Las nueve musas

Erotismo precolombino

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La sexualidad era sagrada para los nativos de las diversas culturas de las Américas.

En el Pópol Vuh –el libro sagrado de los antiguos mayas- hay treinta referencias al sexo y a la fertilidad, al adulterio y al incesto, al acoso y al parto, al semen, a los seres creados por sí mismos y al hermafroditismo, a la separación y a la magia. Aparecen parejas de deidades guatemaltecas, como Itzamná e Ix Chel, pero también deidades masculinas que se transformaron en santas del sincretismo.

Erotismo precolombinoEse mismo libro habla de eyaculaciones extrañas, como en el caso del Jun Junajpú de los mayas, que escupió en la palma de Xkik y dio a luz a Junajpú y Xbalanké. Otros mellizos –los de la tribu Tupinamba- nacieron de… ¡dos padres! Supimos que Ñandé Υaruí nació en Paraguay sola, sin padres…  se creó de sí misma, mientras que Bachué salió de las aguas colombianas cargando en los brazos a un bebé, con quien se casó… El Primero y Verdadero Padre de Guaraní creó con su hijo –el Padre Sabio- a una mujer, terminando así en incesto. Los incestuosos, en cambio, disfrutaban de una vida celestial como dioses inferiores… Y el Héroe cultural, por el otro lado de los espíritus, se encuentra con la diosa-madre-amante, que le ayuda en su propósito. En Guatemala el pueblo k´itzé maya instaba a las niñas de sus pueblos a la prostitución para derrotar a sus enemigos. Y en la antigua Grecia los escándalos amorosos de Zeus no eran pocos…

En las culturas del Brasil y de Cuba conocemos a algunos dioses masculinos que se transformaron en santas del sincretismo religioso, como Santa Bárbara-Shangó que proviene de África occidental. En la misma área cultural y geográfica, el dios Obatalá tiene un estatus dual (masculino y femenino), mientras que Ochún y Ochoshi dan a luz a un niño, que durante seis meses es varón y vive con su padre, y durante otros seis es hembra y vive con su madre.

Sin embargo, después de la conquista española de América, que se llevó a cabo con la ayuda de la espada y del pene, la sexualidad con el esplendor sobrenatural de los nativos se convirtió en sexofobia del cristianismo católico, quien –a su vez- guarda la… leche del pecho de la Virgen en sus monasterios, mientras que  la magia, boliviana o costarricense, en combinación con los alucinógenos de la naturaleza tropical y del desierto están omnipresentes, para que por medio de los ritos mágicos-sexuales la orina de la mujer “amarre” a su amado…

Según el filósofo y escritor colombiano moderno Roberto Palacio, la sexualidad ha abierto el camino a las civilizaciones.

erotismoMéxico: prostitución sagrada, sustancias y enfermedades venéreas

En el México azteca antiguo, los soldados solteros tenían relaciones sexuales con las sacerdotisas/prostitutas de la diosa Xochiketzal, que aparecían provocativamente vestidas y maquilladas elevando la libido de aquellos hombres con la ayuda de sustancias enteógenas.

Las hierbas, sin embargo, ayudaban no solo la erección del pene, sino que también causaban el aborto de embarazos no deseados.

Volviendo al tema de las prostitutas mexicanas, debemos mencionar que el adulterio estaba severamente castigado. La prostitución sagrada, sin embargo, fue aceptada, como en la antigua Grecia, que veremos en este artículo. En cuanto al arrepentimiento de los pecados sexuales, se conoce la perforación de los genitales masculinos y las libaciones de sangre de ellos…

El hermano de la diosa Xochiketzal –cuyo nombre significa: “Pájaro del Paraíso con Flores en vez de Plumas”- era Xochipilli –el dios del amor, de la fertilidad y las relaciones ilícitas. Su esposa fue Mayahuel, la hermosa diosa del cactus que produce la bebida pulque, quien tuvo relaciones sexuales con el dios Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.

