LA MAMPARA

En la estación de trenes de mi ciudad                          7+5
una mampara gris de metro y medio en el andén      7 + 9(2.4.8)
separa a los viajeros                                                        7
de sus acompañantes.                                                     7

Me gusta imaginar que el encargado                           11(2.6.10)
de esta compartimentación                                           9((1).(4).(6).8)
lo hizo con intenciones más humanas                         11(1.6.8.10)
que el control de billetes, el aprovechamiento          7 + 7
máximo de recursos                                                       7
o simplemente por ahorrar espacio:                           11(2.4.8.10)

aquí las despedidas no pueden susurrarse                 7 +7
con la cara escondida en el abrazo,                             11(3.6.(8).10)
la arquitectura obliga                                                     7
a levantar la voz y la mirada                                          11(4.6.10)
para decir «te voy a echar de menos».                      11(4.6.8.10)

Bendito-condenado responsable                                11(2.6.10)
de esa mampara gris de metro y medio,                  11(4.6.8.10)
gracias a ti miré a los ojos del amor                            7 + 7
una · última vez.                                                             7

Como se ve y se escucha, todos los versos o hemistiquios son de longitudes silábicas fonéticas impares y los de 9 o más sílabas de estructura rítmica binaria. Por eso, este poema recitado tiene una clara musicalidad y armonía entre sus versos. Técnicamente este poema se define como una silva blanca binaria de impares, o sea un poema de versos de distinta longitud (polimétricos), apoyados en tonicidades cada dos sílabas (de estructura binaria). Así mismo, no hay asonancias (repeticiones vocálicas) perceptibles entre los finales versales, lo que impide sonsonetes entre los versos blancos. En el tema de la bondad o maldad de las asonancias no todos los poetas y críticos están de acuerdo, pero si no hay asonancias no existen esas rimas escondidas que a veces perturban al verso blanco.

La única licencia métrica es que en el último verso hay que hacer un hiato para mantener el ritmo «u-na- úl-ti-ma- vez», como heptasílabo. Para ello no hay que pronunciar en una única sílaba fonética las vocales de fin e inicio de las dos primeras palabras. Lo más normal al pronunciar sería hacer la sinalefa «u-na úl-ti-ma- vez», uniendo la “a” y la “ú” en una única sílaba fonética, pero esa pronunciación haría al verso hexasílabo y al tener longitud par de una armonía diferente. Por ello, prefiero pronunciar «u-na- úl-ti-ma- vez” lo que hace al verso heptasílabo, además, la existencia de acento en la “ú” facilita algo esta división. No obstante, al tratarse del verso de cierre del poema no es tan importante que lo pronunciemos como hexasílabo, con el consiguiente cambio de ritmo, por ser el colofón del poema y no tener versos posteriores.

Normalmente insisto en mis artículos poéticos en los temas de ritmo y armonía de los poemas, tema bastante olvidado por los críticos en las reseñas poéticas. Hay que tener en cuenta que un poema es contenido y continente; conocer las normas de los continentes armónicos (la métrica) ayuda a poetas y lectores a descubrir los porqués de los ritmos agradables al oído. Eso no quiere decir que no haya versos libres que escapan a esas normas de metro y ritmo, pero tienen otros condicionantes y son bastantes menos en la poesía reciente de lo que muchos creen. Al respecto, enlazo a un artículo que publiqué en “Las nueve musas”, El verso blanco y el verso libre en el que explico con más detalle estos temas.

Los temas métricos, no sé si por desconocimiento o por que se los considera arduos, están a ausente de la mayoría de críticas poéticas. Ello significa dar una visión parcial a la crítica. Todo buen poeta debe conocer las normas métricas, aunque sea versolibrista, por aquello de que “para saltarse las normas hay que conocerlas, si no se quiere que el salto sea al vacío”, y a los lectores también les ayuda a saber cómo recitar un poema, teniendo en cuenta que la oralidad (el recitado, aunque sea con voz interior) es muy importante para disfrutar de un poema, sobre todo si es de base rítmica como los de esta autora.

