¿Cómo novelar una biografía?
La literatura llamada de ficción abre infinitas ventanas al mundo, a muy diversos mundos y, por más fabulados que estos sean, siempre tienen su referente, en mayor o menor grado, en la realidad, aun cuando la historia pertenezca en concreto al género fantástico.
- Masferrer Ordis, Mariona (Autor)
Se ha dicho a menudo, con razón, que la literatura de ficción es capaz de reflejar mejor la realidad que la realidad misma. Bien es verdad que la realidad es tal cual es, que cualquier intento de retratarla será parcial y, de algún modo, todo retrato la modifica. Pero, sustancialmente, la afirmación es cierta si precisamos que la literatura de ficción es capaz de reflejar mejor la esencia de la realidad. Y es fácil llegar a esta conclusión cuando consideramos que quien escribe tiene la libertad de decidir sobre la historia, los ingredientes, la intensidad, el registro, entre otros aspectos que configuran la escritura. La libertad del autor es absoluta y, cuando este se propone reflejar fielmente la realidad y tiene buena mano para separar el grano de la paja, eliminar redundancias no significativas y dar el tono adecuado a la ambientación, el resultado es una historia, como mínimo, verosímil, tal como reivindicaba Aristóteles en su ‘Poética’.
No obstante, la genealogía de Tambakunda supone una vuelta de tuerca más en la relación realidad-ficción: ¿cómo novelar hechos biográficos?, ¿dónde situar la frontera entre novela e historia personal? La dificultad es evidente. Sin embargo, es posible plasmar los hechos sin traicionar ni el género ni el asunto. Mariona Masferrer (Barcelona, 1953) sale mucho más que airosa del compromiso. Un compromiso que asumió cuando Samba Guaye, un joven senegalés entonces recién llegado a Barcelona en busca de medios para poder regresar a su país con perspectivas de futuro, le propuso con insistencia convertir el relato de su vida en novela. Aceptar el reto no era fácil, no solo porque la futura autora se enfrentaba a las dificultades inherentes a la relación realidad-ficción a las que he aludido, sino, además, porque la vida que se le proponía narrar estaba inmersa en una cultura alejada de la propia, ubicada en un continente que la escritora desconocía por completo.
La autora accedió a la propuesta con todas sus consecuencias. Consciente del obstáculo que podía representar esta distancia cultural, tras largas y pormenorizadas sesiones de grabación del relato oral del protagonista, viajó a Senegal, y conoció lugares, personas, costumbres y creencias. Masferrer sabía que el oído no basta para el conocimiento; tuvo que implicar todos los sentidos: la vista, el olfato, el tacto, la emoción. Sin ellos no hubiera podido escribir la historia de Samba bu n’daw (Samba El pequeño) tal como lo ha hecho.
No cabe duda de que Tambakunda está escrita desde la más honda honradez, desde la implicación más sincera, desde la intención de lograr franca autenticidad. Y en el resultado se advierte que lo consigue. Porque, como reza el subtítulo, éste es un viaje en dos direcciones, el de Guaye a España (Tenerife, Fuerteventura, Madrid, Miraflores de la Sierra, Barcelona) y el de Masferrer a Senegal (Tibay —Tambakunda—, Tanka, Nekaane, Soma, Dakar). En dos direcciones en el sentido físico literal, pero sobre todo en su significado metafórico de verdadero y profundo aprendizaje, tanto por parte del protagonista como de la escritora, que se incorpora como tal al texto de la novela, haciendo partícipe al lector del proceso de creación.

Así, también el lector hace el viaje (en sentido físico y figurado), se adentra en el pueblo de Samba para verlo crecer, participa con él de su temor al verse obligado a separarse de su padre y de sus abuelos paternos, con los que vive, para acompañarlo a la nueva población, donde, con seis años, será el alumno más pequeño de la escuela coránica y comenzará una vida de explotación y malos tratos, sometido a toda suerte de penalidades. De viva inteligencia y carácter rebelde, arrancado a una edad tan temprana del cálido nido familiar y de la protección amorosa de sus abuelos, Samba se marca el objetivo de estudiar para ser dueño de su destino y llegar más lejos que sus antecesores familiares. Diversas vicisitudes en el camino le hacen plantearse viajar a España, la tierra prometida, en la que supone podrá encontrar trabajo fácilmente y regresar a su país con ahorros suficientes para seguir persiguiendo sus sueños. Por consejo de los sabios del lugar, Samba se dejará convencer para emprender el viaje por la vía más peligrosa: el mar.
Lejos de mostrar un panorama dramático, la novela es una lectura amena y simpática, lo cual no impide a la autora mostrar los aspectos rudos y desabridos de la vida cuando la realidad lo exige. Y si bien la historia que leemos es la de Samba Gueye, la suya podría ser la de tantos otros. En este sentido el texto de Mariona Masferrer (y huelga decir que también de Samba Gueye, en tanto que narrador oral) es un texto universal, un Bildungsroman, una novela de aprendizaje, pues muestra la evolución de su personaje hasta su madurez.
Masferrer utiliza la técnica del narrador omnisciente e intercala diálogos aquí y allá. Sin embargo, a pesar de estar escrita en tercera persona, su prosa es cercana, particularmente empática, agudamente sensible, y logra transmitir el carácter específico de cada uno de los personajes aun cuando no dialogan y los describe la voz narradora. La autora siente gran simpatía por la mayoría de los protagonistas, en su mirada se trasluce la ternura, un cariño que en ocasiones deviene afabilidad maternal.
La prosa de Mariona Masferrer, es fresca, fluida y el texto está impregnado de un sutilísimo humor, nunca con intención crítica, sino casi siempre como herramienta de caracterización, cuando refleja los pensamientos del pequeño Samba, de mente perspicaz y avispada. Son cualidades que Laura Vaqué traslada muy adecuadamente en su traducción. La novela bien pudiera calificarse de picaresca.
Psicóloga de formación, Mariona Masferrer ejerció durante años esta profesión, pero la abandonó para dedicarse de lleno a la escritura. Aunque ha explorado también la poesía, la autora se ha dado a conocer principalmente por su obra en prosa: El fil d’Arianna (Ed. Deriva, 1999, traducida al español: ‘El hilo de Ariadna’, (Amat Ed. 2005), ‘El cosí de Cuba’ (Alba Ed., 2002; traducción española: El primo de Cuba, el mismo año bajo el mismo sello editorial), Màxima (Ed. Actéon, 2006), A punt de neu (Ed. Actéon, 2009), ‘Cartes a destemps‘ (Hakabooks, 2012) son algunos de sus títulos.
El original catalán de Tambakunda. Un viaje en dos direcciones se publicó en 2014 a cargo del sello Brau Edicions, bajo el título de Origen: Tambakunda y fue finalista del premio Setè Cel de Salt.
Tambakunda. Un viaje en dos direcciones
Traducción de Laura Vaqué Sugrañes
Ed. Indicios, 2015, 220 págs.
- Masferrer i Ordis, Mariona (Autor)
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