Julio Visquerra nace el 21 de julio de 1943 en Olanchito, Honduras, estudia en la Escuela de Bellas Artes de Tegucigalpa y en 1966 se traslada a Barcelona.
En una primera época, desarrolla tendencias expresionistas y luego va hacia el cubismo. En España estudia a los maestros del Renacimiento Italiano, como Leonardo y Rafael; también a los del barroco como Caravaggio, Zurbarán y Goya. Finalmente, recibe la influencia del surrealismo de Dalí y Max Ernst.
Desde 1980 hasta 1985 vive en Viena, su estadía en esta ciudad le permitió el ponerse en contacto con el realismo fantástico vienés y los cuadros de Arcimboldo, de quienes tomo algunas particularidades, que se manifiesta en los tocados de los personajes y en la multitud de detalles que ornamentan sus telas. La mujer es, para Visquerra, el objeto por excelencia para representar. El expresa: “La que con su ornamentación esconde su identidad”. Con las máscaras y los tocados de sus personajes quiere mostrar lo vano de la apariencia y lo oculto de la autenticidad.
La particularidad de Visquerra reside en el logrado mestizaje cultural entre la cultura mesoamericana maya y la europea.
La influencia de las estelas mayas de la ciudad de Copàn, en las que los retratos de los reyes aborígenes presentan tocados muy elaborados de sentido religiosos donde descubrimos serpientes, conejos o monos , se evidencia en la importancia que -el artista le da a los turbantes en sus figuras; esta influencia se une a las huellas de sus experiencias en Europa y no es desacertado pensar en la influencia de Arcimboldo
Los cuadros Nina y Aninda representan dos jóvenes mujeres cuyas figuras en primer plano están pobladas de alegorías y simbolismos, animales, frutas.
En ambas obras se vislumbra un paisaje en el fondo.
En Aninda se acentúa el retrato con falda amplia y elaborada toca con frutas, flores y plumas, las frutas escapan del regazo de la joven y parecen flotar dentro del cuadro, la ampulosa falda ostenta un batracio que se destaca por su verde brillante.
La figura de NINA tiene en su regazo dos palomas blancas y frutas que se dispersan a su alrededor como queriendo evadir el marco del cuadro. La ventana a travès de la cual aparece el paisaje y un gato negro que se asoma hacia el interior.
Aninda y Nina expresan en cierta forma la banalidad femenina que esconde con los adornos su verdadero yo.
En Kunda Viquerra plasma el busto de un hombre en el que detalla su perfil agudo con gotas de agua que caen desde la cabeza hasta el cuello. Se destaca la cabeza por la elaboración del peinado en base a tencitas distribuidas en la misma. El circulo transparente que rodea el rostro del personaje resalta la expresividad del protagonista. Es este un retrato mas realista y humano que se diferencia del retrato de las mujeres que aparecen como muñecas de porcelana, frívolas y algo artificiales.
En sus pinturas. Visquerra utiliza colores claros y brillantes con gran profusión de imágenes, en este artista predomina el colorido tropical del Caribe, su lugar de nacimiento, lo notamos en La Caribeña, donde la piel morena y el tocado de la mujer, poblado de frutas y verduras, se acentúan por la aplicación de colores puros, vibrantes y contrastantes.
Para el crítico hondureño Longino Becerra “Visquerra se manifiesta con un realismo crítico, a diferencia del onírico desarrollado por Dalí, porque Visquerra no hace de la figuración fantasmagórica el fin básico de su pintura, sino que más bien convierte las soluciones de pesadilla en el medio que le permite señalar los rebajamientos a que puede conducir y conduce una sociedad consumista, superflua y destructora de los más altos valores humanos”.
El mismo artista lo dice cuando expresa: “los frutos, vegetal, hombre, animal son los principales elementos que se manifiestan en mis cuadros. Mi intención es destacar a través de la naturaleza los defectos del ser humano; ese miedo a mostrarnos tal como somos se esconde en brocados, perlas y armaduras, ornamentos superfluos que nos dan una apariencia falsa.”
La obra de Julio Visquerra trasunta un surrealismo barroco, enriquecido con el contenido crítico del realismo fantástico vienés, las influencias del renacimiento italiano de Rafael y Arcimboldo y la evocación de las estelas mayas de Copán.
Mientras construye sus cuadros se rodea con velas, incienso y música de Bach esto le ayuda a despertar sueños imaginativos que inspiran las figuras ilusorias y oníricas con las que constituye un estilo propio que se manifiesta en un surrealismo fantástico y barroco con preponderancia de un mundo alucinado.
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