Según lo que la gran mayoría sabe, América fue descubierta en el año 1492 por el italiano Cristóbal Colón, o Cristoforo Colombo, después de una misión patrocinada por la reina de España, Isabel.
Sin embargo, no son pocos los que lo disputan vehementemente, ya que hay desde indicios hasta pruebas, según los cuales, ha habido al menos cinco naciones, con gran tradición náutica, que habían alcanzado las costas americanas mucho más temprano que Colón, quien, a propósito, ni siquiera consiguió que el nuevo continente llevara su nombre, y no injustamente, ya que, al llegar, tenía la impresión de que había llegado a las Indias Orientales (hoy Indonesia)…en el mejor caso…porque hay relatos sobre Cipango (Japón) o la India, algo que haría su error aún mayor si fuera verdad…
Por cierto, el continente lleva el nombre de Américo Vespucio, otro navegante italiano que fue el primero, después de Colón, que se dio cuenta de que se trataba de un nuevo continente.
Los primeros que, parece, que llegaron a América, fueron los antecedentes de los judíos, los fenicios en un período entre 1000 y 500 antes de Cristo.
Esta teoría se basa en el descubrimiento de trozos de cerámica con inscripciones en aramaico, es decir en hebreo antiguo, tanto en EEUU, como en Brasil. Aquí vale la pena mencionar las otras dos potencias marítimas del Mediterráneo Oriental, los griegos y los egipcios, sobre los cuales, hay bastantes indicios de viajes transatlánticos también, desde las pirámides, que existían tanto en Egipto, como en Centroamérica, principalmente, hasta la “perdida Atlántida” y unos viajes griegos hasta Groenlandia, descritos con asombrosa precisión por el historiador Plutarco.
Otros hallazgos, que insinuaban descubrimientos de América por pueblos mediterráneos, fueron monedas fenicias con un mapa mundial que incluía América, piñas en mosaicos romanos, y así sucesivamente.
Los segundos fueron los famosos, o notorios, vikingos, quienes llegaron a Groenlandia alrededor de 985 dC. Un poco más tarde, cerca de 1000 dC, un líder suyo, llamado Leif Erickson, sobrepasó la hazaña anterior, llegando a Canadá.
Allí fueron fundados bastantes asentamientos vikingos, en áreas como Vinlandia, Hellulandia y Marklandia, que duraron hasta 1400 dC. Después tuvieron que ser disueltos y abandonados a causa del hostigamiento de las tribus locales y el clima, que resultó siendo demasiado duro aún para los vikingos.
Afortunadamente, para los historiadores, no se fueron con manos vacías, llevándose a unas amerindias, gracias a quienes, se ha encontrado ADN amerindio en Escandinavia.
Otros grandes navegadores eran, y siguen siendo, los Polinesios, algo que, supongo que no debería extrañar a nadie. Los polinesios no tenían otra opción que desarrollar habilidades marineras extraordinarias para sobrevivir en un entorno como el Océano Pacífico, cuyo nombre, a propósito, no es nada que un puro eufemismo, ya que dicho océano tiene muy poco que ver con cualquier tipo de paz. Para ser más preciso, tal vez se trate del océano más hostil del planeta.
Parece que los polinesios consiguieron llegar hasta las costas de Chile y Perú, donde tuvieron contacto con los incas y los mapuches entre 700 y 1000 dC. Eso lo demuestra, por parte, el hecho que aparecieron en los archipiélagos polinesios productos americanos, como la batata, o ciertos tipos de gallinas americanas, mucho más temprano que en Europa.
Entre todos estos pueblos, vale la pena mencionar a los chinos, que entre los siglos 14 y 15, a lo mejor tenían los mayores, más desarrollados, y mejor equipados barcos del mundo, los cuales, algunos, los llaman los primeros verdaderos transoceánicos.