Otra deidad del placer era Tlazoltéotl, la diosa de la luna y la sensualidad, que protegía a las embarazadas, a los magos que hacían hechizos sobre el amor y los hombres sexualmente muy activos. También provocaba enfermedades venéreas, como la sífilis (treponematosis americana), a quienes practicaban sexo ilícito. El nombre de esta diosa significaba: “La que devora las impurezas”, y se la representa con la boca sucia de heces humanas. Esto no es, por supuesto, la distorsión psiquiátrica de la coprofilia, sino un simbolismo de miasma a nivel sexual y moral. La ceremonia de purificación de esto se realizaba con baños calientes, llamados tlazolteteo, (similares a los turcos/árabes).

Entonces, como estamos hablando de los magos que preparaban los elixires eróticos y de hombres con una vida sexual muy activa, debemos decir que en México, y por toda Centroamérica y el Caribe, los homosexuales eran considerados como personas especiales, con propiedades mágicas, que traían buena suerte…

Así, en la tribu Mojave, en el desierto de Sonora (Sonora, México NO), los jóvenes, durante su ceremonia de iniciación, tenían derecho a elegir un objeto que les indicara su orientación sexual. (No olvidemos que en la sociedad Mb’a Tupí-Guaraní paraguaya, el arco simbolizaba al hombre y la canasta a la mujer.

Al otro lado del continente, en los Andes, las lesbianas disfrutaban de muchos privilegios en la sociedad inca: se les permitía tener ese tipo de vida sexual y se respetaba su opinión sobre los asuntos más importantes de la sociedad.

En comparación, en la antigua Grecia, y específicamente en Atenas, las mujeres estaban relativamente limitadas en el hogar. En Esparta, participaban en eventos deportivos y aparecían desnudas en los deportes. En cuanto a Lesbos, se conoce a Safo (630 – 570 a. e. c.), la poetisa de los 12.000 versos de amor para otras mujeres. Dirigía una comunidad educativa femenina, donde se permitía la expresión erótica, y muchas veces las jóvenes tenían experiencias sexuales con sus maestras o entre ellas.

Entre los zapotecas de Oaxaca, en el centro de México, los travestis “muxe”, circulaban vestidos de mujer y tenían el importante encargo de enseñar a los muchachos adolescentes los primeros pasos de la vida erótica. Las estadísticas antiguas muestran que en la región del Istmo de Tehuantepec, al sur de México, el 6% de la población masculina eran homosexuales.

sexualPerú: Arte erótico

Los conquistadores españoles del siglo XVI, no pudiendo entender a las sociedades amerindias, afirmaban que los nativos no tenían prejuicios morales en la forma de hacer el amor. Pensaban que las indígenas eran “fáciles” en la cama, pero ellos no sabían que las mujeres consideraban un acto aristocrático el hecho de no negarle las relaciones sexuales a un hombre, ya que en su propio mundo esa negación era considerada… debilidad de carácter y cobardía.

En aquellas sociedades de dualismo, la bisexualidad era socialmente aceptable. Sin embargo, los españoles se sorprendieron al descubrir que en áreas como Ecuador, para convertirse un hombre en chamán, es decir, mago-sacerdote-curandero, ¡era necesario ser homosexual!

El saludo típico de los incas al entrar en la capital imperial del Qosqo (Cuzco) era: “ama sua, ama lulla ama qhella”, que en quechua/runasimi significa: “no mientas, no robes, no seas perezoso”. ; pero a esto se le agregó el dicho: “ama waqlla, ama sipish”, es decir: “no molestes sexualmente a los menores, no destruyas la vida de los demás”. La pedofilia, entonces, no era aceptada por esos pueblos; solamente algunas estatuillas representaban a sacerdotes en masturbación ritual de jóvenes con fines curativos o de iniciación.

