Ante las celebraciones por el aniversario de la Revolución de septiembre de 1868, y que protagonizaron los republicanos, así como parte de los libertarios, y que tuvieron lugar en el otoño de 1901, los socialistas realizaron su propia interpretación de este este suceso que abrió un breve, pero intenso período de la historia contemporánea española del siglo XIX, conocido como el Sexenio Democrático.
Pero, además, el artículo sirvió para que los socialistas realizaron una nueva e intensa crítica a los republicanos por lo que habían, y por lo que no habían hecho a partir de entonces hasta el presente.
En El Socialista del día 4 de octubre de 1901 se insertó un largo artículo de fondo titulado “La Revolución de Septiembre”, que comenzaba exponiendo que los republicanos habían celebrado dicho aniversario, pero sin el eco que pretendían, salvo en Barcelona donde, al parecer, y siempre según la interpretación socialista, sí se había conseguido movilizar a “masas de consideración”.
El periódico consideraba que la Revolución de 1868 coronaba el proceso revolucionario de la burguesía española, iniciado en 1812, y que había tenido en Mendizábal un elemento clave para la cuestión económica. En 1868 la “clase media” se había hecho dueña por completo del poder, sin que ya pudiera temer, en los inicios del siglo XX, que lo perdiera, ni por “regias veleidades, ni de los golpes del pretorianismo”, en alusión a los pronunciamientos militares.
Septiembre de 1868 había traído la consagración de las libertades, pero también el poder de la “clase capitalista”. Por eso, el periódico consideraba que era más riguroso que celebrasen su aniversario los burgueses que los obreros, aunque en honor a la verdad, se reconocía que constituía una etapa importante en la historia de la emancipación de los trabajadores. En todo caso, había que considerar a dicha Revolución como un punto de partida.
Los socialistas reconocían avances desde entonces. Si bien era cierto que la Restauración borbónica había supuesto una merma de las libertades, se habían restablecido muchas de ellas, admitiendo, en cierta medida, que se tenía una democracia, al menos en apariencia. Y lo era porque, aunque se había avanzado en las leyes, no así en las costumbres, por lo que el pueblo español seguía viviendo en la “servidumbre”. La causa de esta situación había que buscarla en los que gobernaban, en alusión a los partidos dinásticos, pero, y esto era el meollo del artículo, en los republicanos (“partidos populares” o “partidos progresivos”).
Cuando se impuso la Restauración los republicanos habían optado por una estrategia política con la que los socialistas no estaban de acuerdo. No habrían emprendido una labor de pedagogía política en un país con falta de cultura en esta materia, trabajando para la transformación en el plazo medio o largo, porque se habría optado por pretender el inmediato derrocamiento de la Monarquía (no cabe duda, que el periódico debía tener en mente a Ruiz Zorrilla y sus seguidores, sempiternos conspiradores durante el último cuarto del siglo XIX), que, por otro lado, al no ser combatida de forma adecuada en el terreno de los derechos, se había estabilizado en España.
La falta de cultura política en España, y la inacción de las fuerzas progresistas habían sido terreno abonado para el caciquismo, suplantando la voluntad general. El sistema político y económico de la Restauración habría conseguido que el pueblo cayese en la indiferencia, en una alusión a lo que podríamos considerar como el triunfo de la desmovilización política, uno de los enemigos de la estrategia del PSOE.
El escrito, como aludíamos, se inscribe en el enfrentamiento del Partido Socialista con los republicanos desde la fundación del mismo, en línea con el planteamiento obrerista defendido a ultranza por Pablo Iglesias, aunque contestado por algunas voces en Madrid, que buscaban el acercamiento con aquellos, algo que no ocurriría hasta el terremoto que supuso la Semana Trágica y la política emprendida por Antonio Maura, unos años después.
El periódico obrero consideraba que los republicanos debían realizar un examen de conciencia y una reflexión sobre el pasado, aprovechando el aniversario.
Terminaba el artículo con un reconocimiento del carácter redentor de la Revolución de 1868, pero siempre que se completase lo iniciado, en sintonía con lo defendido anteriormente.
Hemos consultado el número 813 de El Socialista. Por otro lado, para profundizar en la estrategia política del PSOE en esta etapa, como en su larga trayectoria es imprescindible consultar el libro de Santos Juliá, ‘Los socialistas en la política española: 1879-1982’, publicado en Taurus en 1997.
- Santos Julia (Autor)
Última actualización de los productos de Amazon el 2023-10-02 / Los precios y la disponibilidad pueden ser distintos a los publicados.
Añadir comentario