Ramon Casalé Soler
“El cuerpo es el instrumento del alma”
Aristóteles
“Existen en nosotros varias memorias. El cuerpo y el espíritu tienen cada uno la suya”
Honoré de Balzac
Recientemente tuve la ocasión de visitar el taller del polifacético artista francés Claude Jeanmart ubicado en Pin Balma, localidad cercana a Toulouse.
El motivo del encuentro se debió a la preparación de la próxima exposición que celebrará en el mes de septiembre en el Museo Monjo de Vilassar de Mar (Barcelona) junto al artista conceptual catalán Jordi Cerdà. Ambos llevan colaborando desde hace 25 años en diversos proyectos que se han mostrado en galerías, museos y fundaciones de España y Francia, cuyo núcleo esencial es el Paralelismo/Parallélisme.
La estancia en Pin Balma coincidió con una exposición individual de Claude Jeanmart en el Centro de Arte Carmel de Pamiers, donde el cuerpo humano es el protagonista. La muestra se titula Le corps transfiguré, en la que también participan los artistas: Hélene Angeletti, Edwige Mandrou, Walter Barrientos y Manuel Martínez. Cada uno de ellos dispone de una sala de grandes dimensiones para exhibir sus trabajos.
Según el semanario local Ici Pamiers, los artistas transforman “la fisonomía de los cuerpos, integrando elementos inusuales o poniendo en juego la hibridación y la mezcla, estas obras artísticas contribuyen a hacer visible la naturaleza humana iluminada bajo una luz inhabitual y sorprendente”.
Pero antes de comentar la exposición es conveniente destacar su trayectoria artística, ya que lleva más de seis décadas dedicadas a la docencia y la creación. Nacido en la región parisiense de Soisy-sous-Montmorency en 1937 y formado en la École des Arts Appliqués de Paris y en la École Normale Supérieure de Cachan, también fue profesor de Expresión Visual y Artes Plásticas en el Lycée des Arênes de Tolouse y de Artes Gráficas en la Universidad Jean Jaurès de la misma ciudad.
Su obra se ha expuesto en diferentes países europeos, americanos y asiáticos, así como en Marruecos. Desde siempre se ha interesado por todo lo relacionado con los medios audiovisuales y digitales. Respecto a la colaboración con Jordi Cerdà se basa en crear y generar una serie de estímulos que después deben recibir una respuesta, o lo que es lo mismo, la confrontación y el intercambio de ideas y conceptos entre ambos dará como resultado una obra dinámica, reflexiva y sobre todo plena de ironía.
De hecho, la primera vez que entré en contacto con su trabajo fue con ocasión de la exposición “Observatori K” dedicada a la obra de Franz Kafka -uno de sus autores preferidos- que realizó con Jordi Cerdà en la Fundación Vila Casas de Torroella de Montgrí (Girona) en 2013.
Pero no sólo ha mostrado interés en Kafka, sino también en otros personajes literarios: Karel Capek, Giacomo Casanova, Gérard Georges Lemaire, Max Guedj o Patricia Runfola. Todos ellos son de algún modo protagonistas de sus creaciones donde fusiona el trabajo digital con diversas técnicas y procedimientos pictóricos presentados habitualmente a modo de políptico, sobre todo las obras de mayores dimensiones o que requiere un espacio más grande. Por ello, el grafismo, la pintura, el video, la fotografía y las instalaciones son consustanciales en su devenir creativo.
Con Jordi Cerdà han desarrollado proyectos en los que combinan la técnica mixta con la digital: vídeos, films, performances… que se han exhibido a través de piezas como Historia del Arte, Sombras, Velado-Desvelado, Kafka. Praga, Don Quijote en Barcelona, Moleskine y la más reciente Sapiens.
Una de las facetas más conocidas del artista se produjo durante el periodo 1972-1982 en que fotografió y entrevistó a un gran número de artistas en sus lugares de creación, o sea, en los talleres y estudios donde se forjaban sus proyectos y obras. En total aparecieron en los documentales realizados por la CRDP de Tolouse una setentena de artistas y conservadores, además de una veintena de exposiciones como, por ejemplo, la de Ramsés, las Colecciones de Beaubourg o el Museo Rodin.
Respecto a la exposición Le corps transfiguré, aparecen en las paredes de la sala una serie de personajes dispuestos en diferentes posiciones realizando una serie de movimientos extraños o bien danzando. Parecen extraídos de un universo entre mitológico y surreal, ya que algunos de ellos soportan una especie de columnas -los llamados atlantes-, lo que acentúa más la idea de aunar el pasado con el presente.
De hecho, esta temática la lleva desarrollando desde hace años, ya que tiene la particularidad de que los personajes que aparecen, también denominados Corps aveugles (Cuerpos ciegos), los crea dibujando sobre el papel con los ojos vendados mientras va tocando el cuerpo desnudo del/la modelo. O sea, a partir del tacto va surgiendo la obra. Luego en su estudio va siguiendo el dibujo para después pintarlo en diferentes colores, aunque el rojo y el negro son los preferidos por el artista. Todo ello produce un efecto muy impactante en el espectador, tanto por su exacerbado cromatismo, como por la expresividad de los cuerpos desnudos.
Este interés por el mundo de los ciegos se debe a dos circunstancias. Por un lado, a la lectura de la “Carta sobre los ciegos para uso de los que la pueden ver” del enciclopedista y filósofo francés Denis Diderot, escrita a mediados del siglo XVIII. Su publicación le condenó a pasar un mes en la cárcel acusado de libertinaje intelectual, debido al “tono escéptico del texto y sus tesis agnósticas” y, por otra parte, el hecho de reencontrase con una amiga que se volvió ciega le condujo a reflexionar sobre ello. En consecuencia, se adentró en un terreno que consideraba como “nuevo y fascinante”.
- Diderot, Denis (Autor)
Todas las obras son de grandes dimensiones, denominándolas Los Retratos gigantes, Los Gigantes, Los Atlantes (personajes mitológicos que sostienen los pilares de La Tierra) y Las Apsaras (deidades acuáticas de la mitología hindú).
Esta forma de expresarse indica una manera diferente de representar la realidad. Una realidad a partir de la ceguera, o sea de la oscuridad más absoluta y que solamente los invidentes tienen la capacidad de captar o saber lo que tienen alrededor suyo mediante el tacto. Por consiguiente, el artista representa unos seres transfigurados, dando a entender que el público invidente es así como los distingue.
En conjunto la obra de Claude Jeanmart no deja indiferente a nadie, principalmente por su manera de explicar, sentir y mostrar al público aspectos y situaciones a los que aparentemente no se le da demasiada importancia pero que objetivamente sí la tienen. Debido a ello, sus pinturas y dibujos se rigen por unas vías donde la libertad de ejecución se expresa según sus pensamientos, los cuales nacen o provienen de diversas fuentes tanto clásicas, en que la mitología y la historia son fundamentales, como contemporáneas, sobre todo las principales tendencias del siglo pasado que tanto ayudaron a entender que el acto creativo no conduce a un final determinado, sino que puede estar abierto a nuevos planteamientos estéticos que, como señalaba Umberto Eco en su libro “Obra abierta”, el lector y el autor pueden relacionarse y por tanto la obra puede reescribirse, aunque en este caso, la obra tenga diferentes significados, según sea la propuesta de su creador.
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