Las nueve musas
La mística de la Misión, ¿del hombre o de Dios?

La mística de la Misión, ¿del hombre o de Dios?

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HAMISTICA SHEL HAYEUD SHEL ELOHIM O SHEL HAADAM?

El lenguaje místico lleva en sí mismo la profundidad de una gran variedad de lenguajes los cuales tiene que ver no con algo exterior sino con el interior y la espiritualidad, es decir, con ese conocimiento que se tiene de la presencia divina, llamado Shejina y el cual se manifiesta a través de la contemplación.

Siendo en este caminar donde el ser humano se encuentra, entreteje la imagen de Dios en sí mismo y fortalece la Semejanza en su prójimo, creando un caminar misionero fundamentado en la Triada mística, Tafkin, Mesima y Yeud, donde la oración sea el punto de unión y el cimiento de las  moradas donde el ser humano, como bien lo menciona santa Teresa de Ávila elimine Las dudas y el miedo que nos acechan y que nos lleva a no valorar lo que tenemos, por ello, la oración no debe ser árida, y nuestro encuentro con nosotros mismos y con el otro debe de fundamentar  la morada de D/os que somos cada uno de nosotros, por esta razón la oración debe ser de agradecimiento, sólo así orar será amar  y alabar a Dios será consagrar  la vida, el sol, la lluvia, la naturaleza[1].

Los estudios hermenéuticos particularmente aquellos relacionados con la Torá se dividen en cuatro perspectivas según la escuela rabínica, esto es, las maneras en la cuales se puede leer el texto bíblico o cualquier otro concepto o tema relacionado con Elohim, así se encuentra.

  • El Peshat – interpretación literal y objetiva del texto.
  • El Gemaz – interpretación alegórica.
  • El Derash – interpretación personal y subjetiva.
  • El Sod – interpretación mística.[2]

elohim

Cada una de esas  lecturas son fundamentales y tienen un valor particular el cual acrecienta no sólo el conocimiento de D/os sino el misterio y la importancia del ser humano en la lectura de la Palabra. En Sefer Shemot[3] D/os le revela a Moisés su nombre en la zarza ardiente, Para la Kabbalah y el Zohar se revela dos mil años antes de la creación del mundo cuando el alefato se extiende y muestra a D/os para crear el universo, y en el Nuevo Testamento Jesús se revela Logos de D/os, de esta manera, la Palabra adquiere un valor fundamental y espiritual resaltando que a través de ella D/os se manifiesta, por ello, el Shema toma un punto trascendental convirtiéndose en la germen de salvación, quien escuche la Palabra será salvado, es decir, todo aquél que escucha a su prójimo le otorga un fragmento de salvación porque no sólo escucha al Hombre sino a ese vestigio de Dios llamado Sekina o presencia divina, es ahí  comienzan a adquirir significado las palabras del Evangelio porque todo lo que hicisteis por ellos me lo hicisteis a mí.[4]

Para la comunidad judía la opinión de cada persona es valiosa porque representa la perspectiva que lleva cada persona en sí misma del misterio de D/os. Existen sabios pero aceptan la existencia de Hokman  o sabiduría, la cual está en potencia a través de uno de los Sefirots siendo esta la Binah o inteligencia. Todo el ser humano tiene una porción de Dios en su interior, lo que está arriba está abajo, dice el Zohar, por ello Escuchar la Palabra de D/os, la propia y la del semejante es HaMesima–la misión-central.

Este ensayo tiene como fundamento explicar la misión desde HaSod, la interpretación mística en base a sus tres puntos fundamentales:

  • Tafkid – tener claro lo que se tiene que hacer
  • Mesima – los objetivos que se intentan alcanzar
  • Yeud – el destino, para lo que fue hecho o creado.

Cada uno de estos puntos enriquece la visión del yo en D/os y en el otro, porque HaYeud es responder cada día ¿Para qué estoy en este mundo? La reflexión a ello diaria no sólo pertenece a lo individual sino es parte fundamental de cualquier Institución o sociedad, por esta razón es necesario trabajar espiritual, intelectual y emocionalmente  HaTafkid, HaMesima para fortalecer HaYeud y crecer juntos.