En comparación, debemos mencionar la visión moral de la masturbación realizada por el antiguo filósofo griego Diógenes el Cínico (Sinope, 412 – Corinto, 323 a. e. c.). Atribuyó la invención de la masturbación al dios Hermes, quien se compadeció de su hijo Pan, que perseguía a Eco pero no podía seducirla, y así le enseñó el truco de la masturbación para aliviarlo. Pan luego reveló esta práctica a los jóvenes pastores, quienes la difundieron por toda la Humanidad. Según Dion Crisóstomo, el mismo Diógenes se masturbaba a menudo frente a la multitud que se reunía alrededor de su tinaja. Cuando alguien le preguntó si no tenía vergüenza, respondió: “Ojalá pudiera aliviar mi hambre frotándome la barriga de esta manera!”

arte precolombinoEn el noroeste del Perú, entre el desierto de Sechura y el océano Pacífico, floreció entre el año 100 y el 800 e. c., la cultura de los moche o mochica, los antepasados ​​de los posteriores chimús con la homónima “civilización hidráulica”. Se distinguieron por su cerámica, y especialmente por sus ánforas-retratos, pero también por las figurillas de barro en posiciones eróticas, y por los juegos preliminares, como la masturbación mutua, la conducción del pene en la vagina con la mano de la mujer y la felación con el hombre de pie o sentado y la mujer arrodillada frente a él. También fue popular la posición conocida como “69” – o sea, la felación mutua.

erotismoEn estas figurillas vemos que las personas desarrollaron su imaginación sexual, abandonando la costumbre del Paleolítico, según la cual la mujer se ponía de cuatro patas y el hombre arrodillado detrás, para estar atento a posibles ataques de bestias u otras razas hostiles. Una alternativa de esta postura en la cultura moche era con la mujer completamente de rodillas, de modo que sus glúteos descansaran sobre la parte posterior de su muslo.

En la famosa cerámica mochica vemos que los nativos disfrutaban de 12 posturas de… nivel avanzado. Aparte de la simple posición llamada “misionero” -que, sin embargo, se mejoraba al doblar voluntariamente las rodillas de la mujer hacia arriba y tener al hombre arrodillado encima de ella (misionero enganchado)-, también practicaban lo contrario, es decir, con la mujer acostada boca abajo y el hombre arrodillado encima de ella, entrando en el clítoris. Otra variante era la posición lateral, es decir, con la pareja tumbada sobre su lado derecho o izquierdo y el hombre entrando de nuevo por detrás.

erotismoFinalmente, en una obra de arte de cerámica de esta cultura andina, vemos una especie de bestialidad inversa: ¡un mono sodomiza a una mujer acostada boca arriba! Este simbolismo mitológico, por supuesto, se refiere a la fecundación mitológica de la Tierra.

El sodomismo se practicaba no solo entre dos hombres, sino también entre un hombre y una mujer.

Algunos eruditos afirman que los rostros inexpresivos de la pareja indicaban falta de placer. (Nota del autor del presente artículo: Hay que reconocer que el hombre precolombino se había diferenciado mucho de los datos de la época paleolítica, que dictaban las relaciones sexuales con el único fin de procrear. En algunos motivos decorativos de las Américas del período precolombino, veremos que la pareja se cubre con una manta en la cama familiar, teniendo al lado su hijo, cuidando de que él no se  dé cuenta del orgasmo de sus padres. Esto se expresa artísticamente por el énfasis y el realismo dado al diseño de sus genitales. Una segunda conjetura explica que la ansiosa expectación de no ser percibido su acto por su hijo, les daba mayor placer.)

culturas andinasUna teoría viable, sin embargo, es la de los arqueólogos, quienes argumentan que de esta manera, es decir, el sexo anal –conocido en el Mediterráneo oriental y como “otomano”- se convirtió en una especie de control demográfico (que en Centroamérica se hacía a través de sacrificios humanos).

En las culturas andinas, sin embargo, también aparecen figurillas de carácter religioso, que representan deidades que tienen relaciones sexuales con personas. (Nota del autor de este artículo: Quizás mortales comunes, quienes luego de este contacto carnal-espiritual se transforman en héroes culturales.)

