La rima asonante
En la rima asonante sólo coinciden las vocales, a partir de la última vocal tónica.
En el anterior artículo traté de la rima en general y en especial de la consonante. Ahora me centraré en la rima asonante, o sea aquella en la que sólo coinciden las vocales a partir de la última vocal tónica. Como ejemplo estos versos de Juan Ramón Jiménez:
En la luz celeste tibia
de la madrugada lenta
por unos pinos iré
a un pino eterno que espera.
en que los versos 2º y 4º riman en “e-a”: “lenta” y “espera”
Ante todo, se puede observar que esta coincidencia fonética es más leve que la consonante y las posibilidades de encontrar palabras similares son mucho mayores, por lo que esta rima es mucho menos restrictiva.
Se presentan varias situaciones según la situación en la palabra final del verso de la última sílaba tónica. Si la palabra es aguda sólo cuenta la última consonante y, por ejemplo “pasión” rima con “voz”, con “reloj” o con “control”. Si es llana, cuentan las dos últimas vocales, como en los anteriores versos de Juan Ramón Jiménez, que también rimarían con “pequeñas”, “hechas”, “negra”, “llena”, etc.
El caso de las esdrújula es algo especial ya que existen tres vocales, pero sólo se suelen considerar la primera y la última, por lo que “nácares” puede rimar en “a-e” con “árboles” o con “clávele” y también con palabras llanas en “a-e”, como por ejemplo “pase”, “delante” o “abre”. Otro ejemplo de J.R. Jiménez en el final de su poema “Árboles hombres”
¿Cómo decirles que no,
que yo era sólo el pasante,
que no me hablaran a mí?
No quería traicionarles.
Y ya muy tarde, muy tarde,
oí hablarme a los árboles.
En estos octosílabos riman los finales en “a-e”: pasante, traicionarles, tarde, árboles.
También se podría citar una rima asonante esdrújula más purista, denominada “perfecta”, en la que coinciden las tres vocales como en “lágrimas” y “página” (a-i-a) que en este caso no rimarían perfectamente con “sábana” (a-a-a), pero lo usual es limitarse a la coincidencia de la primera y última vocal.
Otra característica de la rima asonante es que no suelen considerarse en los diptongos con vocal fuerte (a, e, o) y débil (i, u) las vocales débiles. Así, “misterio” rimaría en “e-o” con “cielo”, con “feudo” o con “lerdo”; o “violencia” en “e-a”, con “quisierais”, con “peina” o “mesa”.
Asimismo, cuando las últimas vocales átonas son las débiles “i” o “u” (caso poco frecuente en español), y la vocal tónica anterior coincide, pueden hacerse rimar en asonante esas vocales débiles con “e” u “o”, respectivamente. Por ejemplo “lápiz” con “calle”, o “venus” con “menos”, al considerar que son próximas fonéticamente la “i” y la “e”, y la “u” y la “o”.
Como ya he indicado en artículos anteriores, en la métrica muchas reglas no son taxativas y su uso depende del poeta, del tipo de poema y del contexto. Estos últimos ejemplos de rimas asonantes empobrecidas son prueba de ello.
Al iniciar este artículo he indicado que en la rima asonante sólo cuentas las vocales, a diferencia de la rima consonante sí que se consideran las consonantes. A pesar de que esta es la opinión general de los tratados de métrica, yo considero que las consonantes intermedias sí que tienen una influencia en la rima asonante, ya que hay sonidos de consonantes próximos y otros muy diferentes, lo que de alguna forma enriquece o empobrece esa rima asonante. De ello trataré en el próximo artículo.
Si te ha interesado este artículo, en las 330 páginas del tratado “Métrica poética del español”, encontrarás toda la información y ejemplos necesarios para profundizar en el estudio de la métrica y saber los porqués del ritmo que distingue a los poemas de la prosa.

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