Es significativo explicar que el leguaje Sod o místico, tiene como punto clave la contemplación y la diversidad de sentidos, para la mística un vocablo tiene un cosmos en su interior, por lo que cada lectura será tan diversa como las estrellas, en cada interpretación se cumple el Brit –pacto/alianza- de D/os a Abraham Wehirbeyri et-zar´aja kejojevey hasahmayim wnatati lezar´aja et hol-ha´aratsot ha´El wehitbaraju wezarája kol goyey ha´arets[5] o como señala el Midrash será tu descendencia como la arena del mar, porque en cada vocablo el misterio de D/os se expande, se pregunta y eterniza.

La mística se cimienta en descubrir a D/os en todo, iniciando por cada respiro, su precepto es retornar a D/os  en todo lo realizado y realizable, para no actuar dañando al otro o para beneficio personal lo cual lleve a la corrupción espiritual individual y por lo tanto humana.

Mesima, es el vocablo correcto para hablar de la misión a partir de los objetivos que se aspiran alcanzar, pero antes de expandirlos es pertinente HaTafkid, tener claro el para qué o cómo hacer, así y de forma paralela, HaMesima y HaTafkid  se entrelazan para alumbrar y tener claro el HaYeud, el para qué fue o se es creado el yo o una Institución.

Utilizo el hebreo no sólo por ser el idioma  base de mis estudios y la lengua de la Torah sino porque cada una de sus voces llevan en sí mismas un misterio inexistente en otro idioma. Como lengua semita y en relación con el significado de Mashiaj o Mesías, -quien está muy lejos de ser una persona de carne y hueso-, cada una de las letras del alefato y HaMashiaj buscan, esperan, ofrecen en la diversidad la utopía mezclada con el Misterio incitado en el deseo de hacer de D/os una forma de vida no sólo en uno mismo sino en el semejante, otorgando un significado sacro a la manera de actuar, es decir, la misión fundamentada en tres etapas no se vuelve algo ordinario para cumplir sino un Pe´ula Cadosh,  un acto sacro.

Regularmente se entiende como Mesima– Misión- a los objetivos que se pretenden alcanzar ya sea como ser humano o Institución. Cada organismo, Iglesia, Gobierno, Academia toman como referente de su Mesima la palabra, enseñanza, ideología de un maestro, libertador profeta o D/os a quien se sigue, frente a ella está Tafkid, esa reflexión que conduce a dilucidar el deber y hacer para así alcanzar HaYeud o la Misión espiritual cimentada en Hafnamá o la interiorización de cada ser humano lo cual lleva a comprender para qué se fue creado y/o para que se está creando, por qué, ¿cuál es el sentido de plantear una Mesima Institucional o grupal, si no se aclara primero quién se es y cuál es Hayeud propia?

El desconocimiento, la incomprensión de esta Triada y su ramificación se malentienden, se colman de conceptos abstractos, de objetivos descriptivos, de funciones inútiles y se extravía el sentido primordial.

En el libro Relatos de un peregrino ruso, hay un hombre que ansía saber cómo orar, conforme camina se encuentra con eruditos, maestros, profetas, sacerdotes, quienes le explican significados, maneras de hacerlo, pero nunca como orar, con el trazo de los pasos se topa con un anciano, siendo él quien lo lleva a comprender que la oración se engendra en el conocimiento interior. De manera similar a este peregrino la Mesima no puede desarrollarse con bases abstractas y eruditas porque está nace al comprenderse quién es la persona, por ello, el pueblo judío es errante, sino se tiene claro esto, todo lo demás carece de sentido y se enfrenta a falsedades, a la imaginación, el intelecto pero nunca la vida.

Tener claro para qué se fue creado como ser humano o una Institución es el fundamento de Tafkid, así como escuchar la realidad incluyendo el pasado y el presente para que HaMesima se expanda, entreteja el tiempo y construya en base a HaYeud el mañana. Para los antiguos HaTafkid surge en los interrogantes del ser humano, siendo ahí donde toma su característica y Misterio particular, el cual nace para darle sentido a HaMesima institucional, fortalecerla y evitar se pierda.