Besarse no era común en los amores de los indios. En algunas estatuillas, sin embargo, observamos esta práctica entre un ser vivo y una “carcancha”, es decir, un muerto que milagrosamente ha vuelto a la vida por un tiempo: en su rostro hay una rigidez, los huesos de sus costillas no están cubiertas de carne, ¡pero su molécula masculina está en plena erección!… Por supuesto, esto no es necrofilia. De esta manera los amerindios representaban la concepción sexual del más allá (vita post mortem). Con estas “invasiones / penetraciones” ocasionales de los muertos en el mundo de los vivos (en forma de recompensas) aseguraban el placer de sus amados muertos en la América precolombina.

Las danzas rituales, tanto en la región de la cultura panamericana como en Centroamérica, en las que hombres y mujeres bailaban desnudos, tocando alternativamente los genitales de sus compañeros en el círculo, declaraban la sexualidad sagrada que dio a luz a esas culturas. A veces organizaban orgías con 4-6 parejas.

incestoPero, ¿no hay otra opinión sobre la sexualidad?

En el mundo occidental, si un joven quiere insinuar que tiene genitales grandes, entonces, inconscientemente, compra un auto deportivo caro, para seducir a las mujeres. Así explican los psicólogos esa actitud de la virilidad. En la sociedad indígena colombiana de los tumaco, los hombres le pedían al alfarero del pueblo que les hiciera un falo hipertrófico de cerámica.

En la misma zona se ofrecía hospitalidad junto con los servicios sexuales de la esposa al huésped. Esto puede recordarnos la conocida costumbre de los inuit del Círculo Polar Ártico.

Los tairona, la tribu de los famosos orfebres de Colombia, evitaban hacer el amor de noche, por temor a que sus hijos nacieran ciegos. Así, las indígenas adornaban su cabello con collares de luciérnagas vivas, para que su choza quedara románticamente iluminada.

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Esto sucedía en el continente americano, hasta que llegaron los españoles y prendieron el fuego de la Santa Inquisición, para “purificar” el “pecado mortal y demoníaco de las relaciones sexuales” y convertir la libertad de orientación sexual en homofobia y herejía.

En 1513, el conquistador Vasco Núñez Balboa (1474-1519) encontró un grupo de homosexuales en Panamá, de los cuales capturó cuarenta y los entregó a una manada de perros salvajes para que los devorara. Luego pidió hacer un grabado del incidente, que colocó en un lugar destacado, como medida de intimidación.

Sin embargo, uno de los productos introducidos en Europa tras el descubrimiento del Nuevo Mundo fue la sífilis (treponematosis americana) –la enfermedad venérea de la bacteria treponema pallidum- que enloquece a la gente. Allí tomó la forma de una epidemia burguesa y fueron muchos los que maldijeron la venganza de América sobre sus conquistadores.

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El modelo cristiano de Dios-Padre y Dios-Hombre sin pareja sexual o erótica es refutado por los evangelios gnósticos, según los cuales Jesús tuvo una relación erótica con María Magdalena. Por supuesto, estos textos “sagrados” fueron condenados como “pecado capital” por los hipócritas del clero, que distribuían sus indultos a sus compañeros, quienes violaban los cuerpos y las almas de los niños detrás del altar.

relaciones socialesGrecia antigua: homosexuales pasivos y activos; relaciones sociales y derecho

Las áreas principales de la vida sexual comunitaria de los antiguos atenienses eran el matrimonio, la prostitución y la pedofilia. En el aspecto religioso encontramos la veneración al falo, así como otros rituales sexuales y de la fertilidad. Parte de la sexualidad en la religión era la prostitución (como era el caso en el México antiguo), una forma de prostitución ritual de los templos de origen oriental, que también tenía como objetivo aumentar los ingresos del templo.

A nivel social y legal, las concubinas tenían legitimidad de facto. En comparación, lo mismo sucedía con la sociedad de los incas: las pallakuna –las vírgenes del dios sol- eran las niñas menores de edad más hermosas del imperio, confinadas en el templo de Q’orikancha como concubinas imperiales. Se dedicaban a las bellas artes y estaban también destinadas al sacrificio humano.

