Las nueve musas
Paola Aimeé

Por una revolución cultural

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Mediocre no es el artista que no tiene una beca, mediocre es el artista que no puede hacer nada si no tiene una beca”,
Paola Aimeé

En Julio pasado, la artista multidisciplinaria Paola Aimeé publicó el artículo “Hablemos de becas… La diferencia entre becas para desfavorecidos y becas para privilegiados”, el cual proveniene de una profunda investigación, donde hace un análisis sobre un tema que hemos abordado con frecuencia: el fallido modelo de becas o de “apoyos a la creación”.

Revolución culturalPara empezar, la autora establece la diferencia que hay entre las becas de los Programas para el Bienestar, como el de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, dirigidos a jóvenes de escasos recursos, en contraste con los diversos apoyos como México en Escena o el Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) del hoy extinto FONCA, ahora Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC), destinados a artistas privilegiados. Como ella expresa: “Si tu derecho no lo tienen todos, entonces no es un derecho, es un privilegio. Y agregaría que además de privilegiados, se trata de una élite, porque tan sólo un puñado de artistas han recibido ese ‘apoyo’ una, y otra, y otra, y otra vez, de manera reiterativa”.

El estudio se basa en documentos oficiales para conocer qué artistas y cuántas veces han sido favorecidos con becas del SNCA y del Programa México en Escena, concretamente en el área de Danza; una labor similar a la que han realizado el sociólogo Tomás Ejea y el investigador Jorge Pérez Falconi en el área de Teatro.

La autora revela cómo nació y se fue transformando el sistema de becas: “La primera etapa del FONCA (la priísta), se caracterizó por iniciar una élite desde el autoritarismo, porque una sola persona era la autoridad máxima que con el ‘dedo de Dios’ señalaba al elegido o elegida, y la siguiente etapa del FONCA (la panista), se caracterizó por generar una mafia gremial”, esto último cuando se crearon los “grupos de jurados” que solían beneficiar a unos para que luego estos, ya convertidos a su vez en jurados, favorecieran a los primeros, generando así un círculo perverso y la endogamia que ha prevalecido.

Una vez más, la artista cuestiona lo que ella y varios creadores planteamos en los diálogos culturales que sostuvimos con varios funcionarios del SACPC: si es legítimo utilizar recursos públicos para financiar empresas privadas. Y responde: “Legítimo no, pero desafortunadamente los gobiernos neoliberales legalizaron esta práctica carente de toda ética y moral, para justificar el empleo de recursos públicos que beneficiaran a empresas privadas, en vez de aplicarlas en programas para el bien común”. Por desgracia y aunque carezca de ética, actualmente se pueden seguir financiando a estas empresas, ya que las reglas operativas no se han modificado.

El artículo pone en evidencia cuántos directores-coreógrafos, además de ser beneficiados repetidamente con las becas del SNCA, también obtuvieron el apoyo de México en Escena, e indica que incluso han recibido, al mismo tiempo, otro tipo de estímulos como para la Producción de Obra (a través del Programa de Coinversión y Proyectos Culturales del FONCA), para giras nacionales e internacionales (a través del Programa de Proyectos Especiales, sin convocatoria abierta), por citar algunos ejemplos.

Paola AimeéY mete el dedo en la llaga cuando cuestiona si no es hora de poner un límite a la cantidad de veces que se otorga una beca o “apoyo” a un mismo artista o a una misma compañía. “Mañosamente, un reducido grupo de privilegiados insiste en decir que ellos no son el problema, sino el presupuesto asignado, y digo mañosamente porque con ese pretexto desvirtúan la necesaria discusión acerca de los límites en las becas y el enfoque del bien común”. Asimismo aclara: “Mientras persista ese modelo perverso de competencia entre colegas, y mientras no se establezcan límites en el número de becas asignadas a un mismo artista, seguirán existiendo los privilegios a quienes más tienen y no habrá presupuesto que alcance”.

En el escrito se indica atinadamente que no todos beneficiados por el ex FONCA son unos privilegiados, solo se trata de una minoría rapaz. Lo más deplorable es que los actuales funcionarios de la cultura no han decidido fijar límites para terminar con esta élite -y no propiciar una nueva-, a fin de evitar lo que ha sucedido con anterioridad: el continuo acaparamiento de recursos estatales entre artistas que suponen merecerlo todo por creer que tienen un nivel de “excelencia”.

becasPaola menciona, y coincido plenamente, en que no se trata de poner fin al sistema de apoyos, sino de evitar que estos se concentren en un diminuto grupo de artistas y que “las becas otorgadas con financiamiento público, deberían encaminarse a quienes más las necesitan en todas las ramas de la educación y de las artes. Necesitamos cambiar un sistema de privilegios por uno que construya el bienestar de la población, respondiendo al bien común”.

Al finalizar, ella propone repensar los programas de becas para que los beneficiarios sean creadores jóvenes, porque son ellos los que necesitan realmente un apoyo para iniciar sus proyectos, en lugar de dárselo a artistas “consolidados” que a estas alturas, y con las cantidades de dinero recibido, deberían ser autosufcicientes. Ella propone “convertir un Programa de becas que genera élites, por otro tipo de Programa de Becas destinadas a los estudiantes de artes y a jóvenes recién egresados de las escuelas de arte” y que se fomenten “otros modelos económicos distintos a los del mercado neoliberal, como el cooperativismo, u otros modelos en donde la cooperación y la conciencia social en busca del bien común sean los ejes primordiales […] donde pasemos de la competencia a la colaboración, y de la dependencia económica a la autosuficiencia”.

Para finalizar, los invito a leer con detenimiento el artículo de Paola Aimée que exhibe y refleja el sentir de muchos artistas y creadores a lo largo y ancho del país.

Fotografías de © Ricardo Ramírez Arriola

Se permite su reproducción total o parcial, citando la fuente.

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Humberto Robles

Nació en la Ciudad de México en 1965.

Dramaturgo y guionista independiente.

Paralelamente colabora con varias organizaciones de derechos humanos.

Actualmente es considerado el dramaturgo mexicano vivo más representado en el mundo (30 países, tres continentes).

Autor de las obras “Mujeres de Arena”, “Frida Kahlo Viva la Vida”, “La noche que jamás existió”, “El Arca de Noelia”, “Sangre en los Tacones”, “Nosotros somos los culpables”, “Leonardo y la máquina de volar”, “El Ornitorrinco”, “Les demoiselles d’Avignon”, entre otras.

Sus obras han sido traducidas al inglés, francés, portugués, italiano, alemán y polaco.

Ha recibido seis premios como dramaturgo, uno internacional y cuatro nacionales, entre ellos el Premio de la Fundación La Barraca de Venezuela y el Premio Nacional de Dramaturgia "Emilio Carballido" 2014.

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