Las nueve musas
Los Nombres de D/os
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Una de las preguntas fundamentales del ser humano es ¿Quién soy?, y aunque la pregunta pareciera dirigida a algo más importante en el interior, la respuesta que toca la mente es nuestro nombre, sin embargo, esto que pareciera una circunstancia simple, resalta que la mente es la memoria de nuestro tiempo en la Eternidad.

¿Quién soy?La mente se sitúa entre el espíritu y la corporalidad, es el alma, la cual nos ayuda a entrelazar dos planos, es El Ruaj, el aliento físico de la materia y el Neshama el aliento divino.

El Nombre tiene una simetría con el universo, su pronunciación nos reitera no sólo quienes somos, sino que su melodía abre caminos invisibles del Cosmos entrelazando la armonía con el sonido primigenio.  La mística menciona que el nombre es la llave de nuestra alma, de la memoria recordándonos que para ser humanos plenos necesitamos de la espiritualidad y que para ser seres espirituales debemos estar conectados y escuchar a la materia.

Los Libros Sagrados mencionan que D/os creó al pronunciar otorgando Vida y Existencia.  En el momento en el que D/os nombra se crea, y al mismo tiempo lo creado se invade de una esencia perteneciente sólo al Misterio.

El nombre lleva en sí mismo un número, cada letra tiene un valor y este valor se suma a la matemática del universo, así lo deja ver no sólo la mística de las religiones sino la teoría pitagórica, es así que cada nombre es una nota dentro de la gran sinfonía de D/os y cada uno tiene su sitio dentro de la partitura, todos concuerdan y unidos crean el sonido del universo, ese sonido primigenio que es mencionado como Om, D/os, Allah, YHWH, y por lo cual, se entiende que a pesar de ser una de las palabras más pronunciadas no tiene un significado en específico, y por lo cual, se dice debe de contemplarse más que  pronunciarse.

El nombre crea o destruye, y quien lo porta debe tener en claro su significado y saber que, al pronunciarse, el universo se enfoca en su escala, por decirlo de cierta manera.

El judaísmo menciona que cuando una persona está enferma o debe solucionar un problema debe agregarse al nombre Jaim, es decir, Vida, para sanar o aligerar el retorno. Sabios del judaísmo y del islam describen la existencia de una conexión entre los actos, el pensamiento y el nombre, el Rav PaysaJ J. Krohn, menciona que cuando se le da a un bebé el nombre de una persona fallecida se crea una unión espiritual semejante a un entrelazamiento cuántico, es decir, que a pesar de las distancias de luz y energía el cambio de una afecta de forma inmediata, entrelazando la energía oscura con la materia, siendo la luz su equilibrio.

El nombre define la esencia primordial, sin embargo, abre otros caminos en donde es necesario pronunciarnos o pronunciar la presencia de los demás de otra manera, de ahí que instintiva o inconscientemente se den diferentes nombres a una misma persona dependiendo de las circunstancias.

Estos nombres expresan atributos, amor, pero sobre todo expresan lo que no puede ser explicable. Esta circunstancia sucede con D/os, a quien se le otorgan diferentes nombres, a pesar de ser UNO.

Su Divina Gracia Bjaltovedamta Swami Prabhupada, menciona que el Hinduismo cree en un solo D/os, sin embargo, su infinidad de nombres y su significado son representados y caracterizados, de manera semejante en el Cristianismo se cree en un solo D/os, pero sus naturalezas son nombradas y representadas, en contraparte a esta representación están los 72 nombres de D/os del Judaísmo y los 99 nombres de Allah, los cuales muestran no sólo sus atributos sino que se pronuncian dependiendo las circunstancias, la relación y la petición.

Los nombres de D/os nos acercan a Él, a su Misterio, pero sobre todo nos llevan a interiorizar en la voz de nuestra espiritualidad, en cada una de nuestras palabras que nos llevan a Escuchar el nombre de D/os y a escucharlo en Silencio.

eternidadPor ello, presento una breve descripción del significado de algunos de los nombres de Allah no sólo para conocerlos, sino para crear ese entrelazamiento cuántico entre la divinidad y el ser humano, creando una relación mística que ayude al ser humano no sólo a escuchar a D/os a través del significado de entrelazar la esencia con cada uno de sus nombres, sino a comprender la misión de vida.

Ar-Rább – El Señor que otorga fortaleza e inteligencia a su creación, se nombra para recodar las bendiciones y el poder divino el cual ofrece al ser humano la fortaleza para hacer su voluntad.

