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María Perozo

Las Turas

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Las Turas es una fiesta ya secular que se celebra en las montañas del estado Falcón, al occidente de Venezuela, unos 500 kilómetros al oeste de Caracas y de muy claras raíces indígenas

Las Turas

Es un baile ritual en homenaje al maíz y pidiendo cosechas abundantes, se celebra cada año el 24 de septiembre, día de Las Mercedes

Una tradición que es un aporte cultural de los jirajaras y ayamanes que tiene como motivo rendirle tributo a la época de cosecha. Las turas, es de origen ayamán y jirajaras del vocablo estercuye la cual no ha sufrido transculturización de ninguna índole.

Los instrumentos que utilizan son de fabricación propia realizados con restos de cráneo de venado a los que se cierra lo ojos y los orificios nasales con cera quedando abierto el orificio occipital que es el que reproduce el sonido de la danza. Utilizan también flautas, la tura macho y la tura hembra, elaboradas con caña y llamadas quena y silbatos.

La danza se organiza de forma jerárquica: el capataz, que es la máxima autoridad y utiliza un látigo con varios nudos y se encarga de hacer cumplir las distintas fases de la danza, la reina, que lleva una corona de plumas y ejerce de anfitriona, el mayordomo, que vela por el emplazamiento de la cruz, la organización de los círculos y las ofrendas, los cazadores, que llevan los animales al monte para la preparación de la ceremonia y los músicos.

El baile se inicia con los capataces, que con una maraca en la mano, salen danzando de un extremo a otro de las largas filas inmóviles de participantes. Inclinan la maraca y realizan diversos gestos como de invocación, moviéndose los danzantes de las largas filas al son de las flautas

La danza se clasifica como colectiva de ronda debido a que los bailarines forman un semicírculo, van entrelazando sus brazos a los demás, uno por detrás de los hombros del otro y, a veces, colocan la mano en la cintura del siguiente danzarín. Intervienen hombres y mujeres, luego giran en la misma dirección o en la dirección contraria. Los danzantes siempre conservan un riguroso ritmo que marcan con pisadas fuertes sobre el suelo.

La danza se ejecuta en diversos espacios abiertos. Los músicos tocan y danzan en círculo, rodeando un altar que contiene una cruz enmarcada por una estructura cubierta de palmas, de hojas de caña y plátanos, al pie de la cual se colocan velas encendidas. Tanto el marco como la base del altar lleva como ofrenda mazorcas de maíz, verduras, tubérculos y diversos frutos. Con diversos toques instrumentales. En ella se dejan escuchar dos «Turas» (hembra y macho), cachos y maracas. Algunos músicos ejecutan en pareja las «Turas», dos flautas (hembra y macho) que dan su nombre a la fiesta. Otros participantes danzan mientras tocan una maraca y soplan los «Cachos», unos silbatos hechos con cráneos de venado. También danzan hombres y mujeres agarrados por la cintura, imitando voces de diversos animales.

Al finalizar la etapa bailable, se da inicio a la ceremonia religiosa donde los danzantes se dirigen a un árbol de gran tamaño de nombre Copey, al que consideran como un portal para los santos espíritus y derraman grandes tinajas de chicha, pues es un árbol que atrae nieblas y lluvias, el objetivo de esto es rogar que no escaseen los inviernos y así tener grandes cosechas.

Alfredo Cedeño

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