En la esencia de este trastorno mental del control de impulsos reside la marcada tendencia a prender fuego repetidamente sin motivo aparente, tal como sería obtener una ganancia monetaria, venganza o extremismo político.
No debe ser confundido con el incendiario que decide quemar una parcela con ánimo de lucro o algún otro interés secundario. Solo un 3% de los iniciadores de incendios son pirómanos puros.
Hay un intenso interés en observar la combustión del fuego. Además, los pirómanos refieren sentimientos de aumento de tensión antes del acto y de una excitación emocional intensa inmediatamente después de que se ha llevado a cabo.
Estas personas sienten atracción por todo lo relacionado con el fuego, como los camiones de los bomberos. Pueden realizar llamadas al servicio de bomberos.
Se cree que en los preámbulos de esta problemática estas personas suelen sentirse intensamente tristes y solas. Es crucial la presencia de ira.
Es un desorden mental extremadamente raro, especialmente en nuestro país. Ellos mismos informan de un estado de conciencia alterado previo al inicio del fuego, como si estuvieran en trance.
Su atracción por el fuego les lleva a tratar de ser bomberos, prestarse voluntarios en la extinción del fuego o en la búsqueda del culpable. Si son capturados, rara vez muestran remordimiento o culpa en torno al hecho.
El perfil es un varón joven, con historia de problemas emocionales, mal rendimiento escolar y profesional, y que puede cumplir criterios para otros trastornos mentales. Suelen ser conductas destinadas a aliviar el aburrimiento, los sentimientos de vacío y frustración. En los momentos desencadenantes del acto pueden estar presentes diversos tipos de tóxicos.
Para trabajar con las personas que presentan este problema se ha mostrado útil el tratamiento psicoterapéutico grupal y la terapia cognitivo-conductual además de la farmacoterapia.
Como suelo señalaros en otras ocasiones, para un acercamiento popular y caricaturesco al tema véase la película Llamaradas (Backdraft) de Ron Howard, estrenada en 1991.
Añadir comentario