Antonio Praena (Purullena, Granada, 1973) es un poeta que comenzó a publicar con el cambio de siglo.
Toda su obra ha sido distinguida con algún premio o mención literaria: Humo verde (Accésit Premio Iberoamericano Víctor Jara, 2003), Poemas para mi hermana (Accésit Premio Adonáis, 2007), ‘Actos de amor‘ (Premio Nacional de Poesía José Hierro, 2011), ‘Yo he querido ser grúa muchas veces’ (Premio Tiflos, 2013) e Historia de un alma (Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma de 2017)
- Praena Segura, Antonio (Autor)
- Praena, Antonio (Autor)
Para mí, Praena es uno de los mejores poetas españoles, su obra es rigurosa y combina perfectamente el fondo y la forma poética. Sus libros no son una serie de poemas desconectados, sino que cada uno sigue una línea argumental que transmite, a través de un excelente lenguaje poético, el mensaje del autor, que pertenece a la Orden de Predicadores de los Dominicos e imparte clases en la Facultad de Teología de Valencia. El que Praena sea sacerdote influye en la temática de sus obras, pero no la condiciona, porque su poesía no debe considerarse como religiosa, aunque transmita una ética personal influida por sus creencias.
Dice Praena que la poesía no tiene por qué ser un fenómeno estético, y que hoy belleza y arte no siempre van de la mano, por lo que el poema puede elegir otros caminos para cumplir su finalidad; además, añade que en su obra hay poemas bellos y otras que no, que buscan provocar efectos distintos a la armonía. También indica que define su poesía como comunicación: decir, inquietar, levantar, tranquilizar, desagradar, agradar… eligiendo los caminos creativos que el lenguaje nos brinda y que la poesía es un acto de comunicación en los límites del lenguaje y de la experiencia.
Estoy de acuerdo con lo segundo, pero no con lo primero. La poesía de Praena se distingue, además de por sus contenidos, por su magnífica belleza armónica, que huye de las tiradas de versos del mismo ritmo y tamaño, pero sabe combinar distintas estructuras de versos blancos que mantienen el ritmo métrico. Además, controla las asonancias entre sus versos, lo que los hace todavía más libres.
Voy a hacer algunas referencias a dos de sus libros, separados por once años, de temáticas muy distintas: “Poemas para mi hermana” de 2006, e “Historia de un alma” publicado el pasado año.
“Poemas para mi hermana” es un libro elegiaco dedicado a la muerte de su hermana, reflexivo, íntimo, trascendente y en el que trasluce la esperanza cristiana. El Jurado al concederle el accésit del Premio Adonais indicó: “Se trata de un libro de la emoción y la afectividad, matizadas por el sentido religioso; en él está presente la atmósfera de lo familiar. Todo visto con un lenguaje basado en la naturalidad”. El autor ha comentado recientemente, con la perspectiva de los años transcurridos: “Todo el libro está impregnado de verdadero amor familiar, de emoción. En él arrostré con todo su vértigo la pregunta por la vida y la muerte. Cuando vuelvo a él, pese al rubor de ciertos versos que hoy escribiría de otro modo, su autenticidad e inocencia acaban con mis prevenciones”
El poeta se dirige a su hermana prematuramente desaparecida y recuerda la vida familiar: “Toma en tus manos / este jersey tejido en nudos de memoria”, “Tú déjate resucitar, / que es siempre tiempo adentro / en donde ocurre lo que alumbra / y no te busques fuera de tu casa, / aun cuando habites las ciudades de otro mundo” En algunos poemas, al hablarle a ella se habla a sí mismo: “Querida hermana: el principal / problema de los hombres es el hecho / de no saberlo todo de sí mismos.” “Yo quiero hablar contigo de este extraño / vivir sin un porqué y, aun sin razones, / arder intensamente en la locura (…/…)” “Fuiste tú, / mi hermana única, tú fuiste / quien en mis ojos solitarios puso luces / que tengo en este mundo ya perdidas.”
Y va desgranando recuerdos de juventud: “Papa, todas las cosas (…/…) las hallo de tu mano cuando cruzo / contigo la alameda de tu vida.” “Y cada laberinto es una vida, / mamá, / los laberintos en tu huella y ya no pierden, / tocados como han sido por tu sombra.” “(A la abuela Dolores) (…/…) Acaso con su tiempo en otro tiempo / sin guerra en sepia oscura y santiguando / sus frentes con azul y blancos dedos, / los mismos que tendieran cada día / la pobre ropa al cielo (…/…)”
O recuerdos y preguntas, desde un presente ya distinto: “No el frio, es otra helada la que sella / mis labios y está ciego ya el sendero / que vuelve hasta una casa en que no hay nadie. / No tengo a quien cuidar y tú tampoco / abrazas con tu cuerpo el de tu hija.” “De qué nos ha servido, dime, hermana, / si no puedo / seguirte en esta tarde ni en ninguna, (…/…) Tú sólo dime si estás sola, / si tienes frio, / si has encontrada a alguien que te coja de la mano / que te lleve a la escuela.”