Para el creyente la Mesima Rujani es el amor descrito y revelado a través de géneros literarios como el Midrash característica literaria del Evangelio. Esta Buena Noticia engarzada en dos mandamientos Amar a Dios sobre todas las cosas y al otro como a ti mismo, encuentra su ética y significado en las raíces arameas de la palabra amor HUBBA HBB y en HBR, cuya raíz de la primera es lo que surge del interior y de HBR, matriz o útero, lo fértil, así, se entiende que el Amor articulado por Jesús es de  una Vida que ofrece y hace fértil,  porque un Amor estéril es falso, muerto e inexistente.  Ambos mandamientos forman parte de la Regla de oro de todas las religiones y fundamentan HaMesima Rujani y HaMesima Jevrati (misión social).  HaMesima es la columna central de la triada la cual ayuda al ser humano a conocerse, amarse, encontrarse, a tener claro lo que se anhela para sí mismo a través de la libertad y respetando el caminar del otro, llegando así Hayeud o destino personal o institucional.

HaMesima Rujani y Jevrati, no deben estar condicionadas ni ser ocupadas para someter o provocar miedo, la frase, te ayudo, pero escucha la palabra de Dios como yo te la estoy dando, corrompe y traiciona el valor de la Palabra desde HaMística,  al condicionar o privar a la persona de su libertad y de su paz se extravía el sentido y se da el amor bajo condiciones y no se ofrece.

Para alcanzar Hayeud debe existir un verdadero trabajo con HaTafkid y HaMesima, donde la persona, grupo o Institución siembre en ellas libertad y encuentro, negándose a desarrollarse por herencia, por cumplir una orden o tradición congregacional, si no se trabaja, reflexiona espiritualmente, se dialoga con Dios y su Palabra, la triada mística se opacará lentamente y cambiará la piel de luz por abismos. HaMística explica a través del Zohar que cada acción humana debe de bendecirse porque esta acción expande las alas de los ángeles quienes al sentir la bondad eliminan males del mundo, en cambio las acciones individualistas sin bondad provocan la contracción de sus alas vedando bendiciones al mundo, por lo tanto, es prescindible actuar con bondad, sin obligación o  cumplimiento estipulado.

Como Institución Universal la Iglesia no sólo habla a los creyentes sino a toda la humanidad, su Hayeud es dialogar, penetrar y crear buenos seres humanos desde la intimidad personal sin importar credo o si no son creyentes, su Yeud es proceder éticamente, vivir coherentemente, y a través de sus actos en Silencio estimular el acercamiento, la meditación de quienes buscan vivir honestamente en paz erigiendo una Iglesia laboral analogía de la Iglesia doméstica donde los trabajadores se vivan como hermanos, donde las diferencias de rango no separen sino protejan. HaMesima de la Iglesia desde HaMistica incita al ser humano a responsabilizarse de sus actos y a no depender de sanciones o juicios para dignificarse a sí mismo y a su semejante, su lenguaje debe ser coherente con la dignidad humana no con realidades grupales o jerárquicas.

El lenguaje místico de las grandes religiones se traduce en Amor y la Misericordia, porque ambos conceptos no poseen tiempo, credo ni ideología, su Yeud es guiar al ser humano a encontrarse consigo mismo, enseñarle a descubrir su Mesima y a partir de ella desenvolverse en plenitud donde cada día sea para vivir en, con y para D/os, custodiando siempre a cada ser humano, para no responder como lo hizo Caín, Wayomer YHWH el-kayin ey Hevel ajija wayomer lo yadati hashomer aji anoji. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?, ante la pregunta, ¿Dónde está tu hermano?[6]

lenguaje místico

Para alcanzar Hayeud es primordial guiar a través del aprendizaje y actuar propio, si no nos permitimos aprender del semejante nos cerramos a HaMesima Rujani cimentada en el Shema, -Escuchar-.

Para un amante de D/os no prexisten jerarquías, el maestro aprende del alumno, éste del maestro, de su compañero, de sus padres, y todos del quietismo del mundo, de la tradición oral y de la tradición escrita, dice Rav Sev Leff, La Torá fue entregada de tal manera que no pudiese entenderse sin la tradición oral.

