Las nueve musas
Duda
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Voy a empezar con una definición sobre la vida, puesto que vivir es lo que más nos importa: la vida es una duda entre dos certezas: nacimiento y muerte.

Dicho así es tópico y parece dramático, pero no quiero que lo sea, sólo se trata de la verdad, como diría un positivista, estoy hablando de hechos. El término duda etimológicamente se relaciona con dos, cuando hay dónde elegir, comienza ese estado indefinido.

Podríamos entender al hombre como un animal que duda, al no poseer la certeza orientadora del instinto, y por eso avanza, esquiva, progresa; como experiencia equivale a la pregunta y,  donde hay pregunta, cabe la respuesta.

Quien duda no debe ser confundido con el indeciso. Las decisiones las tomamos porque la realidad que, está hecha de tiempo y espacio, se nos aparece como un proyecto de diversas posibilidades, y entre ellas nos vemos obligados a optar por la que corresponde a esas circunstancias, a veces queda pendiente: si es lo que debemos o no  hacer; de este modo le damos un componente ético a los actos. Y resultan éticos porque una decisión que cualquiera de nosotros toma, afecta a los otros.

La duda es parte fundamental de nuestra educación y para ello, cuando somos niños, se nos suele plantear un primer dilema. La cuestión para el adulto es irónica, pero como el niño no sabe de ironías, cae en la perplejidad que, a veces, se derrumba en llanto, ocurre cuando nos preguntan ¿y tú, niño, a quién quieres más, a tu padre o a tu madre? Si fuese posible, por un instante, perder la condición de niños, probablemente responderíamos con un sabio silencio…

Las distintas opciones forman parte del tiempo, pero también es el tiempo el que nos obliga a actuar. Cuando la flecha parte del arco, el arquero no tiene la seguridad de que dará en el blanco, solo sabe que lo busca.

Si la luz permaneciera siempre, no habría noche; si no fuese posible comparar la noche y el día, probablemente desaparecerían muchas imágenes. Frente a la oscuridad, que es ignorancia, no está la sabiduría, sino la duda de que nuestra barbarie pueda ser total,  esta sombra es una matización que agregamos en el camino del conocimiento.  Se trata de una grieta que deja pasar la luz e ilumina la realidad, de tal modo que elimina esa capa dura de dogmatismo o costumbre que suele cubrirla.

Si una mañana dejamos de dudar, aunque solo sea de nosotros mismos, probablemente,  recordaremos aquellos días en los que, bajo la zozobra de elegir,  nos sentíamos vivos.

DUDA

La duda no hay para qué curarla; no es una enfermedad.

Juan Ramón Jiménez                          

 La duda no es transparente, la certeza sí.
Aunque vive en la niebla,
orienta hacia la luz.

Kafka y Unamuno pasean o dudan por bosques y calles que, aunque fueron oscuros, parecen hechos para caminar. Ayer tuve una duda, la expondría ante vosotros, sin embargo, no la formularé, temo que si lo hago, desaparezca.

La he llevado a los campos, la he subido a aquellas  montañas, seguro que algunos preferirán el mar, aún no sé qué hacer, porque una duda cuando crece se hace pregunta y la mar, si bien se mira, no es ya respuesta.

Voy a describirla muy lentamente: su aspecto es como usada, con un color gris humo, apenas pesa, pero siempre está destinada a caer al suelo.

¡Por favor, que nadie la pise! En estos tiempos, una duda, sería tan débil que son suficientes unos minutos frente al televisor, para que la olvidemos. La certeza mata, la duda sobrevive. La enseñanza que siembra dudas, florecerá.

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO

José Luis Martínez Valero

José Luis Martínez Valero. Águilas, 1941

Catedrático de Enseñanza Media de Lengua y Literatura Españolas.

Ha publicado: Poesía (1982), La puerta falsa (2002), La espalda del fotógrafo (2003), Tres actores y un escenario (2006), Tres monólogos (2007) Plaza de Belluga (2009) El escritor y su paisaje (2009) Libro abierto (2010), Merced 22 (2013), Daniel en Auderghem (2015), Puerto de Sombra (2017), Sintaxis (2019), Otoño en Babel (2022).

Ha coordinado el ciclo de Poesía en el Archivo (2007, 2008 y 2009).

Guionista en los documentales: Miguel Espinosa y Jorge Guillén en Murcia.
Aguafuertista e ilustrador.

Reseñas literarias

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