A propósito de que se está representando “La Boheme” de Puccini en el Teatro de la Maestranza de Sevilla hasta el sábado 10 de junio, retomo la sección dedicada a la zarzuela con una serie sobre los distintos tipos de mujer y este primer artículo se lo dedico a las mujeres bohemias, que también las hubo en la lírica española como la idealización de la bohemia de “Bohemios” de Amadeo Vives (1904).
Esta zarzuela, como “La Boheme”, está también inspirada en la novela tipo folletín de Henri Muger “Escenas de la vida bohemia”, lo mismo que ocurrió después con el libreto de la ópera de Pablo Sorozábal “Adiós a la bohemia” (1933) casi treinta años después, con libreto del escritor Pío Baroja.
Pero si bien la primera ópera se desarrolla en el barrio latino de París, las españolas recrean la bohemia de los cafés de artistas en el Madrid de la primera mitad del siglo XX.
La bohemia debe su fama a su mitificación por los propios “bohemios”, escritores y poetas, músicos y pintores, que en su juventud eligieron esa vida, como hicieron Baudelaire, Van Gogh, o Rimbaud. El ambiente donde nace este modo de vivir es en el París de las fábricas, y el de los grandes bulevares con fascinantes ambientes desde el Montmartre a Montparnasse. Un escenario dentro de una ciudad que además de ser la capital del mercado, lo es también del arte. Por este motivo hay autores quienes mantienen que la bohemia solo pudo existir en París.
Aunque en España, en el Madrid de finales siglo XIX también existió ese modo de vida bohemia para huir de la burguesía, en contraposición a lo que más tarde serían la ideas capitalistas, la bohemia madrileña cobra un matiz ideológico que en algunos casos se ha relacionado con movimientos anarquistas y socialistas. Los bohemios españoles quedaron a la sombra de los modernistas y de las generaciones del 98 y de la del 27, lo que se consideró la edad de plata española.

En cuanto a la zarzuela “Bohemios” estrenada en 1904, muy cercana al estreno de “La Boheme” de Puccini 1896 y de la de Leoncavallo en 1897, sus personajes masculinos tienen una gran similitud con los del libreto de Illica y Giacosa en la obra de Puccini, tanto que algunos especialistas la consideran una adaptación en versión zarzuela. A diferencia de los personajes de “La Boheme”, todos se dedican al mundo artístico. La protagonista femenina Cósette es una cantante que está preparando su debut artístico en un ático de el barrio latino. Debajo viven Roberto, un compositor, y Víctor, el poeta libretista de la ópera que está componiendo Roberto. Los libretistas de la zarzuela son Guillermo Perrín y Miguel de Palacios, y, al igual que en el libreto de “La Boheme” de Puccini, construyen su dramaturgia desde la perspectiva femenina.
Las mujeres son activas, son las que hacen el melodrama y las que conectan este clima bohemio con la sociedad burguesa y proletaria. En “La Boheme” hay dos tipos de mujer: las “Mimís”, que serían mujeres pasivas, que no exigen nada al varón y que se someten a él sacrificándose para que aquel triunfe, si bien al ocupar este papel se vuelve indispensable para la existencia del hombre, y las “Musettas” que representan a mujeres activas, dotadas de un carácter fuerte. Estas mujeres dan órdenes al hombre, lo desafían y lo tratan de igual a igual.
En Cosette, la protagonista de “Bohemios”, coexisten los dos tipos de mujer en una. Es una mujer activa que busca la igualdad uniendo su triunfo como cantante al triunfo de su amado, el compositor Roberto Randel, pero a la vez, como hija de un tenor retirado, es el contacto entre Roberto y la sociedad burguesa. La música de esta zarzuela tiene una influencia más francesa que italiana. Su técnica está más cerca de Massenet que de los propios compositores españoles.
Lejos de la idealización romántica de la bohemia, Pío Baroja en el libreto de “Adiós a la bohemia” de Pablo Sorozábal, retrata un reencuentro entre Ramón , un pintor fracasado, convertido en un vagabundo, y Trini una prostituta y antes modelo y amante de éste, tras una conversación de cómo le ha maltratado la vida. Trini, el personaje femenino, es quien se cita con su ex amante y quien se marcha, cuando llega el momento. Otra vez es la mujer quien lleva la acción. Trini busca el retrato que pintó de ella y él dice que lo quemó. Entonces ella se marcha acusándole de cruel y se va con su chulo. En comparación con Bohemios, hay trasfondo psicológico y vidas atormentadas, lo que no sucede en “Bohemios”. Por otra parte Sorozábal recoge la influencia de los compositores italianos verista hasta el punto de incluir un prólogo “Señores y señoras” como tiene Leoncavallo en Payaso, desde un un chotis hasta un vals pasando por la romanza más famosa, la habanera que canta Trini de “recuerdos de aquella tarde” Esta romanza la cantó precisamente la mezzo María José Montiel en un homenaje a la mujer madrileña en Teatro de la Zarzuela, que titularon “Madrileña bonita” (2006).
Y con quién os quedáis con la ensoñación y el idealismo de Cossette o con el realismo y existencialismo de Trini.
Paloma Galán Ávila
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