La  lectura del Judaísmo a través del Sof expone: al revelar D/os su palabra esta se visualizó en 70 sonidos visibles en luces resplandecientes, los cuales se revelaron al ser humano en sus versiones positivas y negativas, el ser humano al aceptar la Palabra alberga a D/os en su vida, el sonido besó sus bocas de ahí  está escrito que me bese con los besos de su boca[7].

HaMesima Rujani, se posa en la Palabra y en la Escucha, por ello, todo camino misionero debe enfocarse en comprender y expandir HaRujaniut o la espiritualidad a esa intercontinentalidad siendo su paralelo la inculturalidad, es decir, escuchar al otro, crecer entretejidos sin imponer y pretender que los demás piensen o actúen como quiere un grupo.

Para alcanzar HaYeud, HaMesima no debe buscar su fortificación en Leyes y/o reglamentos, porque cuando se ha mostrado a D/os y guiado para vivir a través de Él, el ser humano procederá desde D/os, sin dañar al otro; si existen normas y/o represiones se demuestra que se ha olvidado o ignorado la esencia de la religión al resaltarse  la carencia y el incumplimiento de transmitir educación a través del amor a Di/s.

Las raíces de un Instituto, Universidad, comunidad religiosa y como ser humano deben crecer bajo la tierra del mandamiento y regla de oro Ama al otro como a ti mismo, cimentar en ésta la educación, desarrollo y encuentro.  Si no se sabe convivir,  si no existe autoestima, si no se dignifica al semejante sea cercano o no, si existe desasosiego, reproches, juicios, si se ha degenerado la alegría, si no se suscita un espíritu crítico, seguridad para expresarse y existe todo lo contrario, HaMesima no existe, y HaTafkid de la Institución se desconoce, si se funda en el poder, en la obediencia sin dialogo,  HaMesima  Rujani y Jevrati se percibirán falsas, hipócritas y serán corruptas al confundirse con el abuso y la autoridad. Ninguna religión debe exaltar el poder, porque vicia la sabiduría del maestro, profeta y/o Dios. Jesús refutó cualquier arquetipo de poderío ciego, y desde HaMistica, el Yehud vayan y compartan el Evangelio[8], no expresa infalibilidades sino la Palabra de Dios, sinónimo de Amor y Misericordia, está es la Buena Noticia la cual debe transmitirse de modo semejante a la entrega de los Diez Mandamientos los cuales no fueron impuestos sino Brit, es decir, una Alianza, Pacto donde ambas partes, el pueblo hebreo y D/os reflexionaron y aceptaron.

Toda Institución religiosa tiene como Yehud acercarse a todas las personas que asisten y laboran en ella, escucharlos, preocuparse por las acciones dañinas, evitar resuene el individualismo, la rivalidad, la apatía, el embuste, y en cuanto suceda un acto en prejuicio platicar, reflexionar en comunidad sobre lo que se está haciendo mal, cambiarlo, acompañar espiritualmente a la persona, retornarlo a la vida en D/os evitando segregar, clasificar no sólo porque en estos actos se deteriora el camino de fe y se perturba la misión de vida, sino porque como apunta un precepto Judío si él ha hecho algo mal es porque yo como pueblo de D/os he fallado.  HaYehud jamás sumerge en el Leteo porque HaMesima cristiana es nunca abandonar a la oveja perdida, porque, ¿cómo hablar de misión exterior si no se hace Tafkid interior y Mesima con el más cercano?, ¿Cómo ser misionero laico o religioso sin templanza, sin conocimiento interior para vigorizar al prójimo en su sendero hacia Hayehud? ¿Cómo hacer Mesima con un tercero si no se trabaja esta triada mística, sino se transmite correctamente la palabra de D/os para amarse a uno mismo y al más cercano?, ¿cómo amar y ser misericordioso con quien no se conoce ni compartido la vida? Si la religión pierde su Mística y abandona el Misterio de D/os HaMesima  se transformará en imposición de ideologías y verdades absolutas.