Allah – Se recuerda que sólo hay Un D/os. Una Unidad unida a la dualidad humana.

Al Malik – el Rey, el amo del universo, solo Él conoce, dirige y distribuye.

Al-Wáhid – el Único que conoce la perfección. Pronunciar su nombre recuerda la misión del Hombre, es decir, construir cada día sin dañar, buscando la perfección.

As-Samad – el Autosuficiente, D/os no necesita del ser humano, pero el Hombre si necesita de D/os, pronunciar su nombre conduce a saber que se depende de la divinidad olvidando así el egocentrismo.

Al´alim / al Jabír – el que conoce todo, a quien no podemos ocultarle nada, especialmente lo que guardamos en el corazón, su nombre nos recuerda que lo oculto siempre saldrá a la luz, principalmente para nosotros mismos.

Al-Hakim -el más sabio, nos hace recordar que todo tiene un sentido, que si existe o sucede es porque la sabiduría de D/os sabe que es bueno para la persona, fortaleza la voluntad de D/os en el interior.

Ar-Rahmán -el Clemente, todo lo que otorga D/os viene de Su misericordia, por lo tanto, toda situación debe de ser tomada de esta perspectiva, ayudando a cambiar el dolor o dando sentido a la alegría, porque todo lo que D/os pone en el camino es una bendición, aunque en ocasiones no se perciba de esta manera.

As -sami – el que todo escucha, no hay necesidad, dolor, petición, gozo que D/os no escuche y otorgue a Su tiempo, nombrar su nombre, enseña al Hombre, a saber, escuchar la respuesta de D/os a través de toda su creación o del semejante.

Al – Hamid – con este nombre se recuerda que todo lo que ofrece D/os al ser humano tiene como base la Gracia y la Justicia.

Al-Basír – el que contempla todo sin juzgar, particularmente lo que el ser humano es y construye en su interior, por que el Hombre no debe juzgar a su prójimo.

Al -Kabir – describe la grandeza y Gloria de D/os. Nos recuerda que todos somos iguales ante su inmensidad, por ello, no debemos segregar a nadie.

Al – Ghaffáar – quien todo perdona, al pronunciar este nombre, nos hace recordar que, si D/os perdona nuestros errores, se deben tomar los errores ajenos como aprendizajes.

At-Taw-wáab – quien no abandona al arrepentido. Su nombre nos recuerda que toda voz en busca de consuelo encuentra paz en D/os, pero también que quien sufre debe encontrarlo en cada ser humano.

Al-Qud-dús – el Santísimo quien en su perfección nos hace semejantes en su Creación, otorgando con esta revelación la paz que Él nos ofrece y la cual debemos de otorgar a los demás.

Al – Álíi / Al A´la – el Sublime, el Altísimo, quien en su búsqueda ofrece al ser humano un camino limpio hacia la construcción de la utopía, a través del esfuerzo y trabajo diario.

Al – Azíz- el Poderoso quien otorga fortaleza espiritual.

Al – Qawí – La fuerza espiritual que vivifica la humanidad.

Al Yab-báar – quien domina la debilidad de los corazones dando vida y gracia.

Al -Mutakáb- bir– quien al estar por encima de todo mal no se le puede atribuir la voluntad humana, haciendo con ello a cada persona responsable de sus actos evitando culpar a D/os.

Al Jaaliq – El creador, quien al originar todo da sentido a lo escrito incluso en cada segundo.

Al – Mú´min – quien a través de los sucesos de su creación otorga mensajes y con ellos sabiduría y protección al ser humano.

Al – Muháimin – el Celador, quien vigila a través de la reflexión interior diaria los actos personales provocando una vigilancia personal interior.

Al -Qadir – el Todopoderoso, quien dirige a los corazones, quien nos lleva a guardar silencio antes de dañar a otro.

Al- Latif –el Bondadoso, quien conoce el interior del ser humano, y a través de ello lo guía, provocando la reflexión y beneficio.

Al -Hasíb – El que toma en cuenta todas las cosas, recompensando y bendiciendo las acciones. Quien nos enseña a actuar con justicia.

Al-Raquíb– Quien todo lo observa, especialmente lo que se resguarda en el alma, en el corazón.

Al-Hafídh – El que Preserva, quien ayuda a mantener la firmeza, quien protege y da serenidad.

Al – Muhít – Quien, al tener el conocimiento de Todo, expande su Misericordia a cada momento, siendo la apertura espiritual del ser humano quien pueda captarla.

