Existe una familia alemana que me tiene encantado —de encantamiento, de hechizo— desde que tengo uso de razón: la familia Von Richthofen.
Me he divertido mucho leyendo historias de Ferdinand y Manfred, ambos con el título de barón del Imperio Alemán.
Ferdinand era geólogo y explorador, tío carnal de Manfred, el Von Richthofen más famoso, conocido como el Barón Rojo el glorioso piloto de la I Guerra Mundial que tantas gestas brindó en el aire de la contienda. Dos grandes personajes históricos de aventura en mayúsculas. Aunque en este artículo para la sección de geografía, la reseña será para el tío Ferdinand y un discípulo del geólogo, el sueco Sven Hedin.
Ferdinand encarna a la perfección el mítico explorador romántico del siglo XIX, aunque no dejó nada escrito sobre sus primeros viajes a China, él fue quien acuñó en 1877, el término La Ruta de la Seda para el célebre y milenario camino comercial, que sirvió no sólo para los negocios y el conocimiento de exóticas piedras, telas… sino para que también el budismo penetrara hasta el interior de Asia. La Ruta de la Seda tiene su origen a mediados del siglo II a.C. cuando el imperio chino, en busca de aliados, emprende un viaje hacia el oeste.
Von Richthofen volvió a Asia después de sus viajes por América, para explorar Java y más tarde volver a China, el país que le tenía embrujado. Las Montañas Quilian, fueron bautizadas anteriormente en honor a Ferdinand, como Montañas Richtofen en la cordillera Kunlun.

Sven Hedin sí recogió todas y cada una de las singladuras en los primeros años del siglo pasado, por el Desierto de Gobi, China, Mongolia y publicó numerosos trabajos científicos. Sus obras más conocidas son “A través de Asia” (1898) y Mi vida como explorador (1926) y La conquista del Tíbet (1935) Hedin llegó a descubrir nacimientos de ríos como el Indo, y bautizó cordilleras como las Transhimalayas después de explorarlas. Participó en varias expediciones mixtas, donde científicos europeos y chinos recorrían las tierras por conocer en unas jornadas llenas de magia, aventura, cansancio y trabajo, mucho trabajo
José Font Vaballero
Añadir comentario