HaMesima se viste de humildad, templanza y libertad, para forjar seres humanos dinámicos con claridad en lo que son y anhelan, que disfruten compartir, amar tener amigos y fundirse por instantes en la soledad, seres enamorados de la existencia donde la meditación, el Silencio en alianza con la Palabra de D/os los guíe para transitar en D/os no con D/os como marca la sabiduría talmúdica a través de Abraham quien en contraste con los otros patriarcas camina delante no al lado de D/os, porque quien está al lado de Dios vira para indagar, en cambio, Abraham marcha de frente, no precisa buscar a D/os porque lo lleva en sí mismo, esa es HaYehud, comprender y compartir el don que D/os ha concedido a cada persona. Dignificando esta frase, se entiende que D/os brinda algo específico a cada ser humano, por eso, se es semejante en las diferencias. D/os no pretende un grupo de individuos cavilando y procediendo de una manera idéntica, no serviría de nada, por ello, el ser humano debe descubrir su Yehud adquiriendo una particularidad en HaTafkid y una entrega en HaMesima.

La Torá señala, el D/os de Abraham, el D/os de Itzjak, el D/os de Iaacob, ¿No hubiese sido más fácil decir el D/os de todos?, HaMishná explica, se resalta el D/os de cada uno porque la perspectiva de los Patriarcas es diferente, siendo el valor de las diferencias lo que ennoblece al pueblo judío. D/os se revela en la Palabra, esto consagra toda opinión, así, imponer una forma de pensar somete el Shema, la Palabra y avasalla el Misterio.  HaMesima no se impone porque es un alimento el cual nutre la apertura de sendas sempiternas para alcanzar HaYehud, el destino propio.

Como Institución educativa es fácil caer en significaciones racionales de HaMesima  olvidando la Mística, y se declara, entiende y establece no en las necesidades del tiempo histórico sino desde el significado traspasado por Santos, beatos, escritores, filósofos, pero, ¿sirve? Claramente enriquece el intelecto, pero, es primordial comprender que la noción de Mesima de estos personajes fue un punto de luz en su vida, el cual quizá no funciona para otros, no sólo por la época, sino porque cada ser humano es distinto. Lo que creyó y/o le sirvió, puede no ser exactamente lo que creen o necesiten un sin número de personas, si se adopta como cimiento el Tafkid, Mesima y Yehud será una facsímil, se querrá lograr un ideal ajeno, por ello, es preciso reflexionar críticamente, con bondad no sólo sobre los conceptos ideológicos y eruditos de HaMesima, sino sí esos conceptos fueron, son y serán ayuda para crecer como pueblo de Dios. En uno de los Libros Sagrados de la India está escrito uno tiene que aprender con la Superalma directamente o con un devoto puro de la Suprema personalidad de Dios y no con un advenedizo no devoto, envanecido de su educación académica[9].

En sentido congregacional, el Carisma es la tierra, la vida misional las ramas, cada uno tiene una forma distinta de descubrir y engalanar el cielo porque lo trascendental no es cómo, sino el resultado. La semilla es el fundador, quien da vida dejando al árbol expandirse y dar los frutos que es capaz de dar, la semilla otorga libertad al árbol para crecer a su manera porque esto no perjudica el objetivo de su existir. HaMesima es interior, no se puede encontrar en los ideales del otro, por ello D/os otorgó libre albedrío a su creación.

HaMesima no consiste en hablar e imponer, sino en guiar al ser humano a su interioridad, no reside en sancionar y rasgarse las vestiduras, es comunicarse con el semejante desde la ética y la reflexión instaurando responsabilidad, porque, ¿para qué formar misioneros y enviarlos a otras realidades? si no se concibe en ellos un deseo de ser buenos seres humanos consigo mismos y con su prójimo no existe Mesima sino poder y dominio.

Desarrollar HaMesima plasma interrogantes necesarios como ¿cuál es mi Yeud?, ¿tengo una Mesima?, ¿comprendo la importanica de Tafkid?,  ¿D/os necesita algo de mí?, ¿llevo en mí la calidad moral de hablar al otro de HaMesima de D/os?,  ¿se es una semilla de Mesima o se está imponiendo poder?

Jesús como otros grandes profetas y maestros eran cercanos a las personas, escuchaban sin mirar quien era, su estatus social, sin agendas, sin secretarias. Los grandes maestros están siempre. Dice la comunidad rabínica, Si yo considero jerárquicamente el dolor y las necesidades del otro de nada me ha servido leer la Torá.