Al -Qáhir – El Irresistible, ante quien la Creación se postra, develando a la humanidad que su misión es cuidar lo que D/os le otorga.

Al-Muqit – Quien otorga la sabiduría para comprender que todo tiene una razón, aunque no se comprenda, muestra al Hombre que la Sabiduría de D/os tiene su tiempo y su comprensión más allá de lo humano.

Al-Wakil – Quien protege y custodia, quien ayuda al ser humano a comprender lo que le hace daño, protegiendo del mal.

Dhul Yalaali wal Ikrám – quien posee majestad y generosidad, proveyendo de confianza y fortaleza.

Al-Wudud– El que ama otorgando sinceridad y por ello, reflexión a quien lo busca y conduciéndolo a actuar con sinceridad ante los demás.

Al-fat-táh – El que juzga con equidad, quien enseña la objetividad de la justicia.

Ar-Raz-záq – El que provee alimento físico, mental y espiritual, mostrando que el ser humano debe de proveerse a sí mismo y al otro de estos alimentos para fortalecer la dignidad.

Al -Hákam – El Juez, quien otorga mandamientos éticos para crear senderos rectos, creando caminos de responsabilidad y justicia.

Yaami´un Nás – El Reunidor de la Humanidad -quien hace al Hombre semejante, quien otorga y muestra la igualdad, quien unifica la Vida y la Muerte con la Existencia.

Al-Háiy – Quien al bastarse a sí mismo, revela al ser humano su Necesidad de D/os.

An-Nur -La luz de la Creación, del cuerpo, de la mente y del Espíritu.

Badi´us Samáawaati wal Ard – El que originó los Cielos y la Tierra. El Creador.

Al -Qaabid– el que restringe – Quien otorga lo justo y no lo que se desea.

Al-Mu´ti – El que da lo justo a través de su Misericordia, enseñando a actuar de manera semejante.

Al-Maani´- El que evita, otorgando sabiduría al ser humano para reflexionar.

Ash-Shahid -El Testigo, quien está presente en todo, quien ve lo exterior y lo interior, el pasado, el presente, y el futuro. Quien conoce la Verdad e invita a la humanidad a buscarla.

Al -Mubdi´- Quien dio, da y dará origen

Al – Fa´aal-ul-Limaa iuríd – Quien hace lo que desea. Se manifiesta la Belleza de su Voluntad a través de su Sabiduría y respondiendo a través de la Alabanza.

Al – Ghaní – El autosuficiente, quien provee el Bien. Quien en su inmensidad no necesita de nadie para ser, mostrando al hombre que todo ser humano necesita del otro para ser.

Al-Halím – quien es bondadoso mostrando la Bondad como esencia de la Justicia.

Ash-Shaakir – Quien reconoce y recompensa el Bien para encaminar hacia la Bondad.

Ash-Shakur – El que aprecia la búsqueda del Misterio, la reflexión, la construcción del sendero correcto.

Al-Qarib -El que está cerca del ser humano a través de su conocimiento.

Al-Muyíb– El que responde siempre a cada petición y pregunta, conduciendo a actuar de la misma manera.

Al-Kaafí – El suficiente – quien llena cada lenguaje del ser humano, el que expande su presencia en la fe.

Al-Áwwal -el primero – quien debe ser nombrado antes de cada comienzo.

Al-Áajir -el último – quien sostiene y debe de ser nombrado al termino de cada labor.

Adh-Dhaahír – quien se manifiesta

Al Baatín – el oculto, quien se abstrae en el Silencio.

Al Wáasi – el Vasto, El Amplísimo, quien muestra la Eternidad dentro del tiempo, es decir, quien hace comprender al ser humano que todos sus actos crearan o destruirán  el interior de su semejante.

Al-Haadi / Ar-Rashíd – quien dirige y guía a través de la bondad, la libertad y la responsabilidad

Al-Háqq – La Verdad – Quien revela que dentro de cada diversidad de realidades la única Verdad es Su existencia y el retorno a ella.

Estos son algunos de los Nombres de Allah, los cuales manifiestan sus atributos, pero sobre todo resaltan la búsqueda del ser humano hacia su propio interior. Otorgarle un significado, tiene un sentido de búsqueda espiritual, de crecimiento, de saber que al pronunciarlos se comienza a construir un sendero ético hacia la construcción propia y social.

