Los comentarios de textos y ritmos, los signos diacríticos de apoyo y un ejemplo en un poema sobre la pandemia: “La humanidad pende de un virus”
¿Cómo mejorar la comunicación entre el autor y el lector de poesía?
En estos momentos de aislamiento la poesía debe servirnos, más que nunca, para comunicarnos con los demás. Es cierto que uno puede escribir solo para sí, pero entonces yo no estaría publicando este artículo, por eso me voy a centrar en el poema como vehículo transmisor de sentimientos, deseos, quejas, proclamas o cualquier cosa que uno quiera comunicar a su entorno de lectores.
Aquí viene el primer problema, una cosa es lo que uno quiera comunicar y otra lo que el lector percibe. Esto es lo que se ha denominado la “Estética de la recepción”, por la que, en este caso un poema, no es siempre interpretado con las mismas motivaciones o intenciones por las que fue escrito, sino que el lector lo hace basado en su bagaje cultural individual y en sus experiencias vividas.
En el caso de un poema al estar formado por contenido (el texto) y continente (el formato rítmico) el problema, o mejor dicho la divergencia de interpretaciones, puede ser mayor. Por una parte, muchos textos poéticos son bastante crípticos, ya que el autor concentra el texto, utiliza metáforas o imágenes líricas no siempre fáciles de interpretar, y mantiene silencios que él cubre con sus experiencias personales. Por otra parte, tampoco es fácil interpretar el ritmo de los formatos poéticos del autor sin algunos conocimientos métricos, si se lee; o sin una buena dicción del recitador, si se escucha. En este sentido, lo mejor sería escuchar un poema bien recitado y teniendo delante el texto, o si sólo se tiene el texto que este tuviese los signos diacríticos necesarios para facilitar esa comunicación rítmica entre autor y lector.
¿Qué quiero decir cuando hablo de signos diacríticos? Pues esos signos, además de los de puntuación, que nos sirven para saber cómo separa el autor las sílabas, hemistiquios o versos de un poema, de forma que este mantenga un ritmo determinado por la alternancia de sílabas tónicas y átonas, por los metros de sus versos (longitudes silábicas) y por las agrupaciones estróficas de versos y su armonía. Además, respecto a los signos de puntuación clásicos, no estaría de más saber cuándo el autor los asocia a una pausa fónica y cuando no. Estas pausas están muy claras en puntos y aparte, y normalmente en puntos y seguido, pero no tanto en otros signos, como por ejemplo la coma.
En la poesía clásica ya se usaba la diéresis (¨) para indicar cuando se rompía un diptongo o a veces el circunflejo (^) para indicar la diptongación de vocales fuertes, o sea la sinéresis. A estos podrían añadirse otros como la separación entre hemistiquios (/), el hiato (·), o reafirmar con un apóstrofo (‘) las pausas mediales (interiores del verso) producidas por comas, otros signos dudosos o por necesidades del ritmo. También se podría marcar un encabalgamiento entre dos versos (_) ya que eso facilita disminuir la pausa versal entre los versos afectados. No se trataría de trufar el texto del poema con un sinfín de signos, salvo que se trate de un análisis métrico, pero sí de indicar la intención del autor en esas realizaciones fonéticas que pueden presentar dudas al lector.
Como ejemplo del formato y la intención que se esconde en un poema, coloco uno que acabo de escribir sobre esta plaga que nos asola, que me permitirá algunos ejemplos de posibles diacríticos con los que el autor quiere facilitar el ritmo de lectura. Así, “salvo dos pájaros de un tiro” al tratar del fondo y, sobretodo, de la forma del poema.
LA HUMANIDAD PENDE DE UN VIRUS
La humanidad, jinete apocalíptico,
creía sojuzgar a la naturaleza,
y hasta se planteaba
clonar al ser humano en inmortal
haciendo simbiosis con la máquina.
Alguien predijo:’ “El hombre será dios”;
pero que un héroe lo inventase,
para tener poder sobre la plebe,
no es lo mismo que serlo.
La creación, venga de donde venga,
se venga y pone las cosas en su sitio.
