Bastantes poemas amorosos del siglo de oro suelen precisar de conocimientos mitológicos para entender su significado.
En caso contrario no se descubre el argumento amoroso que queda oculto tras las referencias mitológicas.
Debe tenerse en cuenta que estos poemas no responden a una situación emocional real del «yo poético» (el autor / narrador), sino a unos juegos de estilo que muestran a la amada desdeñosa con el poeta. En el caso del soneto de Góngora que voy a comentar, ese juego amoroso se descubre en el «epifonema», o conclusión del último terceto, que muestra la crueldad de la dama con su rendido e indefenso enamorado.
Con diferencia tal, con gracia tanta
aquel ruiseñor llora, que sospecho
que tiene otros cien mil dentro del pecho
que alternan su dolor por su garganta;
Y aun creo que el espíritu levanta
—como en información de su derecho—
a escribir del cuñado el atroz hecho
en las hojas de aquella verde planta.
Ponga, pues, fin a las querellas que usa
pues ni quejarse ni mudar estanza
por pico ni por pluma se le veda;
y llore sólo aquel que su Medusa
en piedra convirtió, porque no pueda
ni publicar su mal ni hacer mudanza.
Luis de Góngora y Argote

El tema mitológico a que se refiere el soneto es el siguiente.
El rey Pandión de Atenas ofreció en matrimonio al rey Tereo de Tracia a una de sus hijas, Procne o Filomela, en agradecimiento por su ayuda en una batalla. Tereo escogió a la mayor Procne y tuvo un hijo con ella, pero Himeneo (dios del matrimonio) no había asistido al casamiento lo que era un signo de desgracia futura.
Al cabo de 5 años, Progne añorada de su hermana, consiguió que Tereo fuese a buscarla. Pero de regreso a Tracia la hermosura de Filomela hizo que la desease y, pese a sus súplicas, la violó en un apartado caserío. Luego, para evitar que lo denunciase, Pandión le cortó la lengua, la dejó encerrada allí, y le dijo a Procne que había muerto en el viaje.
Filomela, aunque muda, pudo dibujar unos signos en un tejido de hojas para explicar su desgracia y consiguió que una esclava llevase ese mensaje a su hermana. Entonces ésta fue a rescatarla y la llevó en secreto a su palacio donde la escondió.
Era tal el odio que sintió Procne por la felonía de Tereo, que al ver el parecido que tenía su hijo con él, lo mató, lo troceó y lo cocinó para su marido. Sin sospecharlo, éste comió hasta saciarse. Cuando Tereo pidió ver a su hijo, Procne le dijo como culminación de su venganza: “Tienes dentro al que llamas, te lo has comido” y entonces Filomela apareció en la estancia llevando la cabeza del niño. Tereo enfureció y persiguió a las hermanas para matarlas, pero para evitarlo los dioses convirtieron a los tres en pájaros: Tereo en una abubilla, Progne en una golondrina y Filomela en un ruiseñor.
La otra referencia mitológica del soneto es a la “Medusa”, una Gorgona que tenía serpientes por cabellos y que petrificaba a quien la mirase.
Volviendo al texto del soneto, el primer cuarteto se refiere a la pena que atenaza al ruiseñor (Filomela); y en el segundo cuarteto, superando su pena, Filomela consigue describir su desgracia sobre unas hojas.
Ligando la mitología con el tema amoroso que quiere introducir, en el primer terceto, el narrador le indica a Filomela que debe poner fin a las quejas que canta (que usa), ya que al menos el ruiseñor puede quejarse cantando (por pico) y moverse (mudar estanza) volando (por pluma).
En cambio, como indica en el terceto final, a un enamorado sólo le queda la posibilidad de llorar cuando su dama (su medusa) lo desprecia y petrifica (en la mitología las piedras podían llorar sometidas a grandes sentimientos, como cuando Orfeo tocaba su lira), no pudiendo ni lamentarse ni moverse como hace un pájaro. Por tanto, el enamorado aún está en peor situación que el ruiseñor Filomela.
Es una clásica estructura de soneto creciente. Los cuartetos describen la situación, en el primer terceto se recomienda algo de una forma imperativa (ponga, pues), y el mensaje principal o “epifonema” llega en el terceto final, cuando aparece el “yo poético” (aunque en este caso esté disfrazado en un “aquel”). Este mensaje de la crueldad de las damas con sus enamorados es uno de los más típicos de la poesía amorosa del siglo de oro.
Hasta aquí el comentario del texto, que espero haya facilitado la comprensión del poema. Dejo para otra ocasión el comentario de la estructura rítmica del soneto, que también tiene bastante que explicar y es muy adecuado para intercambiar opiniones.
- Góngora, Luis de (Autor)
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