Los nombres de D/os implican un compromiso de búsqueda interior, de responsabilidad, de querer construir un camino recto. Cada uno de los atributos de D/os, es una característica que el ser humano busca en sí mismo, y esto lo acerca a cada uno de sus lenguajes, porque ningún nombre de D/os tiene sentido sino se comienza con el cuerpo, si no se analiza con las emociones y sentimientos, sino se percibe con los instintos y se expanden con los sentidos.

Los nombres de D/os deben razonarse y vivirse con la misma caridad que pide la sexualidad, sólo así los nombres de D/os abrirán el camino espiritual de la Revelación. Porque, ¿tiene sentido pronunciar alguno de los nombres de D/os cuando no se tiene claro su contexto? Por ejemplo, cuando en el cristianismo se menciona Padrenuestro, se olvida la reflexión y el compromiso ético que conlleva pronunciar este nombre, porque decir Padrenuestro significa que el semejante es mi hermano y que ante ello debo de custodiar su bienestar, su integridad, su dignidad. Pronunciar los nombres de D/os conlleva saber que aquello que se le pide a D/os se debe ofrecer, porque, ¿es justo decir ¡Al -Haqq!, si mis actos son deshonestos? ¿Puedo decir Al-Sami- D/os el que escucha, si yo no escucho o ignoro a quien está cerca de mí o si evado a quien sufre o tiene alguna necesidad?

memoria de nuestro tiempoComo se mencionó líneas arriba el nombre demarca la esencia, la conexión y el entrelazamiento cuántico entre lo espiritual y lo corporal, pero para ello se debe de tener coherencia de pedir lo que se ofrece o lo que se está dispuesto a dar.

Los nombres de D/os al pronunciarse llevan en sí mismos responsabilidad, justicia, honestidad, coherencia y al mismo tiempo la ofrecen a quien los pronuncia. Los nombres de D/os nos enseñan que el nombre de cada ser humano y el propio tienen una misión de vida, un por qué, una historia que debe de irse completando cada día, el nombre es la Eternidad, es lo que queda de cada persona al llegar la muerte. El nombre eterniza o lleva al olvido.

El nombre de D/os nos lleva a responder quienes somos, nuestros nombres nos hablan, nos preguntan si su significado realmente es ejercido, nos lleva a cuestionarnos sobre nuestra presencia en el mundo ante el otro, nos lleva a entendernos de diferentes maneras cuando nuestro nombre se grita, se murmura, se vuelve parte de un poema, cuando es pronunciado por los padres, hijos, por el amante. Cada voz y matiz nos entrega cada día un poco de nosotros mismos, nos ofrece eso que es imposible entender o captar por nosotros mismos.

corporalidadCada religión tiene diversos nombres para nombrar a un solo D/os dependiendo las circunstancias, las necesidades, la situación de vida, y cada una de estás menciones lleva la belleza y la integridad de las diferencias.

Cada nombre hace nuestra relación con D/os semejante a la del Amante con el Amado, lleva comprender que la fe es un enamoramiento y no una doctrina ni una religión, la fe es un compromiso con el universo y con la humanidad, porque son partes de D/os y cuando se ama a alguien se ama todo lo que ha creado y construido, pero sobre todo lleva a un amor y respeto hacia uno mismo.

Pronunciar cada nombre es reconstruir una historia de vida-existencia eliminado la muerte, y proferir cada nombre de D/os es eternizar cada historia humana a través de la Responsabilidad y la Justicia.

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Martha Leticia Martínez de León

Martha Leticia Martínez de León

Hermeneuta en Libros Sagrados y Lenguas Antiguas.

Maestra en Ciencias Bíblicas y Hebreo Antiguo. Maestrante en Estudios Judaicos por la Universidad Hebraica. Licenciada en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de México. Especialidad en islam por la Universidad de Al Azhar de El Cairo, Egipto.

Especialidad en el Pensamiento del Papa Francisco y el Libro del Apocalipsis por el Boston College.

Especialidad en Música Contemporánea (Piano-guitarra).

Generación XXXII de la Sociedad de Escritores Mexicanos (SOGEM).

Ha publicado treinta y siete libros en México, España, Estados Unidos e Italia en diversos géneros literarios y teológicos.

Conferencista a nivel internacional.

Creó y desarrolla la teología del Silencio y de la Carne la cual entrelaza con la investigación mística, científica y musical bajo el nombre de “Lectura gemátrica, pitagórica y cuántica del Séfer Bereshit 1-3 -Hashem se revela a través del Big Bang-

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