HaYehud

Si en una Institución donde se habla de D/os  quienes colaboran no saludan, señalan, no abren espacios para nuevas ideas y no tienen las puertas abiertas para todos, ¿está siendo misionera?, ¿está continuando las enseñanzas de D/os o está adorando al César y/o Mammón? Si no promueve la libertad para opinar, si no se crean momentos para dialogar y crear hermandad, si no se enaltece el Shema, será difícil crecer juntos. Es trascendental para toda Institución cimentada en D/os no tener miedo a crear unión, al contrario, debe enorgullecerse de que su personal se apoye y busque crecer en comunidad. En una Institución cristiana no debe existir poder sino consagración de la diversidad de capacidades y dones porque cada uno al entretejerse beneficia no sólo a sí mismo sino a toda la comunidad.

Es prescindible apreciar el trabajo y asistencia de cada persona, cada uno debe de ser visto como hijo de D/os, y ante esta consagrarlo, sino se le escucha se le convierte en individuo y se le desacraliza  transformando a HaMesima en un Sanedrín posmoderno o en una estela de castas.

Se habla de misión al otro lado del mundo, de  ayudar a quien sufre, pero se ignora a quien se tiene cerca,  con quien se convive, se habla de transmitir la Buena Noticia pero se voltea el rostro para no saludar al compañero, se juzgan las acciones violentas de otras religiones pero se atropella a quien está en desacuerdo,  opina diferente, o se le entorpece su camino hacia D/os porque no entra en la moral personal, entonces, ¿Dónde está HaMesima?¿Por dónde se debe comenzar?

Ser cristiano, judío, musulmán, hindú, budista, ateo, etc., conlleva responsabilidad, es un trabajo arduo, es luchar y dialogar con el interior, significa vivir a Dios y HaMesima en uno mismo, es actuar desde ello para mostrar con los actos la Palabra de Dios. La coherencia de vida es la base no sólo de cualquier religión sino de toda existencia, si se promulga la Palabra como revelación Dios y se procede contrariamente se distorsiona HaMesima y se destruye HaYehud del otro, al enseñar que todo es maleable y a beneficio propio, falseando el nombre de D/os.

El Bhagavad gita enseña que una persona cercana a la Superalma debe ser perfecto porque contempla a D/os en el corazón de todos y dice: atatatvac cu matrtvac ca atma hi paramo harih, como el Señor es la fuente de todos los seres, es como la madre y el sustentador.  Explica, así como la madre es neutral en medio de todas las diferentes clases de hijos que tenga, así mismo ocurre en el caso del Padre (Madre) supremo, porque la Superalma siempre está en todo ser viviente.[10] Si Dios no hace diferencias, HaMesima del Hombre es responder de la misma manera.

En el Bereshit Rabá, y en la lectura en hebreo del mismo libro se lee Dios hizo al Hombre a su imagen, a la  imagen de Dios es el Hombre, la pregunta lógica es ¿y la semejanza?, ¿no leemos a Imagen y Semejanza, y en otras a Estatua y Semejanza?, pues, esta última parte no aparece en la Torá, sino en un Midrash, es decir, es una erudición la cual dicta que D/os confiere al ser humano el acto de vida, pensamiento, sexualidad, espiritualidad,  pero éste tiene como Yehud encontrar la Semejanza en su prójimo, esa es su Tafkid y Mésima para Leha´aliha, divinizar.

En el Nuevo Testamento se lee Id y pregonar el Evangelio, siendo esta la misión, pero, el Evangelio no es texto escrito, la Buena Noticia solicitada es ve y en cada acto siembra Amor y la Misericordia, como lo dice la carta de Santiago, tal como está en la Escritura: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Pero si hacen diferencias entre las personas, cometen pecado, y la misma Ley los denuncia como culpables. Porque si alguien cumple toda la Ley, pero falla en un solo punto, es como si faltara en todo.
Es por esta razón que HaMesima del ser humano es amar y ser misericordioso a través de los actos porque todo lo que hicisteis al otro, me lo hiciste a mí.[11]

Desde la lectura llamada Sof, desde la mística, esta triada misionológica Tafkid, Mesima y Yehud no tiene otro cimiento que el Amor, el cual sobresale y traspasa esa hermosa frase, Para un cristiano no existe algo que no pueda ser perdonado, ni tampoco existe algo que no pueda aprenderse del otro.  Para quien vive el misticismo la edad, posición social, etnia, ideología o cualquier cosa creada para separar no tienen fundamento y es contrario a la Mística del mundo.