Un virus microscópico se muda
del animal al hombre,
que descubre lo débil que es su fuerza,
lo poco que conoce, lo mucho que amenaza su futuro.
Se acabó el “just in time”, vuelve la cuarentena,
la peste ha regresado al “altoevo”.
La cura de humildad no cura al cuerpo,
pero avisa a las almas.
Cuando todo esto acabe,
quizá tengamos la oportunidad
de empezar otra era
cambiando paradigmas y parámetros.
Pero mucho me temo que olvidemos
y, por recuperar el estatus perdido,
empiece otra carrera
que lleve a recorrer errores anteriores
y cuya meta tenga por rótulo “Extinción”
Ricardo Fernández Esteban ©
Respecto al fondo, no le veo muchos problemas. Pero, ya que estoy efectuando un análisis del poema, hago unos cuantos comentarios que en este caso son poco necesarios.
En la primera estrofa se cita la posibilidad de que el hombre se perpetúe en una máquina, clonando su cerebro en un disco duro, en línea de lo indicado por Yual Noah Harari en sus libros “Sapiens” y “Homo Deus” y otros futurólogos. También, en esta estrofa, se cita que el héroe creo el concepto del dios de la religión para asegurarse el control de sus súbditos, cuando se trasformó en jefe, hechicero o tirano; pero eso no es ser un dios, sino utilizar esa idea en su beneficio.
En la segunda estrofa, tras indicar nuestro desconocimiento del origen del mundo en este universo sin dios, aparece esa fuerza desconocida que “pone a las cosas en su sitio” y proporciona al hombre “una cura de humildad”. El mundo del “just in time”, la globalidad y la rentabilidad extrema se derrumba. La humanidad tendrá que plantearse cómo asume los riesgos del futuro y las necesarias inversiones para cubrirlos, desde esta perspectiva de regreso a un actualizado “medioevo” en que vuelven las cuarentenas medievales.
Y por último, la tercera estrofa trata de la poscrisis, de la oportunidad de reformar este mundo para que sea más sostenible. No obstante, el narrador duda de la capacidad de visión a largo de la humanidad, empeñada en magnificar su beneficio a corto y enfocada en el egoísmo de repartirlo entre quien decide o domina. El poema concluye con el aviso de que esta quizá sea la última oportunidad de evitar la extinción.
El análisis del formato de este poema, sí que creo que da más juego para comentar cómo ve el autor esta composición. El poema tiene una estructura de silva blanca de impares, o sea un poema sin rimas, ni asonancias próximas, en que los versos o hemistiquios tienen longitudes silábicas (metros) impares. Además, todos los hemistiquios y los versos de 9 o más sílabas, que son los que deben guardar un ritmo interior similar, son binarios.
Repito el poema con algunos signos diacríticos de ayuda para el recitado e indico la medida del verso y sus hemistiquios y los acentos básicos de los de 9 o más sílabas. Y después analizo los versos más problemáticos o que pueden presentar dudas:
La humanidad, ‘/ jinete apocalíptico, 12=5+7
creía sojuzgar a la naturaleza, 14=7+7
y hasta se planteaba 7
clonar al ser humano en inmortal 11(2.4.6.10)
haciendo simbïosis con la máquina. 11(2.6.10)
Alguien predijo: ’/ “El hombre será dios”; 12=5+7
pero que un hérôe lo inventase, 9(4.8)
para tener poder sobre la plebe, 11(3.6.10)
no es lo mismo que serlo. 7
La creación,’ / venga de donde venga, 12=5+7
se venga y pone / las cosas en su sitio. 12=5+7
Un virus microscópico se muda 11(2.6.10)
del animal al hombre, 7
que descubre lo débil que es su fuerza, 11(3.6.10)
lo poco que conoce, ‘/ lo mucho que amenaza su futuro. 18=7+11(2.6.10)
Se acabó el “just in time”, ‘/ vuelve la cuarentena, 14=7+7
la peste ha regresado al “altoevo”. 11(2.6.10)
La cura de humildad no cura al cuerpo, 11(2.6.8.10)
pero avisa a las almas. 7
Cuando todo esto acabe, 7
quizá tengamos la oportunidad 11(2.4.10)
de empezar otra era 7
cambiando paradigmas y parámetros. 11(2.6.10)
Pero mucho me temo que olvidemos 11(3.6.10)
y por recuperar / el estatus perdido, 14=7+7
empiece otra carrera 7
que lleve a recorrer / errores anteriores 14=7+7
y cuya meta / tenga por rótulo “Extinción” 12=5+9(1.4.8)
Estos son los versos que, en mi opinión, pueden necesitar un comentario métrico en cuando a su división o metro:
La humanidad, ‘/ jinete apocalíptico, 12=5+7
Este verso podía ser un endecasílabo recitado sin paradas, pero la aposición explicativa “jinete apocalíptico” requiere unas paradas fónicas que la individualicen. Por eso, he indicado el apóstrofo (‘), ya que todas las comas no obligan a efectuar una pausa fónica.
