(Llamamiento por la paz I)
El título sorprende, sí, pero sorprende por la desinformación y sus consecuencias. Porque no hace tanto tiempo judíos y palestinos (judíos, musulmanes y cristianos) convivieron pacíficamente en una tierra común, Palestina.
Este territorio, cuna del judaísmo y del cristianismo, cuna de religiones hermanas, ha sido una región convulsa a través de los tiempos. Por ella han pasado reinos independientes, el antiguo Egipto, Persia, Alejandro Magno, el Imperio Romano, varias dinastías musulmanas, los cruzados, el Imperio Otomano y, en época reciente, el Reino Unido. ¿A qué empezar, pues, con reivindicaciones históricas? ¿Qué sentido tiene? Lo que importa es el aquí y ahora, y el hecho de que en algún momento de la historia convivieron unos y otros sin saber si eran unos u otros y sin que importara saberlo.
¿Cuándo empezaremos los seres humanos a considerar al otro como igual? ¿O, al menos, a considerarlo sin tener en cuenta si profesa una religión distinta de la propia? ¿Sin ver en el color de la piel a un enemigo? ¿Cuándo, al vislumbrar a lo lejos a un humano desconocido no desconfiaremos y nos pondremos en guardia en vez de pensar en primera línea en qué podremos hacer juntos para construir nuestro propio bienestar y el de otros? Casi utópico, sí, pero no imposible. En absoluto imposible.
Uno de los graves problemas que a menudo no percibimos es precisamente el hecho de que hemos dejado de creer en que lo bueno y constructivo es posible. A ello contribuyen en gran medida los prejuicios (sinónimo de miedo por desconocimiento), la poca fe en el poder de la iniciativa individual (que puede devenir grupal y multitudinaria y hasta convertirse en global), y, sobre todo, las consecuencias que se van acumulando a partir de lo anteriormente dicho: el odio y la violencia que se genera y regenera hasta multiplicarse infinitamente y convertirse en un «enemigo histórico», idea que damos en herencia a las generaciones que nos sobreviven y así sucesivamente.
Los medios de comunicación, el cuarto pilar de base de la democracia, constituyen un factor esencial para perpetuar la imagen de eterno enemigo o, por el contrario, de dar a conocer aspectos que pueden desarmar la idea del supuesto enemigo histórico para subvertir así el concepto.
Hace ya mucho que sabemos que el enemigo se construye. Ciertamente, algunos medios de comunicación están al servicio de poderosos intereses económicos y/o geopolíticos, otros sin embargo actúan de modo inconsciente llevados por paradigmas demasiado instalados en nuestras sociedades como para ponerlos en duda y así desatienden signos importantísimos que contradicen la supuesta idea de la enemistad perpetua entre los pueblos. A estos últimos apelo.
Si en los medios seguimos viendo únicamente la violencia que propician gobiernos, autoridades políticas y poderes fácticos de todo orden a través de la puesta en marcha de su maquinaria de guerra contribuimos a reforzar el malentendido, la falacia de que la llamada «cuestión palestina» es un problema que radica en el odio mutuo ancestral y que no tiene solución. No; hay que dar a conocer también la otra parte, la que muestra y demuestra que hay muchos ciudadanos de a pie entre judíos y entre palestinos que trabajan, juntos y/o por separado, por la paz.
Y dan señales de ello, se manifiestan. Existen desde hace tiempo, pero no se conocen. Seguro que hay grandes intereses creados que los quieren ocultos e incluso trabajan proactivamente para ocultarlos. Esto lo sabemos, no resuelve nada hablar de estos poderes ocultos. Lo que ahora interesa es hablar de ese otro poder, lamentablemente también oculto —o mejor ocultado— para que deje de estar oculto, para que salgan a la luz en todo el mundo estas iniciativas de la sociedad civil que trabaja incansable por la paz.
Me interesa —nos interesa— trabajar a favor de las acciones positivas y pacíficas; no podemos desgastar nuestra energía en lo que no va a cambiar las cosas.
Este artículo pretende ser un llamamiento a las voces, a todas las voces, tanto a los medios de comunicación independientes que pretendan contribuir a dar a conocer, respaldar y engrosar todo movimiento que persiga la paz entre ambos pueblos, como a iniciativas individuales que quieran añadirse y proclamar a los cuatro vientos que estas iniciativas ya existen y que necesitan voz que las dé a conocer en todo el mundo. Son iniciativas de civiles, judías y palestinas, algunas de ellas mixtas, que de manera pacífica trabajan desde hace tiempo por conseguir que su tierra sea un lugar de acogida para israelíes y para palestinos. Porque dándolas a conocer las fortalecemos y, fortaleciéndolas, damos una oportunidad a que de estas organizaciones, grupos, y tendencias consiga salir una representación de base civil suficientemente reconocida que obligue a los respectivos gobiernos y/o autoridades a deponer las armas y a parlamentar con la garantía de observadores exteriores. Sé que algunas están en ello y lo intentan, pero ¿quién conoce sus esfuerzos? ¿Se dan a conocer sus voces? Debemos, pues, apoyarlas, y hacerles llegar señales de nuestro aliento.
