Un catorce de febrero de un año incierto, la magia comenzó a gestarse dentro de una señorial casona cercana a la estación Vicente López[1].
Se asoma así entre nosotros una historia de amor inesperada que suspira altas dosis de entusiasmo y desilusión dentro del espacio de lo maravilloso.
Mi personaje favorito tiene la cualidad de ir desanudando una historia envolvente y acogedora como un largo abrazo, acaso podríamos decir que se trata de una novela de amor escrita en clave fantástica.
La trama nos presenta a una heroína inexperta en las artes amatorias que obligada a causa de su profesión —Brenda Dikinson es escritora— a urdir una novela romántica, se encuentra ante el obstáculo de representar una experiencia que no ha conocido aún y, por ello, supone que tal vacío le traerá dificultades con la verosimilitud.
Sin embargo, en el camino hacia esa composición irá construyendo también su propio destino para descubrir que sus deseos más profundos y contradicciones habrán contribuido, muy a su pesar, en la concepción de sus dos personajes principales.
Un texto dentro de otro, una ficción que se vuelve real y una realidad que se asemeja a una invención es el resultado de una imaginación frondosa y juvenil que recorre con mucha sensibilidad y humor una especie de educación sentimental donde el punto de partida y la cifra del mundo real se asientan en la propia escritura. Desde allí y solo desde allí, el universo tejido por Dikinson es posible, por ello, el lenguaje empleado tiene la idiosincrasia de lo literario en cada rincón del texto, y denota una clara influencia de los grandes clásicos del género (incluso se los nombra de manera explícita), por todo eso Mi personaje favorito se lee con creciente tensión e interés, producto de una estructura dramática que funciona de manera aceitada.
El lector encontrará, además, algunas reflexiones sobre el amor y el desapego, las relaciones familiares y amorosas, el miedo a crecer, la imposición de los modelos sociales y los estereotipos que sobre la pareja, el hombre y la mujer pululan entre nosotros como imposiciones absurdas; una escritura que indaga mediante una perspectiva eminentemente femenina todos estos tópicos que discurren en el texto, valiéndose de un tono que por momentos recuerda la atmósfera y los escenarios (sobre todo la casa donde vive la protagonista) de las novelas de Austen, pero en la Argentina de las redes sociales y los reencuentros con excompañeros de estudio.
Dentro del espacio narrativo donde las peripecias románticas tienen un peso tan importante como la desilusión, un elemento fantástico irrumpe para instalar algo más que una historia de amor corriente, revelando situaciones casi cinematográficas que enderezan la trama con la verosímil naturalidad de lo imposible.
Mi personaje favorito nos brinda una lectura ágil que podrá, sin dudas, ser atractiva para todos los lectores.
[1] Provincia de Buenos Aires, Argentina.
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