En la antigua ciudad-estado de Atenas la concubina tenía legalmente igual protección que la esposa en casos de comportamiento ofensivo. Esto también estaba relacionado con el origen de la mujer, porque el elemento que determinaba si una joven tenía más posibilidades de convertirse en esposa legal o en concubina, era la dote, ya que en Atenas, una niña rara vez se convertía en esposa legal sin tener fortuna. Por lo tanto, concluimos que las concubinas deben haber sido niñas pobres de familias del Ática.

La prostitución funcionó en gran medida, como reguladora de los impulsos sexuales insatisfechos y agresivos, para proteger el orden social, porque alejaba a los solteros de las hijas y esposas de la burguesía. Además, las prostitutas, como las únicas mujeres que podían entrar en la vida pública, jugaban un papel importante en la compañía masculina y eran educadas para entretener a los hombres. Las prostitutas eran a menudo esclavas (es decir, empleadas domésticas o bailarinas), compañeras necesarias de los hombres en los banquetes, donde sus amos las obligaban a participar.

Se trataba de un caso parecido al de las geishas de Japón. Desde un punto de vista financiero, era posible comprar esclavas con el único propósito de exponerlas en la prostitución y así ganarse la vida. La exposición de los recién nacidos a menudo era una necesidad para las familias de muy bajos ingresos. Para los más pobres, las niñas eran miembros agravados de la familia, por temor a los costos de la dote matrimonial, por lo que estaban abandonadas en la calle con más frecuencia que los niños. Esto generalmente significaba que les esperaba el destino de la prostitución, ya que muchas de estas niñas eran recogidas por traficantes de esclavos, donde sus padres las abandonaban tan pronto como nacían. Aunque los testimonios mencionan más a menudo la prostitución femenina, que era ampliamente aceptada, la prostitución infantil también se había generalizado, con un enfoque en los niños pequeños, una relación que se condenaba.

El término pedofilia se refiere solo al varón y específicamente al que está en su adolescencia. El amor “pedagógico”, era aceptado, y a veces admirado, mientras que  el acto sexual sin fines educativos era abominable (véase Leyes de Platón: 636c, 835c – 842a). La relación que se desarrollaba entre preceptor y alumno, terminaba en una amistad de por vida. Era un hecho que esta relación tenía una aplicación histórica adicional con el famoso Batallón Sagrado de Tebas, donde solo se reclutaban tales parejas (véase Plutarco, Guerra del Peloponeso: 287, 6).

comportamientos sexualesLa antigua sociedad ateniense no distinguía entre los deseos o comportamientos sexuales según el género de los participantes en ellos, sino el papel que cada uno jugaba en el acto sexual. Esta polarización entre la persona activa y la pasiva correspondía a comportamientos dominantes y sumisos: el rol del activo penetrante se asociaba con la masculinidad, el alto estatus social y la edad madura, mientras que el rol pasivo mostraba feminidad, bajo estatus social y poca madurez juvenil. Por lo tanto, había un fuerte estigma social para los hombres homosexuales pasivos de la antigua Atenas. El ejemplo de la controvertida relación entre Aquiles y Patroclo es bien conocido.

Las leyes de Solón (véase libro 5, capítulo 5, artículo 332), son claras sobre las consecuencias que tenía un ateniense en el caso de tener una relación con un hombre: “si un ateniense tiene una relación homosexual con otro hombre, no será autorizado a ser miembro del grupo de los 9 señores nobles (gobernantes), tampoco a ser elegido sacerdote o abogado, a ejercer algún poder público, dentro o fuera del país, por sorteo u ordenación. No se le permitirá ser enviado como predicador de guerra, dar su opinión, entrar en templos públicos, ser coronado, ni participar en los paseos en el mercado. Todo ciudadano que haya sido condenado por su conducta sexual, actúa en contra de lo dispuesto en la ley y será sancionado con la pena de muerte.”

