4ª parte (1973 – hoy)
Tal como imaginaría cualquiera, después de 1973, no prevalecían sentimientos de fraternidad y solidaridad hacia los palestinos. Todo lo contrario, me atrevería a decir.
La hostilidad y el odio sobraban, algo que se tradujo en un esfuerzo sistemático de exterminio. No hay que olvidar que aparte de las guerras habían sucedido incidentes horribles como el secuestro y asesinato de atletas israelíes durante los juegos olímpicos de Múnich en 1972.
¿La existencia de los palestinos había provocado 4 guerras contra todos los árabes y quién podía garantizar que no provocaría más? La respuesta era simple. El peligro tenía que desaparecer para siempre si Israel quería sobrevivir. Así comenzó un juego de gata y rata o de David y Goliat y creo que no es necesario definir quién era quién.
La opinión pública israelí se había hecho más militarista y belicosa que nunca. Aún hoy en día los uniformes militares son el espectáculo más común en Israel. Hombres y mujeres, sin ninguna excepción, tienen que hacer un servicio militar de 3 años. Una enorme parte de los primeros ministros son ex militares hasta el punto de que tener un rango de coronel, por lo menos, !parece ser casi un requisito si alguien quiere postularse para primer ministro! Sobra decir que todos ellos, normalmente, son respaldados por partidos de la derecha, moderada o extrema, normalmente siendo sus líderes.
Esa mentalidad belicosa parece que ha infiltrado en todos los sectores de la sociedad, todas las capas, todas las edades. Pocos van a olvidar imágenes como de una niña que escribía “Desde Israel, con amor” sobre un misil que se iba a lanzar a niños palestinos, probablemente de su edad también, o de ciudadanos en cumbres de colinas viendo los bombardeos de Gaza o Cisjordania, y gritando después de cada explosión exactamente del modo que los aficionados del fútbol celebran un gol.
Los palestinos sufren, a diario, hostilidad y racismo de primera clase como ciudadanos de segunda, viviendo bajo condiciones tercermundistas, privados de bienes esenciales, como agua potable, escuelas, hospitales, corriente etc.
Tras la última guerra de 1973 los palestinos siguieron su lucha de forma guerrillera o terrorista con organizaciones como la OLP (Organización de Liberación de Palestina), fundada por Yaser Arafat, la descendiente de la OLP Hamás u otras como Fatah, Hezbolah etc.
Muchos de los miembros de las organizaciones en cuestión encontraban amparo y entrenamiento en los países vecinos como Siria o Líbano. Eso llevó a la invasión israelí de 1982 en Líbano a fin de exterminar núcleos de la OLP al lado de su frontera nórdica. La invasión la dirigió el general Ariel Sharón, quien, tras muchos años alcanzó el oficio de… ¡qué sorpresa… primer ministro!
En contrapartida, Israel se empeñó en realizar una política de invasión paulatina, lenta y astuta a través de la creación de asentamientos judíos en los territorios palestinos. El proceso es más o menos el siguiente. El ejército desplaza a palestinos simplemente echándolos fuera de sus casas o coches. En una narración de un ex soldado se hace referencia a cajas repletas de llaves de coches palestinos incautados arbitrariamente. ¡Otra manera de represión es tildar una casa palestina de ilegal y exigir su inmediata destrucción a expensas del propietario!
Como si no fuera bastante, el estado israelí comenzó a erguir muros alrededor de las áreas palestinas impidiendo a los habitantes la circulación libre de una parte a otra. Los palestinos necesitan permisos especiales para viajar dentro del país, aún para visitar familiares. ¿Dónde hemos visto algo parecido? ¡Hmmm… A! En África del Sur, el país que inventó el término Apartheid, que significa división en holandés, la base del afrikáans. ¿Y muros?… ¿será que nos recuerda un poco a Berlín? Puede ser. En el mapa de abajo se puede constatar como Israel mordisquea, gradualmente, el territorio palestino.
En cuanto al comportamiento de las fuerzas uniformadas, de seguridad, hacia los palestinos, nadie no sabría por dónde empezar. La represión, los controles arbitrarios, los infinitos retenes en las calles, los encarcelamientos injustos, el empleo de violencia desmesurada por un ejército todopoderoso hacia niños con piedras, y toda clase de abuso de poder, son fenómenos cotidianos. Aquí vale la pena mencionar que Israel se ha convertido en uno de los mayores exportadores, no solo de armas, sino, sobre todo, de asesoramiento de seguridad, vigilancia, antiterrorismo, combate, represión de revueltas e insurgencias, etc, del mundo. Sobra decir que todos sus productos ya se han empleado, exitosamente, contra los palestinos.
En mis ojos, un pueblo que, durante milenios, ha hecho nada más que recibir cacheteadas y patadas por todos, un pueblo que llegó al borde de extinción más de una vez, acabó convirtiéndose en un monstruo que está dispuesto a morder sin piedad cualquiera que intente dañarlo otra vez. Es triste, pero lógico, ¿no?
¿Y todo eso significa qué? ¿Que los israelíes llevan una vida feliz oprimiendo a los palestinos y vengándose por las 4 guerras que han sufrido? Ni hablar. Ellos, también, viven en un estado de terror, amenazados constantemente por lanzamientos de misiles o ataques terroristas con bombas convencionales o “humanas” realizadas por terroristas suicidas. Sirenas de alarmas y gente que acude corriendo a búnkeres es un fenómeno bien común también.
Ahora bien, parece que estamos en el medio de un camino destructivo sin fin. ¿Y qué dice la opinión pública internacional de todo eso? Los EEUU son clara e irrevocablemente aliados de Israel. La mayoría de los países europeos parece que apoyan a los palestinos, pero, tal como suele hacer la Unión Europea, solo verbalmente. En la época soviética los rusos habían apoyado a los árabes, pero hoy día parecen mantenerse neutros.
Un buen ejemplo de la volatilidad de la política y las relaciones internacionales es el caso de Grecia y Turquía. Durante la década de los 80 y los 90 la postura gubernamental helena era claramente pro palestina, mientras la respectiva turca era pro israelí.
Imaginemos que el líder socialista Andreas Papandreu sacó varias fotos con Arafat, mientras hoy día, ¡líderes de ideologías similares se proclaman como aliados indiscutibles de Israel…gente que antes tomaba parte en manifestaciones contra Israel con banderas y fulares palestinos!
Con todo, hay que diferenciar la opinión pública, la cual siempre ha sido pro palestina, sobre todo entre izquierdistas, que siempre veían los fulares palestinos como símbolo de resistencia. Dichos fulares eran bien populares aún entre aficionados de fútbol. Respectivamente, la mayoría de la opinión pública turca siempre ha sido fanáticamente anti sionista.
Igual al cambio de la postura de los gobiernos helenos, cambió 180 grados la principal política turca también. Hace tiempo que el islamista Erdogán se ha proclamado protector de todos los musulmanes, así que ha expresado su apoyo total a los palestinos, reprochando a Israel por su política autoritaria e intolerante… Erdogán… que hace lo mismo o cosas mucho peores a su minoría principal (20 millones en un estado de 80 millones), los Kurdos, que en breve se van a encontrar sin partido político, con todos sus líderes en la cárcel, sin derecho a hablar su idioma, y sin ninguna representación en el parlamento turco.
La política es muy chistosa a veces. Contrariamente a la vida de los habitantes de Israel, vengan de donde vengan…
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