Algunos traductores de títulos al español deberían ir presos. Por lo general fallan de manera grave tratando de reflejar el original o sugiriendo la trama.
El caso de “Perdición” para “Double Indemnity” de 1944 es uno de los raros aciertos en la práctica. Fred MacMurray, un vendedor de seguros, se pierde por el dinero y por una mujer (yo también lo haría si Barbara Stanwyck se me presenta en el balcón, saliendo de la ducha, envuelta en una toalla y me deja ver su pulsera en el tobillo izquierdo al bajar las escaleras).
Del primer encuentro entre ambos surge una atracción mutua y luego un plan: matar al marido de ella, simulando un accidente, para cobrar la doble indemnización pactada en su póliza de vida.
Barbara parece una esposa dulce y encantadora, preocupada por la salud de su cónyuge y el bienestar económico de la pareja. Sólo cuando entra en confianza, al descubrir que Fred está abierto a sus cuidadosas insinuaciones, le desliza la idea del golpe. Entonces, una vez los dos identificados en la misma frecuencia, se revela su carácter intrigante y perverso (no creo que fuera necesario pintarle el pelo de rubio para hacerla ver más fatal, aunque reconozco que mantenerle puestos los lentes de sol dentro de una tienda le concede un aire muy provocador).
El negocio de las compañías aseguradoras consiste en hallar pretextos para eludir sus obligaciones de pago. Edward G. Robinson, jefe inmediato de Fred MacMurray, tiene el encargo del presidente de investigar la verdadera causa del deceso de su cliente. Por su experiencia en el ramo y las pesquisas que realiza, deduce que no es un infortunio, tampoco un suicidio, sino un asesinato. Sospecha de Barbara, por ser la directa beneficiaria, pero piensa que no actuó sola; necesita averiguar quién la ayudó. No se imagina que se trata de su propio empleado. En sus cavilaciones repite todo el tiempo, tocándose el pecho, “mi hombrecito aquí adentro me dice…” mientras Fred no para de encenderle los cigarros rascando sus dedos contra los fósforos.
Una mitad del largometraje se concentra en el diseño y la ejecución del crimen; el tipo en muletas es ahorcado con una cuerda dentro del auto y su cuerpo arrojado a las vías del tren para sembra el aspecto de una desgracia. La segunda parte describe cómo los cómplices se esfuerzan por borrar sus huellas; más tarde sobreviene la crisis, el chantaje y la eliminación recíproca.
Fred relata los hechos en retrospectiva, sentado en la oficina de Robinson, usando una grabadora como si fuera un memo hablado, pero es en realidad una confesión de culpabilidad.
El libreto es trabajado por el director Billy Wilder en colaboración con Raymond Chandler, cuya marca de novelista negro se deja sentir en cada línea, especialmente en los diálogos filudos entre Fred y Barbara, incluyendo la escena en que él le dispara a ella; sus voces cautivantes en medio de la oscuridad: la de él por cínico, la de ella por libidinosa.
Destacan en la película los planos mostrando al fondo las colinas de Los Ángeles y la arquitectura mexicana de influencia española, típica del sur de California.
“Perdición” es otra joya de film noir y una nueva perla de Billy Wilder. Con las actuaciones de los tres protagonistas no hay forma de perderse.
Fernando Morote
- Fred MacMurray, Barbara Stanwyck, Edward G. Robinson (Actores)
- Billy Wilder (Director) - Paramount Pictures (Productor)
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