Porque la sociedad civil tiene fuerza, puede tener mucha, pero debemos creer que la tiene. Lo que sí está claro es que la paz no se conseguirá nunca con las armas. La paz no tendrá ninguna oportunidad si no se promueve desde la no-violencia. Debe ser impulsada por las voces de ambos pueblos que saben que los enemigos se construyen, que la construcción se urde y es una falacia, y que ellos, sus pueblos, no están dispuestos a seguir echando leña a esta perversa construcción.
Sólo la paz es el camino.
A quien pueda aportar algo en este sentido pido su contribución. Muchas gracias.
A continuación una relación de iniciativas, asociaciones judías, palestinas y mixtas que trabajan por la paz entre ambos pueblos. Es una lista corta, hay más, muchas más. Por favor, háganles llegar su apoyo y denlas a conocer donde quiera que puedan. Gracias:
Jewish Voice for Peace (JVP)
If Not Now (INN)
Combatants for Peace (CfP)
Dones Palestines en Acció per la Pau: Bat Shalom
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Audiovisuales que aluden al trabajo de paz de ambos pueblos en diversos momentos de su historia:
– Latituds. Dones construint la pau a Israel i Palestina 1, Documental, VV.AA., Catalunya, 2010, Editor Televisió de Catalunya – Institut Català Internacional per la Pau
Sinopsis: En Israel hay numerosas organizaciones feministas y pacifistas, donde mujeres judías y palestinas trabajan conjuntamente por una paz justa. Es el caso de Dones de Negre Mujeres de Negro / Women in Black, red feminista pacifista internacional que se manifiesta cada semana por la paz, desde hace más de 20 años. En Israel lo hacen en Haifa y Tel Aviv.
– Diferents cultures i un mateix objectiu: dones que lluiten per la pau:
Sinopsis: El 19 de octubre de 2016, una marcha de más de 4.000 mujeres palestinas e israelíes desfiló desde el norte de Israel hacia Jerusalén. Al atardecer ya eran 15.000 las participantes que se habían reunido ante la residencia del primer ministro. Todas juntas formaban parte del proyecto ‘March of Hope’ («Marcha de la esperanza»), en el marco del movimiento ‘Women Wage Peace’, que empezó en verano de 2014 durante la escalada de violencia entre israelíes y palestinos en la operación militar Tzuk Eitan.
En el vídeo, la artista israelí Yael Deckelbaum canta «Prayer Of the Mothers», una oración con la que más de 30 mujeres judías, árabes y de otras culturas y religiones apoyan y honran el valiente trabajo de este movimiento, en que Leymah Gbowee, Premio Nobel de la Paz que lideró el fin de la segunda guerra civil de Liberia en 2003, anima a las mujeres a luchar por un futuro mejor para sus hijos e hijas. Women Waging Peace sigue convocando acciones en el mundo, en Marruecos, París, San Francisco, Jordania o Egipto, en su intento de concienciar a las personas de que es necesario restaurar el diálogo para acabar con los conflictos armados en Oriente y en todo el mundo de una manera pacífica.
– Coexistence, una antología de poetas árabes y hebreos que trabajan por la reconciliación
La lista podría seguir; es larga, démos a conocer este trabajo. Debemos ser su eco.
Crescendo, pel·lícula, 2019, Alemania, Director: Dror Zahavi
Sinopsis: Cuando el famoso director de orquesta Eduard Sporck acepta el trabajo de crear una orquesta juvenil israelí-palestina, se ve rápidamente sumido en una tempestad de problemas sin solución. Habiendo crecido en un estado de guerra, represión y riesgo constante de ataques terroristas, los jóvenes músicos de ambos lados están lejos de ser capaces de formar un equipo. Alineados detrás de los dos mejores violinistas, Layla (palestina) y Ron (israelí), forman dos grupos que desconfían profundamente unos de otros, tanto dentro como fuera del escenario. ¿Tendrá éxito Sporck y hará que los jóvenes olviden su odio, al menos durante las tres semanas hasta el concierto?
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