El trabajo personal que estoy encarando, se compone de una serie de fotografías de tipo macro.
Es decir, las fotos que estoy haciendo las estoy tomando tan, pero tan de cerca, que lo que estoy fotografiando se reproduce en el negativo casi en su tamaño real.
Si bien ya había hecho anteriormente alguna que otra foto con esta técnica, esta es la primera vez que le dedico tanto tiempo a explorar el terreno de la macrofotografía.
A pesar de conocer los conceptos básicos para hacer macro, tanto por lo que estudié en su momento como por mis experiencias previas, en esta oportunidad fue un volver a aprender, ya que tuve que investigar, experimentar, analizar los resultados, volver a investigar, consultar a algunos colegas, y seguir experimentando.
Mientras continúo en este proceso, dejo aquí algunas lecciones aprendidas. Seguramente son cosas elementales para quienes ya tengan experiencia en macrofotografía, pero no hay que dejar de tenerlas presente en toda oportunidad en que incursionemos en esta técnica.
- Lo primero y principal es contar con el equipo adecuado. Para hacer macro hay varias alternativas, cada una con sus ventajas y desventajas. La mejor opción es contar con un objetivo macro, ya que están específicamente diseñados para macrofotografía, por lo que brindan una óptima calidad, pero a un precio sólo apto para quien realmente se dedique a este tipo de fotografía. Otra alternativa es utilizar un adaptador para montar un objetivo común en forma invertida. Si bien es una muy buena opción en cuanto a calidad, resulta un tanto tedioso tener que enfocar con el diafragma totalmente abierto y luego tener que cerrarlo manualmente para tomar la foto. También se pueden utilizar lentillas de aproximación, que se enroscan al frente del objetivo. Ya las había usado antes, pero esta vez no deseaba aceptar el detrimento en la calidad que producen. Utilicé entonces un equipo con fuelle y otro con anillos de extensión. Estos accesorios separan el objetivo del cuerpo de la cámara, logrando enfoques cercanos sin pérdida de calidad, pero a costa de una reducción en la luminosidad.
- El otro aspecto fundamental es que, al hacer macrofotografía, la profundidad de campo es ínfima. Sí, es lo primero que te enseñan, pero vale la pena repetirlo. Al hacer macrofotografía, la profundidad de campo es ínfima. Según mis propias pruebas, entre unos pocos milímetros y algo más de un centímetro. Es tan crítico que el resto de los puntos están directamente relacionados a este tema.
- Dado el poco margen de error, el sistema de enfoque debe estar perfectamente calibrado. Si bien en la mayoría de los casos esto no debería ser un problema, ante la obtención de negativos consistentemente desenfocados, tuve que calibrar la pantalla de enfoque de uno de los equipos.
- Para lograr una profundidad de campo mínimamente aceptable, se necesita mucha, pero mucha luz. No sólo para compensar la pérdida de luminosidad del fuelle o los tubos de extensión, sino también para poder utilizar el diafragma más cerrado que el objetivo permita. No es totalmente indispensable contar con un flash anular especial para macro. Al fracasar en mis intentos con luz natural, obtuve buenos resultados con un flash de estudio convencional (gracias Gloria!).
- Tan crucial es lograr un enfoque preciso, que me resultó muy útil contar con un cabezal con riel de enfoque para ajustar el desplazamiento de la cámara (gracias Claudio!). Es que al hacer macro el enfoque fino se realiza acercando o alejando la cámara milimétricamente, cosa que a mano resulta una tarea poco menos que imposible, al menos con mi pulso.
Pero hay otras cosas que hay que tener para hacer macrofotografía: concentración y paciencia. Concentración para lograr precisión en los ajustes, paciencia para considerar todos los detalles. Concentración para evitar cometer errores, y paciencia para corregirlos en el próximo intento.
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