La prostitución sagrada fue un fenómeno peculiar en la Antigüedad ateniense, según el cual, niñas y niños jóvenes, dedicados por sus padres o amos a los templos al servicio de una deidad, ofrecían servicios sexuales a los visitantes. Estos servicios variaban en su trasfondo ideológico. En algunos casos, las jóvenes que se preparaban para casarse, iban a vivir con las prostitutas de un templo para acumular de esta manera su dote, sin que esto fuera un obstáculo para los futuros maridos. En otras ocasiones, las niñas estaban obligadas a seguir la costumbre local y entrar en contacto con un hombre desconocido, pero solo una vez en su vida. Después de esa reunión podrían regresar a casa y estaban listas para el matrimonio. A diferencia de las prostitutas “populares”, las prostitutas de los templos tenían un lugar importante en la sociedad.

La vida sexual de los filósofos: Un recorrido por los desastres amorosos de los grandes pensadores
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  • Palacio Fernández, Roberto (Autor)
  • 73 Páginas - 04/19/2021 (Fecha de Publicación)

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Ilias Tampourakis

Ilías Tampourakis Malamatinas nació en Atenas (Grecia) y creció en el seno de una familia griega con raíces internacionales.

Ha enseñado español y portugués en la Escuela de Idiomas de la Universidad Nacional I. Kapodistrias de Atenas y en los seminarios culturales de la Unesco en Grecia.

Traductor en el Cuerpo Diplomático de América Latina en Atenas, registrado en la lista oficial de traductores e intérpretes de la Embajada de España en Atenas, y escritor de artículos y libros con temas culturales.

Representa al Comité de Arte de la Alianza Sociocultural Latinoamericana y Española en Grecia y era durante varios años columnista del boletín social africano en Atenas. Es, también, jefe de la sección de antropología en “Las Nueve Musas” –revista de artes, ciencias y humanidades– y registrado en el Directorio Cultural Hispano (España).

Ha dedicado un largo período al estudio de las civilizaciones de Asia, la filosofía y la naturaleza de este continente. Además, ha estudiado el análisis morfosintáctico de 12 idiomas –entre los cuales el runasimi de los quechua, los descendientes actuales de los antiguos incas-, investigando la mentalidad cultural que ellos revelan.

Certificado de los seminarios de paleografía española y oriental de las Universidades de Harvard (EE.UU.) y Complutense (Madrid); depositó (el año 2014, en colaboración con la Universidad de Colorado, EE.UU) su obra pertinente en los archivos estatales de Plasencia (España).
Premio de la Unesco (Grecia) por el Entendimiento y la Paz entre los Pueblos.

Premio Mundial a la Excelencia Literaria 2019-2020, otorgado por la Unión Hispanomundial de Escritores (UHE) / World Nations Writers Union y por la Municipalidad Provincial de Urubamba – Cusco (Gobierno del Perú).

Un texto de él, sobre la vida de los latinoamericanos en Grecia, fue publicado en el boletín del Cuerpo Diplomático de América Latina en Atenas, y formó parte del examen de la lengua española en el marco de la selectividad del Ministerio de Educación de Grecia, para el ingreso de los candidatos en la filología hispánica de la Universidad Nacional de Grecia (2021).

Ha sido guía turístico en Grecia para los grupos de la Comunidad de Castilla y León (Gobierno de España).

Ha estado viajando durante 30 años por 78 países del mundo,
fotografiando y coleccionando piezas musicales y otras curiosidades.

Estuvo viviendo una larga temporada con su familia en Costa Rica (América Latina), trabajando como docente, y visitó varias veces el Perú, recopilando la poesía oral de los Incas.

Cree que el conocimiento es substancial solo cuando se combina con la experiencia, y se niega a conformarse con cualquier tipo de opresión.
Considera que el hibridismo cultural proyecta varios elementos interesantes pero que, a la vez, corre en sus venas el dolor.

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