Jorge León Gustà nació en Barcelona en 1962, en cuya universidad estudió Filología Hispánica y se doctoró en 2000. Catedrático de Instituto en Barcelona, ha publicado diferentes estudios y ediciones críticas de clásicos del Siglo de Oro, como las Poesías completas de Cristóbal Mosquera de Figueroa, poeta sevillano de la segunda mitad del siglo XVI; también la comedia Los melindres de Belisa, incluida en la Parte IX de las Comedias de Lope de Vega.
Como profesor de secundaria, además de ser coautor de manuales de Lengua española y Literatura, ha publicado una edición de La Celestina. Junto con Jaime Martínez Sallés, ha escrito el libro de viajes Un veterinario en la nieve.
En 2014 publicó un libro de poemas, Breves fragmentos rotos contra el cielo. Actualmente presenta en Barcelona la exposición “Tocar la luz” de fotografía y poesía junto a Claudia León Mas.
De su pasión por la música nace su afición por el género de las variaciones, que ha llevado al terreno de la poesía: a partir de un tema inicial (tomando como ejemplo las Variaciones Haydn de Brahms, o las Heroica de Beethoven), se desarrollan sus motivos a lo largo de pequeñas composiciones. El breve conjunto explora las posibilidades expresivas a partir de un poema de Antonio Machado, cuya serie invita al lector a realizar un viaje que profundiza en los motivos y temas presentados.
Variaciones sobre un tema machadiano
El tema
Al borde del sendero un día nos sentamos.
Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita
son las desesperantes posturas que tomamos
para aguardar… Mas Ella no faltará a la cita.
A. Machado
Variación I
Al borde del sendero un día nos sentamos.
Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita
son las desesperantes posturas que tomamos
para aguardar… Mas Ella no faltará la cita.
10 /II/2014
Variación II
Me he sentado al borde del camino.
Mi vida lucha por salir de este tiempo:
desesperación, desengaño, abismo.
¿Para qué esperar qué?
Porque sé que ella, por más que luche,
no faltará a la cita.
14 –V – 13
Variación III
¿Qué importa que luche
-la desesperación recorre mi médula-
o que me lance al vacío?
¿Qué importa que me obstine en mi afán,
perro ciego y sin olfato?
Da igual intentar impedirlo.
Siempre estará ella aguardándome.
14 – V – 13
Variación IV
El cielo se cierne indiferente sobre la piedra fría. Rocas blancas, hierba verde. El viento mantiene el paisaje –grama, arbustos, esperanzas- a ras de suelo. La Naturaleza se rinde a la matemática celeste.
Solo yo me alzo para preguntar al horizonte.
Pero la mirada de ella vigila desde lo alto que todo llegue a su fin.
Variación V
Mi camino serpentea hasta el horizonte.
Solo me asaltan las preguntas. Se ha callado la música.
El polvo y el calor ahogan el cielo azul.
El paisaje yermo se extiende con su aplastante fulgor.
Atravieso la luz del silencio y de la tristeza,
y cuanto más avanzo mejor veo que no hay nada más allá.
Se ha detenido el camino en un instante. Piedras.
Y entonces, descubro la inmediatez:
cuanto veo, es.
Sigo mi camino hasta comprender el más acá.
el silencio va dando paso a la claridad
y las preguntas se cierran ante el ahora mientras
se apaga mi angustia
hasta aprender a rodearme
de piedras e inquietudes, calor,
y encontrar en el paisaje el infinito azul.
4/III/2004
Variación VI
Entro lentamente a través
de las sombras, hasta comprender
(el camino de la penumbra a la luz)
la recóndita armonía de tu cuerpo.
20 /XII/ 13
Variación VII
¿Acaso tu caricia es el silencio,
la música más hermosa?
Variación VIII
Quiero cegarme de la luz de la vida,
que llene mi cielo y mi tierra,
que marque mi horizonte.
Quiero olvidarme de la ceguedad de la vida,
que el cielo llene mi tierra
y que el camino me lleve hacia la luz.
Horizontéame mi vida hacia la luz,
ciélame la tierra, y que todo lo cubra el azul
puro atravesado por el camino de la plenitud.
17 / V / 13
Variación IX
¿Para qué soñar con el olor de tu cintura
o caer rendido ante la sonrisa de tu andar?
Para qué elevarme en mi lucha constante
por salvar en agonía contra el olvido
mis ilusiones despeñadas?
¿Para qué atarme al mástil
de mi soledad insegura
si no he de alcanzar deseos y sueños
que los demás me urgen y el tiempo arrastra
antes de que la airada muerte
cubra de hielo mi mirada?
Quizá porque ella no faltará a la cita.
4/VI/13
Variación X
No puede morir el recuerdo de tu aroma,
ni el ritmo de tu mirada,
el sonido eterno de tus pupilas.
No puede el humo arrebatarme
el equilibrio escondido de la arquitectura de tus besos.
29 – VII – 13
Variación XI
Acaba ya este dolor de vivir
y convierte con tu caricia mi angustia
en la serena tierra nada.
3 –VI -13
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