No es la primera vez que escribo acerca de las diferentes actividades en las que se utiliza la fotografía (y seguramente tampoco será la última), pero si la fotografía puede ser publicitaria, documental, familiar, de eventos sociales, periodística, artística, etc., entonces… ¿de qué hablamos cuando hablamos de Fotografía (así, con mayúscula)?
¿Por qué cuando se plantea la fotografía como arte, se consideran obras que no provienen de la fotografía artística?
Todos los tipos de fotografía parten de algo en común. Todas las fotografías son capturas de rayos de luz reflejados por una porción de la realidad (que pudo ser alterada mil veces hasta formar la imagen final).
Ahora bien, lo que nos interesa de muchas fotografías es justamente esa realidad que fue fotografiada, más allá de la foto en sí misma. A través de ellas conocemos o reconocemos algún lugar, objeto o persona. En estos casos el talento del fotógrafo radica en la selección del encuadre y momento apropiados para lograr transmitir ese interés.
En cambio, cuando consideramos a la fotografía artística, nos interesa la obra en sí misma, por las emociones expresadas a través de la combinación de luces y sombras que conforman la imagen, independientemente de la realidad que le dio origen. Por eso, para el artista, la fotografía no se limita al momento de la toma, sino que el proceso creativo continúa en todos los pasos hasta llegar a la obra terminada.
Pero claro, siempre habrá fotos que nos gusten por ambas cosas, no?