Por desgracia, los entonces chinos eran demasiado crípticos y destruían sistemáticamente sus archivos para que no hubiera ningún tipo de filtración. No obstante, hemos conseguido enterarnos de que un capitán, llamado Zheng He, viajó más de 48.000 km rumbo al este, una distancia bien suficiente para alcanzar las costas occidentales de América. Además, han sido encontradas porcelanas chinas, de aquella época, tanto en California, como en Méjico y Perú, algo que no se puede ignorar. Según varios expertos, a pesar de la falta de archivos y evidencias indisputables, con los buques que disponían, los chinos podían alcanzar cualquier lugar del planeta que les diera la gana.
Un caso sorprendente es el de Mali, un estado de África occidental que se empeñó en actividades marítimas bien desarrolladas entre 1200 y 1600. Más en particular, alrededor del año 1300, el monarca Abubakari II, que tenía una enorme pasión por la navegación, organizó unas misiones al actual Brasil, dejándonos mapas tan buenos, que, a continuación, fueron usados por los portugueses también.
¿Será que los mencionamos a todos? ¡Ay! Parece que nos hemos olvidado de los pueblos más importantes, los que fueron, indudablemente, los primeros en descubrir América. ¿Quiénes? Pues, los propios “nativos”, y las comillas no se han puesto al azar.
Los “nativos”, o “indígenas”, o “indios” etc, se mudaron hace miles de años desde Asia, cruzando el estrecho de Bering sin ni siquiera mojar sus pies, puesto que en aquel período el estrecho todavía, prácticamente, no existía, ya que estaba congelado. Si echamos un vistazo a las características principales de los amerindios, no tendremos ninguna dificultad en constatar que son casi todas asiáticas. Pelo negro y liso, ojos rasgados, poco vello facial, o corporal, alturas relativamente bajas etc. Aquí, abajo, tenemos unos ejemplos de amerindios y asiáticos. ¿Qué tan fácil es discernirlos? De nada fácil a imposible, me atrevería a decir…
Consecuentemente, es bastante difícil aceptar que Cristóbal Colón haya sido, indudablemente, el primero en descubrir América; sin embargo, el aventurero genovés, sí que ha sido primero en algo.
Siendo un producto de su época, Colón buscaba patrocinadores para realizar viajes en busca de especias, productos que durante los siglos XIV y XV tenían casi el valor de plata u oro. Después de la caída de Constantinopla en manos turcas, o sea musulmanes, las rutas hacia el este, prácticamente cerraron para los cristianos occidentales, así que hubo que buscar otras alternativas.
Así surgió la idea de alcanzar Asia navegando hacia el oeste. Como todos sabemos, los patrocinadores de sus expediciones fueron los reyes de Castilla, Fernando e Isabel, que esperaban, a cambio, todo lo que se pudiera adquirir durante una misión así. Nuevas tierras, especias, oro, plata, nuevos productos y… esclavos. Sí, esclavos. Desafortunadamente, los cristianos de aquella época no consideraban la esclavitud de “salvajes” un pecado, por increíble y espeluznante que nos suene hoy en día.
Colón empezó su viaje con tres carabelas esperando encontrar Asia o, más en particular, el Japón (entonces Cipango) y las Indias Orientales (actual Indonesia) en el otro lado del Océano Atlántico. Por razones casi inexplicables, la mayoría de los europeos seguían ignorando la existencia de América, a pesar de las experiencias y los logros antes mencionados.
Aquí vale la pena mencionar la profecía de un cuento indígena mexicano. Un árbol-profeta advirtió a una tribu que se llamaba Yaqui que vendría del norte un monstruo, una serpiente gigantesca, que los iba a eliminar a todos. Ellos pidieron inmediatamente la ayuda de un chapulín-brujo que al final logró exterminar el monstruo, salvando a los Yaquis.
No obstante, al morir, la serpiente, a su vez, les dio una nueva profecía, que los advertía de otra amenaza, cien veces mayor que la anterior, que llegaría mucho más tarde, y que tendría que ser enfrentada con mucho más coraje.
El peligro consistía en “hombres blancos, acorazados, con armas de gran poder que vomitarían fuego”. ¿Quién sería el primer hombre que iba a encajar en esta descripción? Antes dijimos que Colón sí que fue primero en algo. ¿Será que fue en eso?
Añadir comentario