haciendo simbïosis con la máquina. 11(2.6.10)
En este caso la diéresis de “sim-bi-o-sis”, o sea su pronunciación en cuatro sílabas, es necesaria para que el verso mantenga su condición de endecasílabo y su armonía con los otros veros vecinos. Aunque la pronunciación más ortodoxa es como trisílaba, un número importante de hablantes del español tiene la tendencia a la diéresis, como reconoce la R.A.E en su “Ortografía”.
Alguien predijo: ’/ “El hombre será dios”; 12=5+7
Como en el verso inicial del poema, es mejor recitar este verso como compuesto de dos hemistiquios de 5+7 sílabas con breve pausa intermedia, en vez de como endecasílabo, ya que eso permite individualizar lo entrecomillado.
pero que un hérôe lo inventase, 9(4.8)
En este caso, “hé-roe” se pronuncia como palabra bisílaba diptongando “eo”, lo que es habitual cuando dos vocales fuertes y átonas que son contiguas ocupan una posición postónica. Esta sinéresis es un caso típico de diferencia entre la gramática y la fonética, como en “línea”, “nívea”, “óleo”, etc.
La creación,’ / venga de donde venga, 12=5+7
se venga y pone / las cosas en su sitio. 12=5+7
El primer verso es un 12=5+7, en vez de un endecasílabo (4.5.10), ya que eso resalta la aposición explicativa. Además, así se elimina el antirrítmico entre 4ª y 5ª sílaba y esa tonacidad en 5ª que rompería el ritmo binario endecasílabo. El segundo verso es otro dodecasílabo compuesto 5+7, pero en este caso la pausa hemistiquial es muy leve y solo se efectúa para mantener el ritmo del verso.
la peste ha regresado al “altoevo”. 11(2.6.10)
En este caso “al-to-e-vo” se pronuncia en cuatro sílabas por la tonicidad de la “e” que, además, es el acento principal del verso.
y por recuperar / el estatus perdido, 14=7+7
Este verso alejandrino también tiene una pausa hemistiquial muy leve, y solo para mantener el ritmo del verso.
y cuya meta / tenga por rótulo “Extinción” 14=5+9(1.4.8)
Este verso de 14 sílabas (4.6.9.13) no se debe recitar de corrido, aunque su sintaxis lo permita, porque no mantiene un ritmo acorde con su longitud. Por eso, lo hago como compuesto con una leve pausa intermedia tras “meta”. Esta pausa también podrá ser tras “tenga” convirtiéndolo en un alejandrino 7+7, pero opino que la primera opción tiene mejor ritmo.
Como ya he indicado, no hace falta trufar todos los poemas con signos diacríticos para replicar el ritmo que el autor crea mejor, pero en ocasiones de duda algunos signos ayudarían a la expresión oral, imprescindible en la poesía.
Aquí lo dejo, ya sé que no va a cambiar la tradición por este artículo, pero en el futuro me propongo colocar en mis poemas los diacríticos que estime imprescindibles para una buena lectura como las diéresis, las sinéresis y las pausas intermedias del verso que condicionan su recitado y no quedan de manifiesto a través de los clásicos signos de puntuación.
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