Bach vivió entre 1685 y 1750.
Sus aportaciones artísticas suponen para la historia de la música que se considere un antes y un después de él, es decir, que en cierto modo la importancia de su ubicación temporal es relativa.
Por una parte, su obra se puede considerar como una síntesis —o un punto de llegada— de todo lo hecho musicalmente hasta entonces, y por otra, ha servido de referencia a todas las épocas posteriores induciendo en más de una ocasión a la apertura de nuevos caminos.
Las miradas de complicidad con Bach han sobrepasado las fronteras convencionales establecidas, contagiando a músicos provenientes de universos tan aparentemente distanciados del llamado mundo clásico como los del jazz o el rock.
Bach ha sido y sigue siendo el gran maestro.
Juan Ángel Vela del Campo (clásica El País)
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