A juzgar por el título, y más por el subtítulo, el libro parece ser un manual de instrucciones de autoayuda. Lo es. Pero es mucho más.
Porque el modo como ha sido pensado y redactado transforma lo que pudiera ser un texto sobrio y austero, explicativo sin más del funcionamiento de un juego, en una fábula llena de magia y poesía.
- Molina Jurado, Mayde (Autor)
Los autores Mayde Molina, graduada en Medicina Tradicional China y otras terapias energéticas, y Amir Zare, pseudónimo de un periodista e investigador estudioso del sufismo, ambos amantes de conocimientos orientales como fuente de sabiduría, se dejan contagiar de la seducción que emana de sus textos para convertirse, ellos mismos, en traductores y divulgadores de sus conocimientos.
Su deseo de aportar a la cultura occidental la riqueza de que gozan otras lejanas, más respetuosas con la complejidad humana es evidente.
Y es que tanto el fondo —sus enseñanzas— como la forma —su modo de narrar— están concebidos con profunda convicción. Convencidos de que lo que dicen es esencial para el alma y de que el modo de decirlo es consecuencia de su convencimiento de que la armonía del ser humano repercute en su forma exterior de manifestarse. Ambas cosas son dos caras de una misma moneda.
Creo recordar que fue en algún artículo sobre el romántico alemán Novalis donde leí que los románticos afirmaban que la poesía procedía de Oriente, concretamente de Persia. No es casualidad que Molina y Zare ubiquen la historia que nos narran en Irán.
Bajo la forma de relato, que podríamos asociar con la fábula o el cuento, los autores nos invitan a acompañar a una joven mujer occidental libre, fotógrafa y escritora, Ada, en su viaje a Irán. Allí se dirige en busca de algo que aún no conoce: «Hace tiempo que mi vida ha dejado de tener sentido», dice. El lector asistirá a la evolución que experimenta su persona en sus días de estancia en Shiraz, en casa de Kansbar, que se convierte en su amable anfitrión e intérprete del juego del cubo, al que ella se somete siguiendo sus instrucciones.
Todo y todos en este escenario emanan placidez y cordialidad: los espacios físicos —las estancias interiores y el jardín exterior—, los personajes —el viudo Kansbar, su hijo Saeed y la madre de aquel Anabi—, su elegante apariencia física, sus movimientos, sus palabras, sus artes culinarias, su momento de receso para tomar el té, sus rituales: es decir, su respeto por sí mismos y por los demás. Ello irradia de una certeza interior, de su modo de entender la vida. Un convencimiento que impregna de belleza, finura y delicadeza a su ser al completo. Signo de armonía y perfección.
Contagiados de la placidez de sus propios personajes, los autores transmiten al lector sus cualidades, intensificadas por el ritmo sosegado que aquellos saben conferir a la acción.
La estructura del relato está concebida con gracia e inteligencia, de modo que el lector puede, si lo desea, seguir paralelamente a la viajera en su propio juego del cubo. A ello nos invita la Nota de los autores ya en la página veinticinco y siguientes, poco después de comenzar su relato, momento en que, brevemente, nos instruyen sobre el significado de las metáforas que son algunas de las piezas obligadas del juego.
El texto incita a la reflexión sobre la existencia (o la inexistencia) del destino, nos sugiere la pregunta de hasta qué punto cada individuo puede dirigir su propia vida.
Que el autoconocimiento es esencial para encaminar bien nuestra trayectoria subyace a la historia que nos regalan. También es una apología de la fantasía y de la creatividad —«Todo lo que puedes imaginar es real», sentencia una cita de Pablo Picasso (por cierto muy en la línea del romanticismo), que reproduce el texto— y desvela que nuestro subconsciente es un cúmulo de conocimiento escondido que la razón ignora y que cumple ayudar a aflorar. Para esto sirve el juego del cubo.
El libro se cierra, ahora sí, con El cuaderno del cubo. Claves para leer e interpretar el juego, donde encontraremos, desarrolladas, las explicaciones necesarias para interpretar todas las metáforas que lo protagonizan.
Todo aquel que emprende un viaje sale de casa, pero solo cuando el viaje es verdadero el viajero resulta transformado. En algún lugar del texto leemos una afirmación parecida. Y la historia de Ada es el ejemplo palpable de esta verdad. El juego es, en sentido figurado, este viaje, el que podemos realizar cada uno de nosotros si lo emprendemos y, así, experimentar nuestra propia transformación.
Feliz y transformador viaje.
Mayde Molina / Amir Zar
El juego del cubo.
Una vía ancestral para conocerte y modelar tu destino
Ediciones Obelisco, 2022, pp. 108
Última actualización de los productos de Amazon el 2023-10-01 / Los precios y la disponibilidad pueden ser distintos a los publicados.
Añadir comentario