En definitiva, un canto al ser querido: “Sé viento y que sepamos que has vivido, / hermana, y que perduras respirable / y frágil y absoluta e invisible / hasta en el glóbulo más triste y humillado / del labio de tu hermano que te canta.”
El libro acaba con unas reflexiones del poeta: “Cuando has perdido lo que más querías / perder de todo lo demás no cuesta nada. (…/…) Amar para perderlo todo, / perder para poder amar lo que se pierde / y darlo al cabo por bien hecho. (…/…) Arden las pérdidas, ya sé, / pero arden con nosotros.” “Esta es la gran verdad. (…/…) Perdiendo sangre la mitad de mi vida. / La otra mitad buscando amor. / Y algo ha ocurrido que las junta.”
Nada más que añadir a la voz del poeta, nada más que recomendar la lectura de este libro que estaba agotado y por suerte acaba de ser reeditado.
La última entrega de Praena es de tono muy distinto, aunque comparta unos valores éticos que siempre acompañan a su poesía. De “Historia de un alma” resaltó el jurado del Premio Gil de Biedma “su compromiso con la modernidad y el ser un libro difícil, valiente y que golpea desde el misticismo”. Aquí el poeta abandona el protagonismo y no hay “yo” ni “tú” protagonista, sino un “él poético”, un personaje de clase alta e influyente que vive y contempla una vida de desenfreno. Dice Praena que ha documentado el personaje, y es cierto por la veracidad que desprende la historia; también nos dice que la literatura permite que vivamos vidas que no caben en nosotros, y añado que eso da pie a las reflexiones morales del yo poético que aparece en segundo plano y que subyacen en el poemario.
Empieza el libro: “Extático es lo bello; / tan sólo quien se pierde le da alcance, / quien nada de sí mismo ya persigue / y en pura rendición encuentra el gozo / de no buscarse más que en lo que huye” y en esa reflexión mística el personaje nos muestra su doble cara, sus desenfrenos y su observación del mundo que le rodea. “(…/…) te miran el reloj y los zapatos / y, si encima conduces un buen coche, / se te pegan al cuerpo y no te dejan / hasta que las invitas a unas rayas.”
Alguien experto ese mundo que busca los límites del placer al borde del precipicio: “Si una especie de hombres se atreviera / sólo a soñar las cosas que yo he visto, / todos los sueños morirían. (…/…) He visto, finalmente, te lo juro / —porque las letras son ajenas a los sueños— / sobre un cuerpo ciclado / con anabolizantes esteroides, / un tatuaje que dice: / aquí no queda espacio para tanto vacío”. Precipicio sobre el que le gusta dominar, intentar llegar a ser un dios: “No es sólo la camisa almidonada, / mi forma de fumar ni mis dos ojos / oscuros y felinos / levemente entornados y brillantes. / No es tampoco la fuerza / con la que agarro sus cinturas / y les muerdo en el cuello / mientras mi pierna toma sitio entre su falda. (…/…) Es algo más brutal y primigenio / que embiste carne adentro hacia ese abismo / donde la carne, simplemente, / desea no ser carne: / vuelvo el alma a sus cuerpos.”
Ese personaje que de tanto ver y hacer ha transgredido todos los límites: “Qué le vamos a hacer. / Nadie ha vencido nunca el mecanismo / que rige los destinos de los fuertes. Si los dioses existen, / ¿cómo no ser uno de ellos?” y busca entre esa vorágine a sus propios dioses “Existe una esperanza entre los vivos, / porque más vale un perro vivo / que un dios muerto”, “Lo envidiable del hombre es el instinto / de una muerte que otorga vida eterna / a aquello que se goza en lo caduco”; mientras a la vez, influido por el autor, reflexiona en voz alta para llegar a dar doctrina: “Nunca el amor es inocente, / más bien es el perdón de la inocencia / que hemos perdido o profanado. Quien ha visto el infierno / comprende lo que digo. /Llos grandes pecadores y los santos / siempre estamos muy cerca.”
El protagonista acaba asumiendo su finitud, y el poeta ocupa su lugar: “La historia de Occidente se funda en la tristeza / que nos causa la muerte / de la que no sabemos nada / porque todo lo ocupa”. Y en su último poema, “Postrimerías”, concluye: Cuántas cosas perdidas / volverán a vivir con nuestra muerte. (…/…) La esperanza que ahora / destierras de tu frente sin espinas / y sólo ha de brotar cuando, simiente, / aguarde en tu derrota y en tu tumba / contra lo que tú mismo decretaste— / la mañana entre almendros / de la resurrección.”
