Las nueve musas
Aforismos del Cantábrico VII
Aforismos del Cantábrico VII

Aforismos del Cantábrico III

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Guardar cosas feas porque tienen un valor sentimental corrompe el gusto.

Una de esas mujeres que cambian mucho de amantes pero que no cambian de osito de peluche en toda su vida.

Si tuviéramos 7 vidas ¡con qué heroísmo  y desapego moriríamos las tres o cuatro primeras!

La inteligencia a partir de cierto grado se vuelve inevitablemente irónica.

Cuando uno se queda de piedra sólo le puede salvar  esbozar una sonrisa.

Contradecirse es la única manera de no tener ideas fijas.

El mundo no puede ir a peor simplemente porque el pasado es pésimo.

Recaer en una tentación es inaugurar un vicio.

Los sueños que no son eróticos suelen ser inconfesables.

La falsa ironía es la ironía que sale por la culata.

A nadie se le puede perdonar que tenga la falta de tacto de ser nuestra caricatura.

Lo peor de publicar solo un libro en la vida es que parece que el autor no tenía nada más que decir.

El estilo no es otra cosa que la manera de llevar un sombrero invisible.

Los pintores malos siempre nos recuerdan a un pintor excelente.

La soledad es esperar a alguien o estupidez.

Ramón Eder

Ramón Eder

Ramón Eder (Lumbier, Navarra, 1952) es uno de los grandes aforistas españoles contemporáneos.

Aunque ha cultivado otros géneros: poesía (Axaxaxas mlö, 1985; Lágrimas de cocodrilo, 1998) o el relato breve (La mitad es más que el todo, 1998), se ha centrado en los últimos años en la escritura de aforismos.

Hasta el presente tiene publicados Hablando en plata (El Híbrido, 2001), Ironías (Editorial Eclipsados, 2007), la antología La vida ondulante (Renacimiento, 2012), El cuaderno francés (Huacanamo, 2012) y Relámpagos (Cuadernos del Vigía, 2013).

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