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España. Más allá de los símbolos

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Más allá de los símbolos, más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios… ¡Qué expresiones más solemnes y más sonoras! Pero qué bien elegidas…Y más allá de la aberración del gramático, qué insulto más elegante “La aberración del gramático”, que ve en la historia del hidalgo que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue no una amistad y una alegría sino un herbario de arcaísmos y un refranero (supremas descalificaciones) estás España silenciosa en nosotros .

No está mal este comienzo, nada mal y qué gran regalo para los que no sabían cómo expresar ciertas cosas y ya las pueden decir sin avergonzarse porque las ha dicho Borges

EspañaPero sigamos, España del Bisonte, que hasta hubo una marca de cigarrillos que llevó ese nombre, que moriría por el hierro o el rifle en las praderas del ocaso en Montana (palabra española) … Y España donde Ulises descendió a la casa de Hades. ( Qué variación de palabras, parece el  Aleph de la candente mañana de febrero ). España del íbero, del celta (curiosamente también hubo otros cigarrillos así llamados), del cartaginés y de Roma, ( Marcial , Séneca y el emperador Trajano nacieron en la piel de toro, bestia que Borges no se digna a nombrar, ni asociándolo a su querido Minotauro…) España de los duros visigodos de estirpe escandinava que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas, pastor de pueblos ( aquí hay que mirar en Google) . España del Islam, de la cábala, de la noche oscura del alma…

¡Qué evocaciones! Retórica superior. Siempre obsesionado por el paso espantoso del tiempo y por la antipática eternidad, por el ilusorio universo, por el misterioso poder de los sueños, por los peligrosos espejos, por las paradojas de la identidad, por el amor dantesco y la amistad homérica, por la potencia demiúrgica  del lenguaje,  por el valor heroico, por los obsesivos laberintos, por el doble, por la finitud, por la épica, por la incomprensible realidad, …

Se estaba quedando ciego y de Dios decía que con magnífica ironía le había dado los libros y la noche. Siempre la ironía… Seductor conferenciante, como una especie de genial humorista metafísico (él nos enseñó que hacer bromas filosóficas es la mejor forma de filosofar)  podemos ver y escuchar a Borges en algunos vídeos que están en internet esperándonos como auténticos tesoros. A Viriato o al  Cid no los valora,  ni a Velázquez, ni la cueva de Altamira, ni la batalla de Lepanto …Cada uno tiene sus obsesiones…

Pero sigamos, España de los inquisidores, feo asunto, que padecieron el destino de ser verdugos y hubieran podido ser mártires. ¡Qué bien visto !  Aunque Nabokov irritado porque Borges había hablado poco respetuosamente de él como escritor ideó la maliciosa frase de que los textos de Borges eran magníficos pórticos detrás de los cuales no había nada. Y sí lo hay, hay una desconcertante mezcla de belleza y verdad que lo convierte en un clásico, quizás en el último clásico. Pero sigamos… España (que este es el título del poema analizado)  de la larga aventura que descifró los mares y redujo crueles imperios  (muy cruelmente que era lo que entonces se estilaba) y que prosigue aquí, en Buenos Aires en este atardecer del mes de julio de 1964, España de la otra guitarra, la desgarrada (de Paco de Lucía), no la humilde, la nuestra. España de los patios, España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios (en el generoso inventario  no podía faltar la abundante piedra piadosa de los templos innumerables de este país de cabreros que así fue llamado por Jaime Gil de Biedma) , España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad ( se nota que  esta gran enumeración está escrita sin rencores históricos y con buenos recuerdos de su juventud en Mallorca ,Sevilla o Madrid), España del inútil coraje, qué bien adjetiva, podemos profesar otros amores , podemos olvidarte como olvidamos nuestro propio pasado (y nuestras antiguas admiraciones ), porque inseparablemente estás en nosotros, en los íntimos hábitos de la sangre, en los Acevedo y los Suárez de mi linaje, en fin, un Borges agradecido  sin duda, aunque burlón…  España (y va ya nombrada 11 veces, más la del título si no me he equivocado ), madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones, incesante y fatal.

Grandioso final de un importante poema escrito por un admirador de la literatura española desde el romancero hasta Cansinos Assens, (aunque a algunos les parezca tacaño en sus elogios) pero era políglota y conocía las literaturas francesa, inglesa, italiana , alemana y algunas más y era devoto lógicamente de muchos escritores de todo el mundo…  Tenía sus gustos literarios y sus disgustos, como todos los grandes escritores, incesante y fatal.

Borges
Jorge Luis Borges en 1963

Más allá de los símbolos,
más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios,
más allá de la aberración del gramático
que ve en la historia del hidalgo
que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue,
no una amistad y una alegría
sino un herbario de arcaísmos y un refranero,
estás, España silenciosa, en nosotros.
España del bisonte, que moriría
por el hierro o el rifle,
en las praderas del ocaso, en Montana,
España donde Ulises descendió a la Casa de Hades,
España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma,
España de los duros visigodos,
de estirpe escandinava,
que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas,
pastor de pueblos,
España del Islam, de la cábala
y de la Noche Oscura del Alma,
España de los inquisidores,
que padecieron el destino de ser verdugos
y hubieran podido ser mártires,
España de la larga aventura
que descifró los mares y redujo crueles imperios
y que prosigue aquí, en Buenos Aires,
en este atardecer del mes de julio de 1964,
España de la otra guitarra, la desgarrada,
no la humilde, la nuestra,
España de los patios,
España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios,
España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad,
España del inútil coraje,
podemos profesar otros amores,
podemos olvidarte
como olvidamos nuestro propio pasado,
porque inseparablemente estás en nosotros,
en los íntimos hábitos de la sangre,
en los Acevedo y los Suárez de mi linaje,
España,
madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones,
incesante y fatal.

Ramón Eder

Ramón Eder

Ramón Eder (Lumbier, Navarra, 1952) es uno de los grandes aforistas españoles contemporáneos.

Aunque ha cultivado otros géneros: poesía (Axaxaxas mlö, 1985; Lágrimas de cocodrilo, 1998) o el relato breve (La mitad es más que el todo, 1998), se ha centrado en los últimos años en la escritura de aforismos.

Hasta el presente tiene publicados Hablando en plata (El Híbrido, 2001), Ironías (Editorial Eclipsados, 2007), la antología La vida ondulante (Renacimiento, 2012), El cuaderno francés (Huacanamo, 2012) y Relámpagos (Cuadernos del Vigía, 2013).

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