En resumen, una poeta joven (26 años) con buenos textos y envueltos en un buen ritmo poético, sin cripticismos ni prosaísmos, que nos demuestra que la buena poesía está presente en las nuevas generaciones y una poeta de la que espero mucho en el futuro.

Ricardo Fernández Esteban

Ricardo Fernández Esteban

Ricardo Fernández Esteban, nacido en Barcelona, es ingeniero industrial y licenciado en filología hispánica. Ha dedicado su vida profesional a las finanzas de empresa, ejercido la docencia en universidades y escuelas de negocios, y participado en numerosas asociaciones profesionales.

Aunque siempre le interesó la literatura, ha comenzado a publicar en este siglo cuando pudo adquirir el tiempo necesario.

Dentro del género poético, empezó con la edición de una trilogía, “Cuadernos de las islas griegas”, que describían lo visto y sentido en sus viajes por las islas griegas; y recientemente ha publicado “Por las islas griegas”, un libro de viajes a modo de guía poética y personal que recorre más de 20 años de estancias y travesías por más de 70 islas y los mares que las rodean. Además, tiene editado un libro de poemas sobre la adicción por la navegación y las islas, “Islario de pasiones” (del que existe una versión bilingüe en griego y castellano), que duda entre seguir en el camino o buscar un destino; un libro de rimas, “Pensando en ti y en vosotras”, sobre las relaciones del narrador con las mujeres que se han cruzado en la senda de su vida; un poemario digital inspirado en la pintura, “De museos por Madrid”, que permite ver las obras de que tratan los poemas; y un tratado de métrica, “Métrica poética del español”, donde analiza con numerosos ejemplos todos los elementos que distinguen a los poemas de la prosa, dirigido tanto quienes escriben como a los lectores de poesía.

También ha publicado un libro de minirrelatos, “Cuentas de cuentos”, que busca conseguir la complicidad y sorpresa del lector en esas cortas historias que destilan la vida de sus personajes. Asimismo, ha participado en numerosas antologías y mantiene desde 2010 un blog de poesía “La palabra es mágica” (lapalabraesmagica.blogspot.com) en el que divulga obra propia publicada o inédita, y de otros poetas, que ya ha superado el millón doscientas cincuenta mil visitas.

Organiza y participa en numerosos actos culturales y es ferviente defensor de acercar la poesía y la literatura al público, con medios tradicionales o innovadores. Es miembro de la Junta Directiva del colectivo de escritores “El Laberinto de Ariadna” y de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña).

BIBLIOGRAFÍA

POESÍA

Cuadernos de las islas griegas, 2006.
Adendas del Dodecaneso, 2009.
Más islas, más adendas de Grecia, 2010.
Pensando en Vosotras, 2011. SIAL Ediciones, Madrid.
De museos por Madrid, 2020&2023. Digital en Amazon.
Islario de pasiones, 2020&2021. Papel y digital en Amazon.
Νησολόγιο παθών / Islario de pasiones, 2021, Editorial Παράξενες Μέδες, Rethymno (Grecia). En edición bilingüe traducida por Maira Fournari.
Por las islas griegas, 2021&2023. Papel y digital en Amazon.
Pensando en ti y en vosotras, 2023. Papel y digital en Amazon.
La palabra es mágica, (2010-2023). Blog poético: www.lapalabraesmagica.com

TEXTOS DIDÁCTICOS
Métrica poética del idioma español, 2020. Papel en Amazon.

RELATOS CORTOS
Cuentas de cuentos. Papel: 2015. Ònix editor, Barcelona.
Cuentas de cuentos. Digital: 2019. Luz azul ediciones, Barcelona
Cuentas de cuentos. Audiolibro: 2022. Luz azul ediciones, Barcelona

Reseñas literarias

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