Sí, existen muchos estudiosos, santos, filósofos, pensadores, hablando de HaMesima, algunos la vivieron, otros sólo escribieron sin vivirla, cada uno aporta y enriquece, pero, siempre la mejor Mesima será la que se fundamenta en el Amor y en el caminar del otro.  Para alcanzar HaYehud hoy es prescindible interculturalizar y retornar la mística a la vida, dialogar con quien ama y desconoce a D/os, es aceptar al otro sin querer cambiarlo, es contemplar la vida, hacer propias las necesidades del Hoy, ser empático con el dolor y la alegría del otro, es soltar cualquier postura que acalle la voz del prójimo, es abrazar sin juicios, crecer juntos y detenerse a apoyar a quien le cuesta trabajo avanzar.

La Yehud del ser humano no se fundamenta en teorías, en ismos, ni en nada que provoque separación, la triada mística de la Misión es divina porque se engendra en la Shekina – presencia divina- en nuestro interior, alcanzar HaYehud es integrar la presencia divina de Dios a la vida a través de diversos conceptos y necesidades, por ello, para el Hinduismo HaYehud tiene su principio en la Bondad, el Budismo en la Verdad, el Judaísmo en la Alianza, el Cristianismo en el Amor, el Islam en la Misericordia y el Ateo en el Trabajo.

Como conclusión resalto, que HaMesima cristiana sea cual sea el lugar en el cual se desarrolla, predica, o cual sea su finalidad no puede olvidar Amar a Dios sobre todas las cosas y al otro como a sí mismo, ni tampoco dejar atrás o a un lado el Amor y la Misericordia, ya que en estas acciones se une el Antiguo con el Nuevo Testamento, es en la unión de estos actos que se puede decir Sangre de la Antigua alianza Nueva y Eterna, sólo así podremos llevar a cabo la petición de Jesús Vayan y compartan el Evangelio,  sólo así Pentecostés tendrá sentido, porque el don de lenguas no es ser poliglota es hablar con Amor y Escuchar con Misericordia.


[1] Cf. Santa Teresa de Ávila, Las Moradas, Biblioteca Edaf, Madrid, España. Ed. 2015.  Tercer Morada.

[2] Cf.  Introducción Sefer Shemot, editorial Jerusalén.

[3] Libro del Éxodo.

[4] Cf. Mt- 25,40.

[5] Cf. Sefer Bereshit, 26,4. Y multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y serán benditas por tu descendencia todas las naciones de la tierra.

[6] Cf. Sefer Bereshit, 4,9.

[7] Cf. Cantar de los Cantares 1,2.

[8] Cf. Evangelio según san Marcos 16,15.

[9] Cf. Bhagavat gita. Parte VI.

[10] Bhagavad gita. Texto 29, pág. 234.

[11] Cf. Evangelio de Mateo 25,40.


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Martha Leticia Martínez de León

Martha Leticia Martínez de León

Hermeneuta en Libros Sagrados y Lenguas Antiguas.

Maestra en Ciencias Bíblicas y Hebreo Antiguo. Maestrante en Estudios Judaicos por la Universidad Hebraica. Licenciada en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de México. Especialidad en islam por la Universidad de Al Azhar de El Cairo, Egipto.

Especialidad en el Pensamiento del Papa Francisco y el Libro del Apocalipsis por el Boston College.

Especialidad en Música Contemporánea (Piano-guitarra).

Generación XXXII de la Sociedad de Escritores Mexicanos (SOGEM).

Ha publicado treinta y siete libros en México, España, Estados Unidos e Italia en diversos géneros literarios y teológicos.

Conferencista a nivel internacional.

Creó y desarrolla la teología del Silencio y de la Carne la cual entrelaza con la investigación mística, científica y musical bajo el nombre de “Lectura gemátrica, pitagórica y cuántica del Séfer Bereshit 1-3 -Hashem se revela a través del Big Bang-

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