Como en el libro anterior, recomiendo la lectura completa. Los retazos anteriores son destellos, pero la visión de la constelación completa es lo que nos da la medida del mensaje y de la armonía de sus versos. Y ya que hablo de armonía y para poder disfrutar de algún poema entero copio uno de cada libro y citaré brevemente por qué suenan tan bien al recitarlos. El primero es el que inicia “Poemas para mi hermana”
INSTANTE
No lo pienses muy bien,
porque ésta es la felicidad, y si la piensas
se escapará de tu mirada hasta otro tiempo
que pertenece a un mundo incontestable.
En el futuro añorarás estos segundos
en los que aún no sabes lo que ocurre,
pero que son más plenos que mil vidas.
Y la brutal desproporción
entre los sueños albergados
y el saldo de tus horas
se hará un abismo infranqueable ante tus ojos.
Mas no te dejes engañar,
porque has tenido algo más cierto que los sueños;
lo estás teniendo en este instante
en que ocurre algo silencioso
mientras papá remueve el fuego
y en la cocina corre un grifo.
Es una luz que te recorre entera
y hace temblar tus huesos de ternura.
Ya estás cumpliendo ese deber
que el hombre tiene al arrebato luminoso
y da valor a cuanto ni arrebata ni ilumina.
Pero no quieras atraparlo:
es imposible poseer el rayo del misterio
si no es tan sólo al precio de la muerte.
Tú acaso graba esta ignorancia en la blancura de tu vida
y estruja su recuerdo,
como se estruja un bálsamo bendito,
contra las llagas que el futuro te reserva.
Ya no podrás decir
que el gran secreto de la dicha te ha esquivado.
Quizá tan sólo cuando acabe
conozcas lo que tienes sin tenerlo.
Mas no lo quieras comprender,
que es descifrar la claridad lo que la mata.
Antonio Praena. Poemas para mi hermana. (2006)
En este poema, aparentemente libre, hay una estructura métrica basada en versos o hemistiquios (subversos) impares con la tonicidades básicas en sílabas pares. Esta estructura es la que produce esa armonía no repetitiva, que da alas al poema y complementa perfectamente al texto. Así efectuando un análisis métrico resultan:
4 versos Heptasílabos,
11 Eneásílabos (todos apoyados en 4ª tónica),
8 Endecasílabos, de ellos 7 a maiori (4,6,10) y el otro a minori (4,8,10),
4 Tridecasílabos ternarios (4,8,12),
2 Tetradecasílabos alejandrinos en 7+7,
3 Tetradecasílabos en 9+5 y uno en 5+9,
1 Hexadecasílabos en 9+7,
y 1 Octodecasílabos en 9+9.
O sea un total de 35 versos de 10 estructuras rítmicas distintas, pero armónicas entre sí. Además, sin ninguna asonancia ni consonancia entre los versos que cree sonsonete. Tan solo he encontrado una teórica “e-o” de un misterio y recuerdo, pero con una vocal “I” débil en diptongo en una y consonante “r” en coda en la otra, y separadas por un punto y dos versos, lo que la hace poco perceptible.
El otro poema es el que inicia el apartado “Belleza” de “Historia de un alma”.
GRAFITI
¿Quién nos sostiene en este mundo?
No son los tipos como yo,
trajeados, erguidos y con clase.
Quizás esas mujeres con carritos de rafia
que son feas y gordas
y visten chaquetitas con pelusas.
Quizás las que consuelan los peores
25 minutos en la vida
de alguien que ignoramos:
“Dios es negra”
he visto en un grafiti sobre el muro
de un solar de desguace. Me he reído:
si vamos a ponernos trascendentes,
añadamos que es calva y que está en paro.
Ya lo dijo Aristóteles:
no siempre la verdad resulta bella.
Pero Aristóteles no existe.
Tan sólo es un consuelo de afligidos,
un invento de Grecia.
Antonio Praena. Historia de un alma (2017)
En este caso 19 versos. De ellos, 5 Heptasílabos, 2 Eneasílabos apoyados en 4ª, 10 Endecasílabos apoyados en 6ª, 1 Alejandrino de 7+7, y 1 verso corto tetrasílabo que sirve de puente y no rompe la estructura armoniosa de impares. En el poema, domina el ritmo endecasílabo y los versos de otras longitudes complementan armónicamente esa melodía. Tampoco hay asonancias entre los versos, excepto al final entre “bella” y “Grecia”, pero la existencia de dos versos, dos puntos intermedios, y la vocal débil “i” en diptongo en Grecia, reducen mucho su percepción.
En resumen, un magnífico poeta tanto en contenidos como en continentes, que sabe tratar todos los temas, sean familiares, mundanos, íntimos o escabrosos, utilizando un lenguaje próximo y cuidado, con un fondo moral, que subyace pero no condiciona el poema. Poema que recitado mantiene esa armonía no repetitiva, que es un perfecto complemento del texto y un ejemplo de lo que distingue a un poema de un texto en prosa.
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